mardi 30 septembre 2008

10/60/90 FIGURA IMPERFECTA 8 y 9


10 POETAS ECUATORIANOS DE LOS 90S
NACIDOS EN LOS 60s

RUBEN MOLINA,
Loja 1963


Pintor, músico, poeta y transhumante. Desde hace décadas que abandonó su provincia natal y vive en la andina Riobamba, desarrollando una intensa actividad de gestor cultural. Como pintor ha realizado varias exposiciones en el Ecuador y Latinoamérica, realizando una intensa actividad de relación cultural
con la Cuba revolucionaria.


CUANDO YO MUERA

Cuando yo muera
Me abrazare a mi sombra
Me beberé de un sorbo la tierra
Y dejaré
El último latido

Sembrado entre la hierba.
Cuando yo muera
Moriré contigoY finalmente dejaré que te marches
Al olvido.
Cuando yo muera
No escucharás mi grito de agonía,
Me moriré solo
Así como vine al mundo,
Sin un recuerdo que me atraviese el alma

Y confesándole mis pecados a la vida.No me importará entonces

Haber nacido ángel o demonio
Ni haber bebido el néctar de mil pubis
Me iré libre

Y volveré
Al santuario de donde
vine a la vida
Y en este inmenso círculo
Regresare al principio
Mientras busco nuevamente
Nacer de los brazos de un niño


http://www.tallerarterubenmolina.blogspot.com/

UMBRAL

Alguien me arrastró
Hacia este laberinto de piratas
Y me dejó sentado
Inconsciente, desnudo y amnésico
En el umbral del ombligo
De mi madre
El ángel de la imaginación
Hizo descubrir el sendero
Y los calvos emisarios del desvelo
Me mantuvieron firme
Ante el desfile de los muertos
Vine a redimir a las putas
A dar abrigo a los desamparados
A pintar el color de mis desvelos
A escribir versos callejeros
A soñar cualquier sueño de poetas
A mantener la vida quieta
Vine de soñar un sueño
Y despierto en otro de igual sendero
Vine a ver fantasmas
Deslizándose entre las puertas
Y vos dudosa calavera

Cázame
Cuando despierte la aurora

MARIA FERNANDA ESPINOSA,
Salamanca, 1964


Poeta y antropóloga. Textos suyos se han incluido en las revistas internacionales Hispanomérica de la Universidad de Marylan (1996); Colages and Bricolages (1993); International Poetry Review (1994), y en las revistas nacionales Cultura del Banco Central del Ecuador (1992) y Letras del Ecuador (1994-1998. Consta en las antologías: Between the Silence of Voices: An Anthology of Contemporary Ecuadorean Women Poets (Quito, 1997); Memoria II Festival de Poesía Eskeletra'98 (Quito, 1998); Poesía erótica de mujeres: Antología del Ecuador (Quito, 2001). Ha sido Ministra de Relaciones Exteriores del Ecuador.

Bibliografía

Caymándote (Quito, 1991)
Tatuaje de selva (Quito, 1992)
Loba triste (Quito, 2000).
Selección Poética, 2006

De Selección Poética, 2006

MATILDE
(Fragmento)

Matilde
quiero traerte en el trapecio de la memoria
eres café pasado
pinol
los idiomas de los animales
los secretos que compartías con el canario
el pan remojado que pasabas
de tu boca a la boca del gato
o a la mía
quisiera llevarte más por dentro o por fuera
en el marsupio de mi espalda
en mis tatuajes internos
en mis plazas parentales
en mis rústicas palabras
quiero alojarme en tus arrugas
quedarme con algo tuyo.


Por ti supe que los duendes se hacen trueno
al pie del sauce
que las fiestas de la cosecha se cantan
envueltas en mujeres con enaguas de sigse
aprendí de flores y ungüentos
los frotes con colonia y caldo
para el espanto y la pena
quiero acordarme
de tus lecciones de botánica
de cocina
de curaciones digitales
tus bálsamos de eucalipto y menta
o tus amnesias selectivas
antídoto para el llanto.

Tengo una joroba de demonios por dentro
demonios con antifaz y piernas de cadmio
cúrame
cúbreme de flores como a Ofelia
hazme peso pluma
pluma del canario que te crecía en las manos
cántaro con grietas tus manos
riégame té de paciflora o valeriana
sóplame agua de tilo
tengo cristales de cuarzo en los ojos
no veo
los frailejones
los pencos de hoja ancha
ya no están.


……


Entre los espíritus que crecen en los maizales
las vírgenes preñadas y los santos sin nombre
recobro tus trenzas envueltas en sogas de colores
envolviendo tus ideas fijas y circulares
matizando las canas
el verano es siempre el mismo pero otro
me decías
la lluvia es el agua que les sobra a las nubes
y las gotas son porque el aire es cedazo
como cedazo es la memoria
la amnesia es cuando el cedazo se rompe
y el agua llega en caída libre
el olvido inunda.

vendredi 26 septembre 2008

NOVÍSIMA POESÍA ECUATORIANA 3



ALEXIS CUZME
(Manta, 1980)


gula

Cadáveres. Sazón. Recetas.
El lamento caníbal responde al llamado interno.

Empieza la elección:
embriagarse de grasa,
triturar tripas aliñadas.
Se emprende el curetaje al ano con labios.

Masacre:
mosaico de caricias, sangre, fogón.
La vagina dental succiona el gusto de los dedos.

Sacrificios. Empalamientos.
¿Quién detendrá a los Polifemos en su hambruna?
¿quién protegerá a los becerros que Moisés odia?
¿quién taponará los caños
que besan, eructan y devoran sin piedad?

Imperan los asesinos.
Sin casta. Sin raza.
Con tridente y cucharón.

Y no basta con los gritos de las vidas
que prolongan otras vidas.

(postmortem)


Ma. de los ÁNGELES MARTINEZ
(Cuenca, 1980)




ROSA TíPICO

Cómo hablar del cansancio
sin cansarse.
De la fatal ausencia de la pasión
sin llorar.
Como un árbol seco,
talado, incinerado…
¿qué sé yo? –supongo que al menos un ecologista me entiende-.

Si las metáforas
se me precipitan
y se me rompen
y me rompen
es por eso:
porque hubieron dos,
que siempre fueron dos,
pero tan cada uno.Frases comunes,
cursis, mal escritas
pero maleducadamente ciertas.


DAVID GUZMÁN
(Quito, 1980)




IV

Sangre, es de sangre la trama de la fuerza.
En el sueño una mujer sembrará sauces de secretos.
Qué dolor, los sordos están llenos de silencio.
El lagar se halla cercano, el lagar está cerca.
El rosa, el lila, el leve pardo,
Los aromas, niñas jugando. Y el naranja,
La noche estrellada, la más cercana.
Las piedras piden alguna suavidad de plumas,
Un lecho de hierba.
Las manos intentan morder la altura insólita del aire,
¡tan alto han puesto el aire!
¡Despierta! Un sueño la escalera, ¡Despierta!
Un sueño la silla, el geranio, la mesa.
¡Despierta! No, no. Nunca duermo: nunca despierto.
Al fondo del sueño se hallarán
Los únicos despiertos: los muertos.
He de intentar volver a casa cuando olvide dónde,
En qué espacio del pasado, perdida,
Perdura la casa que fue mía.
No importa que todos seamos el mismo muerto venidero,
Allí está un mirlo, eso es todo, allí está el mirlo
Y una muchacha ha sembrado sauces sagrados en el sueño.

(Poema escrito sin aliento)


SANTIAGO VIZCAÍNO
(Quito, 1982)




XV


Ese muro ennegrecido de sudor y grito.
Esta tierra devastada
donde el silencio muerde
como diente de centauro.

Aquí ansiamos la muerte,
pero ella golpea mis muslo,
masculla en mi oído
y se va
como una asquerosa mosca.

(Las manos en la tumba)



MARCELO VILLA NAVARRETE
(Quito, 1982)




trompo

habrá que profanar la memoria de fuego
cuando entre el espejo y la carne
haya infinidad de pancartas y cicatrices
y no el intruso que esperábamos
habrá que hacer una tregua
con los fantasmas
y no atizar su algarabía helada
habrá que entregarse a la lluvia
con la desnudez perpetua
habrá que profanar la memoria de fuego

CONTINUARÁ...

mercredi 24 septembre 2008

10/60/90 FIGURA IMPERFECTA 6 y 7


EFRAIN ESPINOZA FALCONI,

Riobamba 1963

Integró a inicios de los 90s en Quito, La Red Cultural Imaginar con Makarios Oviedo, Fabián Vallejos, Bolívar Flores y Pedro Herrera, entre otros. Desde 1996 busca nuevos horizontes en Europa. En Londres estudia inglés, diseño gráfico y fotografía, además de dirigir varias publicaciones latinoamericanas. En 2001 se radica en Ibiza, España, ciudad en la que trabaja y reside. Actualmente trabaja en Diario El Mundo, en Ibiza y Formentera y anima actividades culturales de las comunidades ecuatorianas en Europa.


Bibliografía

Sonora complicidad Nocturna, Quito 1994
De Uvas y Evas, Quito 1995
Goznes Itinerantes, Londres UK, 2000
Incrustaciones, Londres UK, 2001
No pude salir de este poema, Ibiza, España 2006


De Goznes itinerantes
(Fragmentos)


…Dibujo borrones de poesía fragmentaria
en óleos que poseen
e invaden a la naturaleza muerta
tornándola ocre y metálica

Fuertes referencias de mascotas
el panteón ha capturado las fobias de mi gato
en millones de gamas

Despiertan los bosques
que esconden el amor en minutos / mujer
a punto de su fingido orgasmo
cataclismos y por supuesto murmullos

Tenía la seguridad
de encontrarla
en donde la creación no se detiene …
en los lugares
que alguien cruza la pierna
buscando alguna seguridad
y se refugian en periódicos a medio leer

Pero en ninguna banca de parque estuvo

Y los versos se fueron …
se quedaron en el asiento …
de pie … allí están …



V

El se niega, al negar su poesía
¿En dónde estás…?

Tu manantial es el silencioso
caudal que te ocurre dentro
sin peces ni ruidos exteriores
sin el cordel que trepas edificios
a mirar el hormigueo urbano

Estarás allí
sin nada de aquello
que conforma el cristalino silencio
voces
poesía-urbana
metáforas
reseñas
autobiografías versificadas

El poeta no existe
ni su palabra ni su aroma
y sin él
su poesía transparente
Se fusionará en la neblina amorfa

Así es la ilusión
cuando nunca se la ha tenido
un volcán buscando cráter

¿Y luego…?

los escombros de uno mismo
recogiendo su anonimato

Nos ofrecemos en gotas siendo ríos
gotas minúsculas
olvidadas en los sudores piel-carne

Es demasiado el universo para existir
son tantas las olas para sumergirse

Soy … el instante que deseas encontrar
mientras tiras de mis músculos
buscando perderte entre mi cuerpo

Dices

“Somos gotas
cuando nos volvemos líquidos
gigantes pero no únicas
somos solamente el fluido

Es que otra vez
mi bote se deja al capricho del viento
Olas ... una tras otra
constelaciones una y otra
mundo incapaz y necio
agua de peces sedientos

Imaginarios piratas
asaltando imaginarias islas
sueños chorreados de sudor

Tengo este tesoro para ti
un puerto en cada fatiga
una nostalgia en cada alegría
tengo lo que tienes y tienes lo que no tengo

Una flor acaba de ser muerta
entre tus manos …



IVAN FLORES Ibarra 1963

Poeta y pintor transhumante, “desencarnado en Ibarra a inicios de los 60”. Su obra siempre misteriosa y distribuida en ediciones muchas veces “informales”, ha sido poco valorada debido al mundo sicodélico y “al margen” en el que el autor se sumerge de tiempo en tiempo. Su obra poética ha sido publicada por sus amigos y familiares en tres libros, cuya compilación más importante fue editada en la Casa de la Cultura Ecuatoriana en 2002: A, Tengo la esperanza del barro traspasado por el sol.



¡Eres tú!
Muerte ...
... abres tu cuerpo enigma
una sola vez en cada vida
desenvolviendo
tu oscuro y descomunal erotismo
a los ineludibles amantes
de ti, Desconocida,
a nosotros,
los que estamos. Eres fuego, oquedad y silencio, absorción inescrutable. No terminarás jamás de consumir la vida,
por eso nombro tu atemporal servidumbre;la vitalidad que fluye y abraza lo vivoes el poder que alza su horca sobre ti,dejándote vencida;
con cada lirio que nace
se escribe nuevamente tu epitafio.

"LA DANZA DE LOS AHORCADOS"
(fragmento)

El pájaro se desangra.
La danza de los ahorcados se instaura.

Rimbaud permanece acostado en el diván con su
/compañero haschish.
El bufón lo mira con ternura;
el humo se desangra como pájaro.
Vaga un cisne negro sobre el estanque abriendo inauditas
/percepciones.

El poeta se sienta,
coge su pluma de ámbar y escribe sobre el pergamino.
La palabra es elástica, el artista se acerca al misterio.
Es un eterno fabulador, un títere que baila al ritmo de
/conjuros extraños.

Lo miro haciendo el amor a las palabras,
dejando su noche en nuestro mediodía.
Rimbaud, vidente órfico en el que se revela el erotismo.

El pájaro se desangra,
el artista lo ve con infinito amor
y le clava un puñal de hueso para que no sufra la vigilia
/del dolor.

La danza de los ahorcados se instaura.

Perdido en el filo del sueño, masticando muñecos sin cabeza,
soñando la muerte, así te reivindico Rimbaud,
esperando que caiga la horca para otros malditos que vendrán.

En el paraíso baila el vate cual si fuera un tizón encendido.
En una esquina cualquiera deshojando margaritas está él,
descoyuntando palabras, hasta componer un poema
/lleno de gnomos y violetas.

Los torturados mueren, él se prepara un trago,
mira la escena y recomienza la danza macabra, recomienza la noche.

El pájaro se desangra,
bucéfalos heridos te persiguen,
madréporas aladas buscan descansar en tus versos.
El ciervo negro escucha tus himnos de fuego.

Río abierto y arlequín
Infinito peregrino y transeúnte.
Mar: flauta de pájaros.
Búsqueda del misterio es tu vida.
Amante de la muerte.
Universo cargado de sueños sicodélicos.
Divino duende maneja tu pluma.

dimanche 21 septembre 2008

DEMOLICIÓN EN MOVIMIENTO

NUEVOS AMIGOS DE K-Oz


en la gran Tenochtitlán

MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHAS MANCHA MANCH AMANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANXCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCHA MANXHA MANCHA MANCHA MANCHA MANCXHA MANCHA

vendredi 19 septembre 2008

NOVÍSIMA POESÍA ECUATORIANA

(AVANCES)


Oswaldo Calisto Rivera
CACHIBACHE
(1979-2000)


I


En cada cuerno se presentan los extraños pobladores tamboriteros
con paleta de traducido yeso
sobreviviente bajo gasas y media tonelada de esterilidad metafísica.
El verano ve acercarse una franja de nieve
sobre el retrete heredero, infantes repletando la posada hormonal y blanca
hablad en lenguas, dirlmid la dulce canción de una pollina mientras enloquece.
Flácidas historietas en frente del ácido aliento
confrontando el ceño y sorpresa de sus víctimas ilegales ternura, aquella sonrisa novata ha de helar en una brazada sobre el curvo maremoto de la tina, algas sementaIes.


JUAN JOSÉ RODRIGUEZ
(Ambato, 1979)




MIRADA EN LA NOCHE SERENA

La herida abandonada inventa un ojo ardiente
donde penetra húmedo el silencio del pájaro
a mirar las esquinas sin voces materiales.

Su cuerpo de los óxidos pulveriza la savia
por siempre contenida de cereales de luz.
Descompone sus hojas, mecidas por el tiempo

Así. Así como del llanto, el árbol ocupado.

Jamás veré vencido el cuerpo de aquel pájaro
y nunca habrá un combate, pues el dos es misterio
Hoy el ojo que mira es el ojo del canto.

( De cenizas en la roca)



CARLOS LUIS ORTIZ
(Alausí, 1979)



(De Nosotros)

V

A la infancia he regresado para evadir mis sombras,
alguien me miraba siempre desde un balcón
de magos y brujas tristes,
cuando las calles tramaban la ilusión del laberinto
y niñas de trenzas con manos de canela me amaban.

Entonces sin rencor acariciaban mi cabeza
y bebía de las cascadas para ser eterno.


JUAN CARLOS ASTUDILLO
(Cuenca, 1979)



(De Desprecio)



II

tan cargados de vacío y soledad que a su claustro deberían
anexarles un sepulcro de oro
y pintarles en ausencia una hipócrita sonrisa nacarada...
sin esperanza, o despreciándola por "humanos"
desfilan impacientes por la vereda del fuego sin sentir
el calor que emana y purifica el alma...

—sombras...

sólo,

imagino esa aldea y de regreso,
me consagro a las ideas...
a los sueños...



AUGUSTO RODRÍGUEZ
(Guayaquil, 1979)


(El beso de los dementes)


IV


Hoy rezo por la sangre de mi sangre, la carne de mi carne, que descansa en la bóveda familiar hasta el día del juicio. Espero la visita de un ángel perdido que galope en mi cráneo e intente descifrar los misterios de mi vida, antes que sea tarde. Me interesa descubrir la luz de las cosas simples, que también amó mi padre antes de la cosecha y del diluvio; descubrir su herencia fosforescente en este día cálido de invierno, donde llueve y la ciudad parece una construc­ción hecha por niños tristes que intentan decapitar los techos de los lugares donde alguna vez fui feliz. Con mis manos trato de esculpir a mi padre, regresarlo del largo viaje donde la felicidad sigue siendo una luz que atraviesa los cristales y nos deleita con su coito de estrellas. En algún lugar de estas calles mi padre me espera: los brazos abiertos, su sonrisa cálida, un latido de caballo azul, sus dedos tristes, dispuestos a acariciarme; me esperará con dos copas de vino servidas para beber nuestra sangre y recordar el origen de la selva interior. El abrazo será como una manada de pájaros en dirección al sur, y la fábula de nuestras pieles, la única garantía de no volvernos locos en este desierto.


CHRISTIAN ARTEAGA
(Quito, 1979)



(De Declaraciones)


Cuestión del método

Tantas veces he insistido
en lo calcáreo y expelido
en una gama de variaciones
hallado en ciernes
Y otras tantas en lo fósil
no recordado
en los ocultos frisos del reloj
o tal vez en un faccioso
temblor del omoplato
de las rizomas
entonces pienso
siento pregunto

¿cómo se escribe un poema?



ROCIO SORIA
(Quito, 1979)



CUERPO

Dentro no hay más que el hedor
no hay más que una bandeja de arañas blancas,
secas y polimorfas
quietas sobre el vagón.

Su gesto suspendido, golpeado.

Sus tres bocas moradas hundidas en el cráneo
guardan la solemnidad de las fotos.

(cuerpo)


JHOANNA LÓPEZ SANTOS
(Quito, 1979)




QUERELLA

Te veo morir
con tus ojos secos
como hoja jodida…
vacilante en otoño,
sólo te estremecen
los albores de la espera,
como tú ¡nadie!,
hondo como profundo es el mar,
sin embargo sigues ahí –AHÍ!-
esperando que vuelva

lo que no volverá…..

(De Lure-Revivals)

PRÓXIMAMENTE

mercredi 17 septembre 2008

NUEVOS BLOGS EN LA RED




10/60/90 FIGURA IMPERFECTA 5



MARGARITA LASO (Quito, 1963)

Poeta y cantante de música ecuatoriana popular y de vanguardia. Colaboradora de revistas como Cultura
del Banco Central del Ecuador y Letras del Ecuador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Varios de sus textos constan en algunas antologías editadas en el país. En la canción ha grabado más de siete discos;
Luna Desnuda, Villancicos y Canciones de Cuna, Más bueno que el pan, entre otros.

BIBLIOGRAFÍA

Verso: Erosonera (Quito, 1991); Queden en la lengua mis deseos (Quito, 1994); El trazo de las cobras (Quito, 1997). Consta en la antología: Poesía erótica de mujeres: Antología del Ecuador (Quito, 2001).


De Queden en la lengua mis deseos,


aunque la franja que te atraviesa el pecho
es negraserá blanco el esternón cuando te muerasno la flor de taraxaco y sus flechas de sol críono la piel de mirlo que tienes en los ojosno las venas en la mama de la mama que amamantano lengua de minero que come moras y mortiñosno el chasquido del coito en tus riñonesserá blanco el esternón será blanco
en cambio la aflicción que te devuelvo astillas de esternón que lastimaste
será negrano lágrima de lagartalecheno las mamas de la mama y su pezón de uvillasno el aliento de la loba en la cavidad de la neblinano el sable de la luna ni su bocano el chasquido del coito en tus riñonesserá una franja negra la aflicción será negra





I

y tus besos
como el órgano de la catedral
como sus tubos
largos
como el dejo de sus bajos
tus besos hondos
graves como la octava de pedales
cuyas lentas vibraciones son las últimas que escucha
el oído humano

fértiles como el teclado de tierra
y la resonancia de sus pesados temblores





EL TRAZO DE LAS COBRAS

South St. Seaport, N.Y.

Al fondo una vieja ciudad sorbe los seres que mueren. Sobre las torres, ámbar cae y lame ventanas y antenas. Lejos de los puentes y las construcciones, en el horizonte, flota un dirigible. Carga oxígeno frío y humo, neblina oblicua, gas para ángeles y alturas. La densidad del aire es su envoltura al vuelo.

A la vista de barcos y botes, el dirigible, cometa con que juega el transatlántico. En su armadura hilos metálicos sujetan arcos de tafetán. Enorme lámpara china, cuando atardece, luciérnaga, el dirigible.

Magia en los ojos y agujas ¿por qué no estás?
La ráfaga helada endura mis pezones.

El dirigible pende del verano que muere y se aleja fatigado. Al muelle no llegan los mensajes que traslada pero mi corazón de gas pesa y cavila como el suyo:

es lento mas no desconfiado acaso pasea

Contemplo el muelle, mar y madera. El agua chacotea y charla.
No refleja la quietud del puerto.

Y las embarcaciones, cuerdas y lonas enroscadas, se dejan mecer libres en las múltiples hamacas azulámbulas.
No reflejan la quietud de este costillar.

En el puerto he dejado la parte de mi sombra que contuvo luz.
No tengo yemas. No tengo dónde remojar el horizonte que tu amor me regala, con qué palpar el astro que crepita y se oculta. Apenas sé condenar la quemadura que fija en mi retina.

Este es un puerto enorme éste es mi corazón que viaja.

Desde el andén no he visto pájaros ni me he quejado. Los que habitan este espacio pescan -como yo- solo la vista de los puentes.
Y helos ahí: albatros de acero que sujetan con cables la isla de Manhattan.
Pero nada vuela.
Solo el dirigible.
Inflamable corazón que se va.

10/60/90 FIGURA IMPERFECTA 4

10 POETAS ECUATORIANOS DE LOS 90
NACIDOS EN LOS 60s


Marcelo Arteaga, (Atuntaqui, 1962)
Licenciatura en Artes Escénicas por la Universidad Central del Ecuador. Estuvo doce años en Europa (Zürich, Roma, Atenas) y cinco en Asia, (Bali, Bangkok), donde trabajó para periódicos y revistas alternativas. En la actualidad vive en Otavalo y se desempeña como traductor independiente.

Libros: El Armador de Relojes (1995), Amores estériles (2004), Viajes (2005), Líneas de Fuego (2006)



De El Armador de Relojes, 1995


EL CIEGO


No tiene perro ni hija que le guíen.
Llega a la ciudad palpando las murallas
tras la fragancia del pan recién sacado del horno.
Todos allí le conocen: cantará el fragmento
de un poema a cambio del hambre;
pues él sabe que en el pan
y en el canto están los dioses.


LAS AVES, ACTO II


Cuando Aristófanes se dio cuenta
de que sus dioses eran demasiado ingenuos
como para tomarles en serio, empezó a escribir
cubriendo su rostro con una máscara,
a fin de que ellos no se fijen en él.

No buscó en los festivales su sitio de privilegio
junto a Sófocles, a Eurípides, o al mismo Esquilo,
tan venerado como Homero,
sino mas bien un banco simple junto a la plebe,
en esos días cuando los dioses
bajaban al mundo disfrazados de griegos.

Será por ello que en nuestros días,
al representar sus obras, los actores encontramos
una máscara -sonriente y mordaz-
abandonada en algún sitio del teatro;
la misma máscara que el sátiro
olvidó en sus andanzas por la tierra.



De: Amores Estériles


NOCIÓN


Cada uno tiene su noción del tiempo,
lo que consideramos definitivo
mantiene aún su principio de expansión,
igual que una estrella que no logra saltar al vacío
y está detenida en la infinidad de probabilidades;
lo que miramos a través de las ventanas
es un arquetipo en los ojos
evadiendo cada segundo el final:
el eje roto del tiempo.




LA MAGIA DEL POEMA


Mis malas noches con un libro en las manos
son las mismas del Dios,
convertido en agua o en bestia,
prisionero del laberinto.

La ciudad me entrega cada mañana
sus hijos primogénitos, las mujeres
en los dominios del placer
para calmar mi cólera
e ignora que mis ojos no duermen,
que la sangre en mis labios
renueva mi energía.

La magia del poema consiste
en liberar al centauro.

Y en ese empeño no hay nombres ni reloj.

vendredi 12 septembre 2008

NOVÍSIMA POESÍA ECUATORIANA



K-Oz y k-bezuhela

ANUNCIAN

PREMONICIÓN A LAS PUERTAS


Imagen: Pedro Herrera

ANTOLOGÍA DE POETAS ECUATORIANOS
(NACIDOS A PARTIR DE 1979)


Oswaldo Calisto Rivera
(CACHIBACHE)
(1979-2000
JUAN JOSÉ RODRIGUEZ
(Ambato, 1979)
CARLOS LUIS ORTIZ
(Alausí, 1979)
JUAN CARLOS ASTUDILLO
(Cuenca, 1979)
AUGUSTO RODRÍGUEZ
(Guayaquil, 1979)
CHRISTIAN ARTEAGA
(Quito, 1979)
ROCIO SORIA
(Quito, 1979)
JHOANNA LÓPEZ SANTOS
(Quito, 1979)
Ma. de los ÁNGELES MARTINEZ
(Cuenca, 1980)
DAVID GUZMÁN
(Quito, 1980)
ALEXIS CUZME
(Manta, 1980)
SANTIAGO VIZCAÍNO
(Quito, 1982)
MARCELO VILLA NAVARRETE
(Quito, 1982)
FERNANDO ESCOBAR PÁEZ
(Quito, 1982)
DINA BELLRHAM
(Milagro, 1984)
ANDREA SAMANIEGO
(Quito, 1985)
VICTOR VIMOS
(Riobamba, 1985)
CAROLINA PATIÑO
(Guayaquil, 1987-2007)


Estudio, recopilacióny selección
Freddy Ayala Plazarte*


Es indudable, que ya a las puertas del siglo XXI, la poesía sigue vigente y que, curiosamente, sean nuevos autores quienes estén dando mucho que hablar de ella, ante la paradoja de contemplar un mundo saturado de guerras, de enfermedades, de tecnología e insalubres imágenes, que parecen contrastar con las realidades internas de los ciudadanos. La historia ahora se va forjando desde el quehacer cotidiano de cada persona con respecto a su espacio social, justamente es ahí donde la poesía y el poeta toman fuerza y continúan en un camino inacabable e inquebrantable, para dislocar la realidad, para ingresar a supurar en otra realidad, que parece caracterizar a estos jóvenes escritores.

Conocer el tiempo en el que se vive, pero también valorar el tiempo antecesor de los hombres que dedicaron gran parte de su existencia a enriquecer la realidad mediante la escritura, es también parte de esta antología de una novísima generación de poetas. No vamos a nombrar grupos o autores, no recapitulemos generaciones que trascendieron el siglo anterior, las cuales constituyeron la proa de las manifestaciones estéticas y artísticas en el país actual : romanticismo, realismo social, decadencia y maldición modernista en los decapitados, vanguardismo (ruptura y novedad ante lo establecido), lo tradicional andino (paisajismo y montañas), tzantismo, hiperrealismo, son algunos de los términos que se han ido quedando como referentes, o como un registro de lo que hubo antes de nosotros. Mas, acaso no nos debemos también a estas tierras andino ecuatoriales, acaso no somos hijos del barro, aunque las calles, los edificios y el humo nos muestren nuevos rostros, nuestra esencia sigue ahí inamovible.



“Premonición a las puertas”, no se basa solamente en anti-convencionalismos que vienen manifestándose como parte de un gran malestar cultural contemporáneo ya sucedido en todas las grandes expresiones artísticas de cada época-, ahora recoge el discurso poético de un nuevo siglo, palabra fresca y lúcida, que busca trascender desde la misma tradición de la lírica ecuatoriana y explorar nuevas posibilidades de difusión en un mundo global.

“Premonición a las puertas”, testimonia la penumbra y la luz, alberga la posibilidad dispersa de cada autor, el camino no está dado definitivamente, está siempre por encontrarse; mas es un aviso, una corazonada, una voz, un eco a las pasadas y futuras generaciones: un golpe a las aldabas, un dado que cae entre las esquinas del entendimiento. “Premonición a las puertas”, surge como una propuesta de valorar a la gente creativa y joven en su momento de eclosión, sin esperar que pasen dos decenios para reconocerlos, es decir, surge para ubicar la obra en su contexto social, para confabular con diversas poéticas y tendencias hasta poderlas desenmarañar en medio de la caótica lente del mundo actual.


AUTOR

Freddy Ayala Plazarte (Latacunga, 1983)

Estudió Comunicación Social en la Universidad Central del Ecuador. Integrante de los talleres literarios de la C.C.E “Benjamín Carrión” coordinado por Diego Velasco Andrade. Miembro del grupo literario “la. Kbzuhela”, en cuyo colectivo ha publicado el poemario “ZARATANA” (Drugos de la Naranja Editorial, 2007). Consta en la selección poética “FRACTALES” editada recientemente por la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, 2008. Tiene dos libros inéditos de poesía: Estatua de alabastro y Mi padre en las rieles de Sumpa. Colabora regularmente en investigación y edición de textos con ASIEDICIONES y K-Oz Editorial.

(Esta antología no sería posible sin la coordinación, apoyo y asesoría de
Diego Velasco Andrade y Pablo Yépez Maldonado)

Más en

http://lakbzuhela.blogspot.com/

http://grupobusetadepapel.blogspot.com/

http://ciudadhecatombe.blogspot.com/

http://elquirofano.blogspot.com/

DEMOLICIÓN EN MOVIMIENTO

11/9/2001



ATENTANDO O

DEMOLICIÓN ?

K-Oz no lo olvida en

el Espíritu del Tiempo

Zeitgeist


http://es.wikipedia.org/wiki/Zeitgeist

http://video.google.com/videoplay?docid=5547481422995115331

http://ultimatumkitu.blogspot.com/

lundi 8 septembre 2008

SERIE: HISTORIA DE LOS GRUPOS LITERARIOS EN ECUADOR

DE LA MODERNIDAD
Y LAS JAURIAS LITERARIAS
parte 2

Por Carlos Posso Cevallos

EN BUSCA DE LA RESPETABILIDAD

Parte del Taller de la CCE, coordinado por Miguel Donoso Pareja en el Quito de los 80s :En primera fila Margarita Lasso, Byron Rodríguez y Francisco Torres Dávila. Atrás: Gustavo Garzón, Pablo Salgado y Alfredo Noriega

...Lo dicho nos da pie para apuntar un par de ideas. Veamos. De dónde viene la nueva literatura de América Latina, se preguntaba Roberto Bolaño en uno de sus últimos escritos (“Sevilla me mata”)[1]. Como tratando de entender el temperamento de la literatura contemporánea del continente. La respuesta parece fluir inmediatamente, llegar a sus labios sin ningún contratiempo o pesar escrupuloso. Venimos –dice- de la clase media o de un proletariado más o menos asentado o de familias de narcotraficantes de segunda línea que ya no desean más balazos sino respetabilidad. La palabra clave –y el énfasis es notorio, como si el chileno se divirtiera dejando desnudos a sus colegas- es respetabilidad. En Latinoamérica, los escritores salen de la clase media baja o de las filas del proletariado y lo que desean, al final de la jornada, es un ligero barniz de respetabilidad. Es decir: los escritores ahora buscan el reconocimiento, pero no el reconocimiento de su pares sino el reconocimiento de lo que se suele llamar <>, los detentadores del poder, sea éste del signo que sea (a los jóvenes escritores les da lo mismo) y a través de éste el reconocimiento del público, es decir la venta de libros, que hace felices a las editoriales pero que aún hace más felices a los escritores (Es justo aclararlo, para el caso ecuatoriano, decir que los jóvenes escritores –por lo menos en su mayoría- se desprenden de familias proletarias resulta descabellado. Sólo reconozcamos en las palabras de Bolaño el envidiable y venenoso modo de acercarse a sus “congéneres”)







Partiendo de la deliciosa sorna y sabiduría de este portentoso muerto, es prudente aterrizar ahora sobre los pastizales de nuestra parroquiana vida literaria. Nuestros escritores, en su mayoría victoriosos creadores de provincia y de pequeños prados asfaltados llamados con pretensiones pubescentes ciudades, han pretendido, salvando honrosos casos, emular el macrocosmos literario, en una especie de granja de hormigas, un microcosmo donde se recrea con encantadora ingenuidad: pugnas, barullos, chismes, lisonjas gratuitas, espaldarazos, consignas seudo ideológicas, envidias profundas, vacas sagradas y vacas profanas y un sin número más de alegorías que al parecer hacen patria literaria. Lo que sin embargo no se logra divisar, por lo menos no desde una vigilancia un tanto vaga, es trabajo real, oficio literario sin pretensiones caballerescas o pirotécnicas. Por tanto, pese a todos los esfuerzos por hacer pasar una maqueta mal hecha por magnifica arquitectura, la literatura no abunda por estos rumbos (por lo menos, como todos lo deseamos), claro, es justo recalcarlo, salvando honrosas y evidentes excepciones.

Y es en esta imitación de papagayos que desde hace eones, o por lo menos desde hace unas pocas horas de literatura republicana, se ha gestado por estas latitudes el fenómeno de las jaurías literarias. Agrupaciones de oficiantes de la palabra, que unidos bajo un nombre, una definición ideológica, una firma comercial, o una afinidad de cuestionable procedencia, han levantado sus lastimeros aullidos en conjunto, para de esta manera encontrar la mirada compasiva de un público despistado.




Gran parte de los grupos literarios (que no siempre hacen literatura) se caracterizan por encontrar la manera de convertir el trabajo solitario de la escritura en una divertida y mancomunada empresa con aires sindicales. Se adscriben a una imagen colectiva, de manera que las voces menos agraciadas puedan quedar bien libradas en el concierto público, gracias a la participación de las voces más elegantes o sofisticadas, o al menos eso es lo que creen. Pueden parecer patrañas, pero no, una agrupación literaria además de los intereses estéticos o reflexivos que tenga (si los hubiere, y en el caso de que estos tengan algún tipo de trascendencia) tiene la misma razón de ser que cualquier reunión humana: espantar la soledad, buscar afinidades, amigos o pareja. Claro que la legitimación esta brindada por el carácter aureático que de por sí suscita la literatura, y más aún la celebérrima palabra “poesía”. (En última instancia, reconozco una salvedad, son pocos los casos, que de hecho han existido en Ecuador y en América Latina, donde se ha evidenciado propuestas artísticas y de pensamiento respetables planteadas desde movimientos o asociaciones de escribas)

Muchas agrupaciones de escritores son en está época, algo así como un grupo de rock, de super Stars, con la única diferencia de que pocos de los integrantes tiene talento para la música. Así disfrutan de todos los beneficios y la respetabilidad que brinda el glamour de las super estrellas. Y es que la motivación fundamental para encontrar dichas agrupaciones en la escena literaria, es la necesidad común que muestra cada miembro, que por lo general son jóvenes inéditos (cuando se trata de viejos, el caso se vuelve patético), de buscar los espacios que permitan que el oficio literario les genere respetabilidad social, traducido como reconocimiento y por tanto “felicidad”. Y la única manera de lograrlo (tratando de apresurar los procesos) a su entender, es dejar de aullar solos y juntarse con otros aulladores para montar una potente jauría, que los arrastre a todos hasta la gloria.





El inconveniente que suscita dicho fenómeno, que por el resto debería ser visto con ternura compasiva, es que dichos escritores anudados unos a otros, desperdician su talento en esfuerzos por acelerar los procesos, descuidando la única sutileza que demanda el oficio literario, que es sencillamente escribir, sin importar los resultados a posterior, teniendo
como único objetivo escribir cada vez de mejor manera.

Por lo que cada esfuerzo que sirva para estos fines –simplemente escribir, sin interés alguno por el alarde y la pirotecnia- es digno de consideración y de respeto silencioso. De lo contrario la carcajada de desprecio no debe ser reprimida.

Así, valga decirlo, no existe nada de especial o extraordinario en los poetas y en general, en los escritores, como lo creen los guardianes de las “capillas literarias” y ciertas pandillas de escritores (autodesignados grupos literarios), porque así como hay personas que se dedican a fabricar aviones o mujeres y de manera más común coches o jugadores de fútbol, hay quienes se dedican a crear versos. No hay nada de divino en los escritores ni en las condiciones que sustentan su trabajo.

Es decir, ni la “salud” ni la locura garantizan nada. No hay mejor o peor literatura en el hospicio o en la SADE, en un grupo literario o en una asociación de taxistas, no se escribe peor ni mejor desde la depresión, ni desde la cárcel, ni desde la desesperación, ni desde el lugar que uno quiera. Se escribe, se sueña, se come, se trabaja y se coge desde el deseo. Desde la relación que cada uno pueda establecer con su deseo.






Mi abuelo, ya con poca inocencia y años en el cuerpo, le decía a mi padre: “cuida a tus hijas de los escritores” –refiriéndose a mis amigos, que por ese entonces babeaban un par de rimas-. Mirándolo objetivamente, creo que tenía razón, y no necesariamente porque los escritores sean peligrosos –en cualquier sentido del término-, sino por su capacidad, en ocasiones, de reírse de la estupidez humana. Quizá, un espíritu de desenfado neuronal y un ansia tierna por escupir al mundo y dolerse de él asisten, a pesar de todo lo dicho y los peligros referidos, a gran parte de las nuevas “generaciones” de escritores en el Ecuador. No existe, creo, un afán por reducir cabezas o blasfemar en contra de un par carcamales del canon cultural. Entonces, para los jóvenes escritores el “trabajo” está, con grupos o sin grupos literarios, en fraguar una clara capacidad, como rezan los freudianos, para trasladarse del placer del órgano al placer de la representación, es decir, para abandonar el placer que provoca succionar un dedo o un pezón, a cambio del placer de representar al mundo y sus mezquindades.

Algunos, estamos gozando de este placer.

mercredi 3 septembre 2008

SERIE:HISTORIA DE LOS GRUPOS LITERARIOS EN ECUADOR



DE LA MODERNIDAD
Y LAS JAURIAS LITERARIAS
parte 1

Por CARLOS POSSO CEVALLOS*

Logotipo Revista Pucuna Movimiento Tzántzico en los 60s


Al llegar a los Estados Unidos Freud pronunció: “ellos no saben que les traigo la peste”, a sabiendas de que su obra golpeaba a todo el andamiaje de la institución social. La afirmación de Freud parece resonar, aunque, por lo pronto, como un murmullo en ciertas voces de los actuales grupos literarios del Ecuador.

Son pocos los que se han percatado de las enfermedades del mundo y más específicamente, de esa especie de fabricación social del individuo. De estos “males” nos intenta dar cuenta la teoría social contemporánea. Pero ha sido la literatura, quien ha propiciado el pensar y sentir, con una insistencia que bordea el morbo, de la condición del individuo psíquico y social. Sólo recordemos a los grandes escritores rusos que, además de indagar implacablemente el corazón del hombre ruso de su tiempo, nos han dejado la más admirable pintura de su sociedad Para bien y para mal, el escritor sin poses testimonia la realidad que ha sufrido y mamado. Y es de una realidad cincelada por los grandes objetivos de la Modernidad de la que se preocupa recurrentemente –queriéndolo o no- gran parte de la poesía y narrativa contemporánea llegada desde cuerpos literarios específicos. Quizá estas preocupaciones que bordean lo “no dicho”, que no figuran en los manifiestos dan cuenta, nuevamente, del porque de la formación de los grupos literarios de hoy.


Aunque claro, el cuestionamiento –desde la Literatura- de las representaciones socialmente instituidas, de lo que Bacon llamaba los idola tribus no es privativo de las generaciones recientes. Sin embargo, es evidente, también, que estamos asistiendo a una radicalización del proyecto moderno y eso, sin duda, es el pábulo para el nacimiento de múltiples “sensoriums” que responden a nuevos conflictos. No se trata simplemente del cacareado “descentramiento posmoderno”, sino de la posibilidad, aunque esquiva, de materializar la ruptura, como a puesto de manifiesto Castoriadis,
[1] del pensamiento con la funcionalidad, es decir la posibilidad de individuos para los cuales sea psíquicamente posible poner en cuestión tanto los fundamentos del orden social como los de su propio pensamiento, es decir de su propia identidad. Nos encontramos entonces, o es lo que esperamos, con espacios literarios que han encontrado nuevas pistas que ya no se asientan únicamente en el ponderado compromiso de la Literatura con lo social.

Logotipo Taller La Pequena Lulupa en los 80s

Y esta no es más que una de las máscaras – en el sentido que Goffman le asigna al término- que nos asiste. Sin héroes y apeándose de los pedestales determinadas voces de los así llamados grupos literarios humorizan, por momentos, sobre una lógica prometeica de la vida que ha situado al éxito y el progreso como la receta para una existencia plena y justificada. Y es que, en este régimen de temporalidad implantado, como ha evidenciado Sombart , no hay cabida para la ociosidad, para la holganza, puesto que incluso éstas son objeto de una reprobación en términos morales. Por expresarlo al modo de Foucault, la racionalidad política moderna ha construido un modo de objetivación del sujeto acorde a los trazos por ella diseñados.
La directriz histórica alentada por la modernidad provoca, diciéndolo en terminología habermasiana, un desaclopamiento de sistema y mundo de la vida que induce agudas patologías sociales en la escena cotidiana. De manera sintética, conduce a una absoluta objetivación de la persona, a una mercantilización que coloniza las subjetividades sociales. Lukács, influenciado por Weber, había conceptualizado este fenómeno bajo la conocida catalogación de cosificación. A su juicio, la racionalización que acompaña al desarrollo de la modernidad genera una completa desfiguración de la persona.

Portada de revista del colectivo La Pedrada Zurda , activo desde los 70s

En efecto, la modernidad puede ejercer un régimen coactivo sobre el individuo, pero, sin embargo, difícilmente puede constreñir el ámbito de la imaginación. El ser humano levanta, así, una trascendencia de su realidad, una transfiguración fantasiosa del mundo que constituye un espontáneo exorcismo de su cotidianidad. De alguna manera, tras este deseo de alteridad se esconde un ansia por eternizarse en lo proxémico. Pero, al mismo tiempo, hay un intento de recuperación de la infancia, del aspecto onírico de la existencia que es abortado en el mundo moderno, pero que, sin embargo, pervive siempre en estado latente. Bachelard, cuando se refiere a lo imaginario, habla de una infancia que supervive en todos los hombres, de la evocación que se encarna en la libertad de la poesía. De esta libertad, de este intento tierno por enfrentarse con el mundo nos percatamos en ocasiones, pero sólo en ciertos casos, cundo registramos la condición de los grupos literarios.



Logotipo de la revista y Taller La Mosca Zumba en los 80s


Sin embargo, los peligros son muchos y están latentes en esas mismas asociaciones de literatos. La reflexión y el análisis serio parecen escasear. No es difícil, por ejemplo, encontrarnos con manifiestos panfletarios y cursis que proclaman a la literatura “como el último territorio que nos queda en este mundo de alienaciones”, lo cual demuestra que la estupidez es un atributo intergeneracional. Pero lo más difícil de entender es que, mientras por un lado se despotrica en contra del canon y se alardea con retirar a la literatura –y en general a las artes- del pedestal en el que se encuentra, por otro lado, se sigue asumiendo al escriba como un ser especial, dotado de ciertas condiciones y sensibilidades que lo ubican por sobre el promedio humano. Se sigue pensando en la cultura como una agenda compuesta por lanzamiento de libros, recitales, conciertos de cámara, cóctel de zafios e ilustrados de última hora, en fin.

Logotipo del Taller matapiOjO en el Quito de los los 80s


De ahí que me parezca pretensioso y pedante estas dos palabras: “grupos literarios”. Sería más interesante pensar en espacios abiertos, con un horizonte amplio de lo que significa la cultura o culturas, donde se asuma a ésta como un “conjunto de fenómenos que contribuyen, mediante la representación o reelaboración simbólica de las estructuras materiales a comprender, reproducir o transformar el sistema social” (Canclini).

Notas

[1] Castoriadis Cornelius, “Ontología de la Creación”, Ensayo Error, Bogotá, 1997, págs. 204-205
2 Algunas ideas que en los siguientes párrafos se proponen sobre los grupos literarios han tomado cuerpo gracias a la intervención (textos y entusiastas pláticas) de mi amigo y escritor Alexis Zaldumbide.


Carlos Posso Cevallos. Ibarra, 1981. Es egresado de Comunicación Social en la Universidad Central del Ecuador y ha hecho estudios de cine en Argentina. Integró los Talleres Literarios de la CCE y ha publicado cuentos en su selección narrativa LUZ LATERAL. Este texto fue presentando en el primer encuentro de grupos y talleres literarios Alfonso Chávez Jara, en Riobamba.