vendredi 24 juin 2011


A DESPECHO DE LOS "CANÓNIGOS DE LA LUENGA"
SUS INEFABLES ACÓLITOS Y MONAGUILLOS DE COMARCA...

“I FERIA DE EDITORIALES ALTER/NATIVAS,
EDICIONES DE AUTOR, COLECTIVOS Y CARTONERAS"

!Una fiesta de la literatura fresca en Ecuador!



Organizan:
K-OZ, Demolición, Sumak,La.Kbzuhela,Efecto Alquimia,
El Xirco de la Vergüenza, Ojos de perro Azul, Murcielagario, Grupo Cultural Retorno, A palabras cojas, Labios mayores, Umbilikal, Nienpintura, Lagarto Azul,
Zero Publisher, Cuerda Floja
y Talleres Literarios de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.



Poesía, Narrativa, Música, Video-Arte,
Presentación de libros y más...

Quito, sábado 2 de julio
Casa de la Cultura Ecuatoriana, Sala “Benjamín Carrión”
de 10h00 a 13h00 y de 16h00 a 20h00

lundi 13 juin 2011

NUEVA POESÍA ECUATORIANA


De “LA MIEL DEL SILENCIO”
De Sonia Montenegro

Premio de Poesía Paralelo Cero, 2011


1. DEL SILENCIO:

“El silencio.
El silencio bajo el agua se esconde,
Y cierra los ojos como un niño dormido”

“El silencio tiene lengua de mariposa,
una lengua que vuela y se convierte en otra mariposa que no tiene lengua.
Su huella, flota debajo del agua. Su paso abre: la nada”


La poética se alimenta de signos, señales y símbolos escondidos bajo nuestra almohada: se alimenta de la oscuridad imaginada, del lado oculto de la luna, de los sueños y de las utopías; pero también constituye el lenguaje de nuestras tinieblas y abismos personales.

“Pensar en el miedo es escuchar su rugido durmiente
Sentirlo, es despertarlo de su propio letargo.
El miedo es un cuchillo que busca afilarse en el alma”
(MIEDO)

No hay entonces mejor escenario para ubicar a Sonia Montenegro, joven poeta, nacida en Tulcán “localidad norteña donde el arco iris porta el color del fuego y de la humedad”: el 5 de agosto de 1988, quien da a luz su primer poemario, como dará a luz pronto a un nuevo árbol tierno provisto del don de los sonidos, de la imaginación y de la palabra; de ubicarla en aquel vasto territorio de sueños y también por qué no, en aquel paisaje venusino de misterios localizado allende el paisaje terrestre, quizás en el lejano y alucinante paisaje celeste del Hanan Pacha, en el mundo constelar de nuestro antepasados.

Y, del mismo modo, que las estrellas del mundo celeste, que aparentemente separadas unas de otras son también constelaciones en la vía láctea, su opción de haber integrado un taller y una “comunidad literaria”, -tan lejos y tan cerca de aquellos que presumen en ser “estrellitas solitarias” en nuestra milenaria comarka-, su propuesta poética nos resulta tremendamente “holística” y a la vez “fractal”; en búsqueda de la totalidad y en la lúcida conciencia de fragmento: del uno y el grupo al mismo tiempo, subjetividad e inter subjetividad entrelazadas; integrando una colectividad literaria y, haciendo parte de aquel “communis” que se solaza cada fin de semana en hacer viajar textos en la bóveda celeste, pero también en aterrizar ideas, reflexiones críticas y sensaciones, en la mismísima corteza terrestre,



2. DE UNA POÉTICA COMUNICANTE

“Un murciélago se escapa del espejo.
¿Estoy ciego?
-Preguntó el espejo”

¿ Qué de sus poemas con las últimas tendencias de la poética ecuatoriana, con aires de “cosmopolita”, oficiosa, “oficial”, oficinesca y solemne; con perfume a “musos” del trópico y a “vates juan pepinescos”, cultillos y acólitos cultores de un “lenguaje hermético”, -no por hermenéutico sino por confuso-; de aquellos delicados vates oficiantes del poema cultivado como una flor en sí, “no para sí”; cultores de una poética petulante y peripatética, evasora con premeditación y alevosía, de la palabra comunicante y de la búsqueda de una literatura con identidades?..

“La dulce Safo,
Tímida y dulce
Se envuelve en una hoja de maíz.
Hay que desgranar la mazorca.
La abrazante llama del Amor”…

(SOL DE AMAPOLA)

En nuestro paisaje contemporáneo, cuando nos interpela un tiempo veloz, caótico y virtual, quienes trabajamos con los jóvenes talleristas de la CCE, cobramos conciencia de que asistimos a la irrupción de una poética diversa, variada, polifónica y multilateral, tanto en tonos como en registros; cambiante de un autor a otro, pero cambiante también en la carne y la sangre de su propio autor; angustiada en su propio proceso de búsqueda de oficio, en su devenir caótico y complejo, en su inter-subjetividad y contexto. Y, nos parece también asistir al retorno o la reconstrucción cíclica de una poética no solemne, no retórica, ni altisonante, no carente de sentido del humor y obviamente “anti canónica” como aquella que pretendió instaurarse en el Ecuador neoliberal de los 90s; pues diversidad, variedad y alteridad, son a nuestro juicio, los arquetipos de este nuevo tiempo de cambio siglo y también de paradigmas, para los jóvenes poetas ecuatorianos, quienes van haciendo cada vez realidad aquella “constelación contra el canon”, de la que nos hablara Mario Campaña, luego de superar él mismo, la modorra aparente de aquella poesía, escrita “por y para iniciados”.

Es ese marco que debemos ubicar el libro de Sonia Montenegro, emergiendo desde una comunidad, donde solo intentamos “educare” como quisieran los platónicos: es decir “sacar a luz” como ninacuros o luciérnagas andinas, aquello que bulle en el interior de cada niño-poeta, sin por ello dejar de hablar de eso que bulle en el paisaje ultramarino y en el continental del Ecuador actual, de aquello que reverbera más allá de la mismísima subjetividad del poeta.



3. De “LA HUELLA SENCILLA”

Si, en las cosas simples es en donde se resumen las grandes preguntas de la existencia, sino fuera por la sutileza del poeta, aquellos instantes de simpleza, se nos escaparían como mariposas de luz, esfumadas entre la bruma del olvido...

“El sueño se me quema; alguien lo despierta
encuentro el alba en el cáliz de la ceniza”

“La belleza se entierra como semilla de invierno.
El nacimiento de un misterio”

“Fluir por la grave corriente de la palabra
Y ser detenida, ser, ser la belleza que sale a la orilla del agua”

“Penetrar el espacio del amor,
es atravesar un terreno sin nombre”

donde:

“ Los deseos son pequeñas archipiélagos:
Sustancias submarinas.

Amén”

(ARCHIPIÉLAGOS)


El adecuado uso del valor poli semántico del lenguaje, posibilita al poeta, ejercer su oficio de orfebre y escultor de imágenes, de labrarlas con paciencia, entonces puede decir con cálida y tierna simpleza:

“Dios conoció un útero, y se quedó dormido”

Es entonces, en aquel atentado contra la visión grandilocuente del mundo; en ese ir tejiendo imágenes a partir de un vocabulario fluente, sencillo y cotidiano, como se consiguen palabras filudas como cristales; más, sin ninguna intención retórica o de “femenino” amaneramiento:

“Alma de LUNA.
El rayo es el alma de la noche;
Abre dos cuerpos:

El instante y la piel”

Claro está, estamos concientes, de que la poesía de una joven poeta más que evidentes certezas plantea brutales incertidumbres; tejidos de versos que están hechos todavía de un frágil multiverso de palabras y sonidos juveniles, y nos reconfirma que la poesía sirve en la edad de la autora para esculpir sueños intangiles, pero también para amar e incluso para maldecir, para ironizar con rabia y con ternura, sobre la que parece a veces la inútil existencia del ser, del vivir y del amar...

“El secreto de caminar tras una huella, el secreto de encontrar una piedra en cada pupila. De abrir la boca de los poetas, sus palabras; el jardín donde juega el recuerdo y el olvido. El fuego que vuela, la ceniza que contempla… el agua que cura. La pluralidad del secreto”

( LA HUELLA SENCILLA)



4. SUSTANCIA INMÓVIL

El amor constituye el arquetipo primordial de la poesía, la sola magia posible del poeta consiste en atraparlo sin caer en el sentimentalismo barato y presupone una distancia entre texto y emoción subjetiva, a través del manejo adecuado de lo que llamamos “voz poética” y en esa forma, a través de sus vivencias personales, potencia también resonancias colectivas:

“Entre la quietud; tus pasos se van… de puntillas, de silencio en silencio:
abren la sed del secreto; se pierden, se beben bajo la orilla de un río:
única puerta que detiene el instante de tu cuerpo:
única madrugada donde se desnuda mi alma”

(SUSTANCIA INMÓVIL)

En el caso de la poesía amatoria de Montenegro, hay una búsqueda del “Eros cotidiano”, tierno y violento a la vez, tan real que subyace en cualquier relación de pareja, que se atrae y repele en un amor-odio neurótico y bipolar, de aquel que nos interpela con sus tiernas y crueles paradojas.

“Llega el amor y me rompe este sostén de porcelana
Y me quedo sosegada
ante la voluble caricia;
que sale de su barba,

El viento también llega,
Y nos arranca el ceniciento beso
Y lo vuelve pan… para los astros
en la mezcla del sabor está el silencio”

“Y yo me quedo como un jardín en llamas”

(Ceremonia nocturna)

De esta manera, este sueño de poemas corpusculares, de partículas y de ondas llamado LA MIEL DEL SILENCIO, leído y podríamos también decir con aire solemne, -validado y “juzgado”-, entre una cincuentena de otros libros y otros tantos poetas, por parte de personalidades externas e incluso críticas al trabajo paciente que hacemos en un taller literario: constituye entonces un desafío para su autora y para todos nosotros, sus potenciales lectores, pues poco sabemos de los estallidos, de las rabias, de los silencios, de la miel, de las lágrimas y explosiones vitales, que habrán dado lugar a su frugal nacimiento.

Preguntemos finalmente con Sonia:

¿Qué hacen los sueños cuando bajan al mar?
Sueñan, solo sueñan”…

“Y se van…
¡Dejando solas a sus pesadillas!”


Diego Velasco Andrade

Kitu, días de junio, 2011

lundi 6 juin 2011

NUEVA POESÍA ECUATORIANA


YELOW DOG BLUES de Agustín Guambo
O “el tiempo fecundo para la muerte” del poeta callejero


Por Diego Velasco Andrade


Si los perros hablaran escribirían con Prevert (Le chien a la mandoline) o ladrarían versos antipoéticos a lo Euler Granda (Un perro tocando la lira) o dormitarían bajo la luna de Kitu, como aquel mamífero narcoléptico de Alfredo Pérez Bermúdez (Perro Ebrio).

Si los perros de Kitu escogieran un “pueta” que los retratara musicales, ácratas y amarillos, en este final de la primera década del siglo XXI, escogerían los blues a la luna de este joven poeta quitense Agustín Guambo: quien constituye una fiel sombra proyectada en el aire y no en las piedras, como la lógica racionalista quisiera.

A medio camino entre la poesía y la narrativa, entre el canto minimalista y el rezo anarkista; entre la oración a la muerte y el puñete molotov para detonar más vida, estos versos se disparan como flechas, tzantzas o dardos envenenados sobre el hormigón callejero de las Tierras del Medio, pero se esparcen hasta el lago matriz del Titi Kaka en el altiplano de Bolivia, arriban a la insólita Buenos Aires o tuercen el pico de aquella grisácea Lima: ciudad hipodérmica, para este poeta caminante que un día las recorriera.



“La ciudad es narcolepsia pura” dice el perro poeta y callejero Agustín Guambo, en aquello nos recuerda a la visión vagabunda de los Bruno Pino, Héctor Cisneros o Pedro Moreno, poetas callejeros atropellados por una ciudad alucinada, que lo mismo los incitaba a interpretar blues que a desatar los nudos de sus cordeles para amarla cantándola.

La muerte entonces se vuelve fecunda y no fatal para el poeta urbano vital:

“Hoy sabemos q Venus es un planeta distante. Un rostro de pelambre como mongolito fashion. Hermana en la comitiva radiante del sol. Pero Venus está envuelta por una atmósfera densa de tiempo.

Hoy sabemos q... estoy solo”.



Invocando a los antepasados y a los posfuturos, sus versos solitarios, reclaman amor perruno, musical y seminal; ladrando a veces, lamiendo en otras a sus lectores, estos versos caninos deambulan por YELLOW DOG BLUES, hirsutos, mojados bajo la lluvia inclemente y también en busca de dueño, pero siempre iluminados por la Vía Láctea, que es la única carpa segura para el poeta que se precie de ácrata urbano, y callejero.


Diego Velasco Andrade
Kitu, Diciembre 2010