vendredi 21 août 2009

SERIE VANGUARDIA Y TRANSVANGUARDIA 1


Valoración de la imagen paranoica en las obras:
Zaguán de Aluminio, Chamarasca y Oxidación

Por Freddy Ayala Plazarte*


I alguien escribió el abecedario
de los puntos suspensivos
en la herida del viento infinito


Hugo Mayo


Sabemos que Occidente ha construido el sentido cultural de la imagen desde lo figurativo, en cada sociedad, en cada contexto y época, los significados han variado de acuerdo a las circunstancias, convenciones y cambios establecidos por un “canon”.



Giuseppe Arcimboldo, El agua (1566), Museo Histórico de Arte, Viena

Imágenes religiosas, sensuales; Renacimiento, Barroco, Impresionismo, Expresionismo, Surrealismo, son solo algunos ejemplos de la evolución de la imagen artística. A este planteamiento asociamos la imagen poética de la vanguardia, en nuestro caso (Hugo Mayo), poesía buscadora de esencias infinitas, de sensaciones inacabables, de neologismos transgresores, que revierte lugares, atrofia el meandro del tiempo-espacio y construye un escenario imposible para la “realidad”, pero posible en la psíquis, en el papel, en la misma palabra.

La imagen poética es una cuestión de lo sensorial y parte desde lo perceptivo; para Castoriadis: “La imaginación es el poder (la capacidad, la facultad) de hacer aparecer representaciones que proceden o no de una excitación externa”[1]. Así, plantear la imagen paranoica en Hugo Mayo no es tan ajeno a los tiempos del surrealismo.

Hugo Mayo escribe su obra a la par del movimiento de los surrealistas (1920-1930), mientras el surrealismo escandaliza y participa en la política de su época, oponiéndose
a los ideales del fascismo (Stalin, Hitler, Mussolini). Mayo mantiene correspondencia con sus contemporáneos, debemos tener en cuenta que Mayo no tiene un conocimiento absoluto de las poéticas de sus contemporáneos europeos.


El gran Hugo Mayo con escritores de su tierra natal Manta, en los 80s

Hugo Mayo conoce solo sus manifiestos, postulaciones y por esta razón es afín a sus principios, por ende su obra se escribe desde la visión que abstrae desde el Ecuador. Digamos que su poética logra juntarse a lo que plantean y difunden las poéticas de la vanguardia. Cada quien explora su espacio; César Vallejo, Pablo Neruda, Huidobro, Jorge Luis Borges, César Moro, Mariátegui, Tzara, Breton, Eluard no parecen tener nada en común, únicamente el haber escrito en el mismo tiempo.

Desde el psicoanálisis freudiano se sabe que la paranoia es una enfermedad en el individuo, que consiste en organizar la realidad de una manera que sirva para defenderse ante otra, caracterizada por la alucinación, el delirio, neurosis, y los temores que pueden desembocar en la psicosis, lo cual obstruye y deforma el sentido de “realidad”, conduciéndolo a un mundo ilusorio.

Paralelamente a esta aclaración, entre 1928-1932 el pintor Salvador Dalí desarrolló su conocido método de interpretación de la realidad desde su pintura; con el revolucionario método paranoico- crítico, que consistía en transponer imágenes irracionales de la realidad e interpretarlas críticamente, es decir; la imagen poética dada o del surrealismo ya no era tan irracional, ahora ya estaba sujeta a una interpretación, comprensión y un “entendimiento”.


Dalí planteaba trasponer una imagen sobre otra e interpretarla críticamente, esta postura no fue del todo ajena a las poéticas de los vanguardistas, hablamos así de una imagen paranoica porque precisamente en Hugo Mayo encontramos imágenes “irracionales”, pero que separando cada fragmento podemos otorgar un sentido crítico:


Pozo de una mentira

Atardece
matorral de iras
Pozo de una mentira
¿qué sinsabor
se crucifica?

De la de tu río
a la pirámide
Sólo la mano
habita en el espejo
Probatura de tréboles dormidos
y un cero en las peceras

Ahora corto
tu sí de angustias
No hay amor
en la sombra
Sierpe de la sonrisa
cae tu cielo de siete lunas

Grito del laberinto
Estafermo inoportuno

(Chamarasca)

Por su parte en El Zaguán de Aluminio(1982) y Chamarasca (1984), principales referentes para entender en su más alta expresión la poesía de Mayo, encontramos el mundo onírico, alucinado, complejo por cada imagen, pero también obras construidas en la época en que el surrealismo sobresalía y la paranoia ya era fuente de creación y no de represión.

La poesía de Mayo en el país establece los parámetros de lo que sería la imagen vanguardista de su tiempo. Su insomnio desde la palabra lo condujo a los limbos de un lenguaje aparentemente “absurdo”, mas el sentido de su poética va más allá de la sensación y el silencio que entreteje cada poema, digamos que desentraña la trastienda de cada cosa; mar, zaguán, calavera, Dios, diablo, luz, fuego, agua, ojo, silencio, angustia, sombra, infancia, sonido, como un elixir, una quintaesencia, al mismo lugar inaccesible desde la mirada; a la mente, a ese lugar que obsesionados como Freud y Lacan lo quisieran, proponiendo que la única manera de llegar a aquel lugar inaccesible del ser humano; ya en su “consciente-inconsciente”, sea únicamente desde la palabra.

“Me quemo en lo esencial”
Hugo Mayo

No se pretende señalar con el dedo índice el epicentro de la poética de Mayo, lo que si debe estar claro es que la imagen poética-irracional-paranoica-simbólica enriquece la posibilidad de dar lecturas e interpretaciones diversas, y esto es lo que destaco de la poesía vanguardista, cerrada en un inicio pero a la vez abierta a que el sentido más acertado sea el que se deje llevar del intelecto.


El Zaguán de Aluminio


Nací en madrugada casi oculto
A mi sombra le di mi nombre cierto
Por desayuno un calentado padre nuestro

H.M

Es el poema que da el título al libro, con fecha de Octubre de 1921, que se sabe fue un poemario que estaba en la imprenta para ser publicado, sino que un supuesto ajuste de cuentas ante el autor hizo que desapareciera todo el manuscrito.

Mayo no pudo recuperar el original, incluso supuso que si aparecía publicado estaría con otro nombre. No obstante; Hugo Mayo reconstruyó el Zaguán de Aluminio y los demás textos de una forma automática, recordaba frases y palabras, lo cual le llevó a elaborar una nueva versión.

El Zaguán de Aluminio o esa unión entre lo duro, lo metálico, lo sombrío y lo luminoso, como un espacio para dejarse topar por las voces, es uno de los poemas más elogiados del poeta Hugo Mayo, texto que tiene como personaje central a Nino Amonalik, quien recuerda sus dibujos, pero que posteriormente asume otros; en el recuerdo y la memoria, hay conciencia de haber perdido algo y no poder recuperarlo, el poeta usa elementos que inducen a pensar en su “manuscrito perdido”, y únicamente conserva la imagen de su infancia como una vejez irrepetible;



EL ZAGUAN DE ALUMINIO
[2]

Nino Amonalik
viejo dibujante de cosas raras
Nino Amonalik,

Un día lo encontré
dormido como una garza real
Le pregunté cuál era su país de origen
Y aletargado, no pudo responderme
No recordaba ni su propio apellido.

A Nino Amonalik
lo visitaron nueve bellos colibríes
le habían traído nueve colores diferentes
en sus plumajes.

Y Nino Amonalik
dibujó un zaguán seguramente,
para portada de algún libro
Emocionado, expuso la figura
una noche de luna recortada.


A una caverna de voces armoniosas,
llevé a Nino Amonalik
De puro susto, se desmayó,
oyendo novimorfos poemarios
Y le robé el dibujo
que guardaba en uno de sus bolsillos.

Y coloreé el dibujo
con tinta aluminífera
De ese pintorreado, nació
el nombre para el libro
que había escrito
Con llaneza lo llamé:
EL ZAGUÁN DE ALUMINIO

Nino Amonalik
viajó, después, mal encarado,
a su país de origen:
el País de Locas Calaveras.

¡Cómo me está golpeando
el recuerdo de Nino Amonalik!

Octubre, 1921


“El zaguán de aluminio” como obra fue publicado en 1982 por la Casa de la cultura Ecuatoriana, “Núcleo del Guayas”, en la colección Libros para el Pueblo, y a mas de este gran poema que lleva el título del libro, Mayo condensa en la totalidad de la obra una propuesta irreverentemente vanguardista, desde el punto de vista de la misma informalidad de los textos, me refiero a la estructura con la que algunos poemas están escritos:

Imagen Galo Galecio


NOCTURNO CELESTE[3]


TRES
es-
tre-
llas-

como broches de camisa

En el océano de Aire
una gran O baña medio cuerpo
dibujando un paréntesis
huérfano.

Ancianos que han lanzado
sus
bar-
bas
al vacío

como jeroglíficos pretéritos.

Desde los laboratorios desconocidos
ruedan disolventes
dejando negra la placa


La multiplicidad de imágenes en la poesía de Hugo Mayo denotan su carácter hermético, es decir, el poeta se oculta en el lenguaje, pero a la vez el lenguaje desvela su propuesta críptica. Ahora bien, en Zaguán de Aluminio encontramos también poemas que refieren a un pasado, me atrevo a decir, que retorna a cada instante sobre lo vivido, vuelve a vivir un pasado que no regresa, logra sintetizar ese instante que ya no está pero que en el texto continúa latente, y por decirlo de otra manera, no busca el rastro o la evidencia de la infancia en un no-lugar utópico, únicamente ese eterno retorno está en su memoria, es la imagen figurativa que se estira sobre otra imagen y sobre el mismo hecho o fenómeno.


OTRO GOLPE

Garabatos del niño
El sol con agridulce pandero
Va el jinete y nadie en el viento
Turbio el pasado de los sótanos
Nostálgicas preguntas
Tal vez la voz dejó su huella
espanto del camino
Hora encendida para siempre


PRETÉRITA

La escalera de la huerta
con millones de pasos rezagados
Para los caminos sin salida
mi corazón fue rosa de los vientos
Y aún había vida voluntaria
en las mareas absurdas
Pero alguien en su fuga
olvidó que estaba muerto.

“El zaguán de aluminio”, posiblemente sea ese espacio silencioso donde el mundo externo no cuenta, sino, mas bien, el eco de la memoria y de lo vivido se junte para transmutar en un mundo interno, con voz luminosa que es la palabra. Ciertos poemas del Zaguán de aluminio como Fluvial, Nocturno Celeste, Bujía Polar, Cinema, Croquis de abismo, fueron publicados en revistas como Singulus y Proteo (primeras revistas con posturas y planteamientos vanguardistas de Guayaquil) que datan de la década de 1920, lo cito, porque estos datos confirman el contexto de su tiempo, hago hincapié en la importancia que tuvo la poesía de Hugo Mayo escrita en medio de conflictos e incredulidades, sobre todo, época de poéticas modernistas en el país, pero que afrontó con su puño o su espíritu de ruptura siempre en alto.


PARA UN REMIENDO

Extraño en mi corbata amarga
Color difunto de un septiembre ido
Veo al agua en hondas ansiedades
y un rocío de risa en pastizales.

Rondan cada mañana los jilgueros
y hasta el recuerdo en lo perdido crece
Ya la gaviota desconsuelo y pena
como un cascabellino en su derrota.

El viento enamorado de puntillas
y un tropezón de anhelos nos espera
Extraño absurdo de esconder olvidos
Y dar la propia piel para un remiendo.


EL RECUERDO

Canción y olor
Aquí el herido viento
La puerta falsa
Las maduras dimensiones
El regreso del agua
El hacha partiendo los recuerdos.

ALGO DESPUÉS

Abrir caminos
y el cielo paralítico
Nadan ceros de angustia en la albura
Para qué obstáculos trazados
piedra traída desde allá
y vientos y sonámbulos
Arco iris de otra risa en la baraja
y algo arriba
Algo después
Después los peces de febrero.



Salvador Dalí, 1951

En El zaguán de aluminio Mayo nos deja un legado implacable de poemas, convive el poeta con la amargura de lo perdido en un momento y esto mismo lo fortalece, lo revitaliza, lo conduce a transitar por el camino absurdo del lenguaje, a optar por innumerables significados, partiendo de iguales significantes; con la poética de Hugo Mayo no podemos quedarnos con lo que vemos, sería abnegar la profunda forma de sus textos.

Mayo nos propone una lectura perseverante, persistente, si cabe el término. Si me he referido en varios de los poemas citados a enmarcar la idea de la tristeza-angustia-soledad-silencio que se funden con la inseparable imagen de la infancia; escenario inconsciente que desde la postura freudiana en cualquier momento de la vida se manifiesta en la conducta de cada ser humano.

Y por qué no referirnos al existencialismo de Sartre, que en su monólogo La náusea planteaba escribir sobre un personaje histórico francés llamado Ronquentin, y que en medio de su soledad Sartre mirando los charcos de la ciudad decía que eran la náusea, haciendo referencia al pasado. Sartre termina su monólogo, solo aceptando su pasado se aceptará a sí mismo. Así también, Hugo Mayo hace de la palabra, una resonancia, al hablar del pasado, el poeta no reniega para caer en un existencialismo mediato, sino que en la antítesis, contradicción, anacronía, lo acepta, dibuja, regresa a pisarlo, a verlo y este quizá es el absurdo: no mirar el próximo segundo, sino, escribir con un retrovisor, proponer ser más humano desde el pasado;


CASI UNA CANCIÓN

Si me escondo me llega una ironía
y el verde de la yerba me acompaña
La tarde es un axioma complicado
y hay tres revelaciones que avizoran
Una señal de lluvia es la tristeza
en los ojos que fusilan
La noche se disfraza de fantasmas
y haciendo preguntas llega el viento
tallando poesía
Hasta la muerte pone su máscara de risa
en el vuelo del tiempo y la leyenda
Y al fin hay un olvido
y un dolor que dice lejanía.

EL MISTERIO AZUL
Viajan aullidos
Mis poemas despiertan huracanes
y el total delirio alguna vez.
Otro día la soledad
abrió la puerta estrecha
del minuto.
Pero un niño que no nace
espera duerme.

DISCO DIRECTO

Yo lavo mi palabra en el silencio
y enciendo amor
para encender amor hay días opuestos
Navajas que han herido
Vientos enemigos en enero
Me despetalo buscando lo que busco
eso que llevo
En mi quietud ansío
La sed de las profundas aguas
La sonrisa de un pájaro que muere
Los sueños de un espejo
Y un resplandor oculto me persigue
Mi locura es azul tiene de cielo
Cuando anochece el corazón me llama
y decir: ¡me quema el fuego!


[1] CASTORIADIS, Cornelius, “Ontología de la creación”, Editorial Colección Pensamiento Ensayo y error, Bogotá, Colombia, 1997, pgs 18.
[2] Varios de estos textos de “El zaguán de aluminio” se han tomado de: MAYO, Hugo. Colección “Memoria de Vida”, Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, segunda edición, año 2009.

[3] (Singulus No.1, Guayaquil, octubre 1921, p.46).

* Este texto es un fragmento del estudio que el joven poeta realiza sobre Hugo Mayo : la vanguardia y transvanguardia poética en Ecuador, de próxima aparición

2 commentaires:

Anonyme a dit…

Se olvidò de "Y hubo desmayos de versos en mi entierro", por cierto de Hugo Mayo, mi paisano muerto en el zaguàn.
Elogios o desmayos que se dan despues de la exesiva tasa de colesterol de su recuerdo.
Su generaciòn fue uno solo:èl,
y no los encasillados modernos; ¿verdad kaos?,Suerte.

K-OZ a dit…

pues no qué va...
ya veremos que "su generación"
estuvo aquí y en perú
y en bolivia
y en todo amaruka
solo que ha sido
"abducida" por las argollas
poetásticas respectivas,
bien antonio
muchas vidas a la muerte!