SERIE IDENTIDAD ANDINA
PACHAKUTI: EL GRAN SALTO
Del libro CAMINANTES DEL ARCOIRIS (Fragmento)
Por MAKARIOS ATAWALLPA OVIEDO*
Cada una de las palabras del Wakakué llegaban hondo a mi corazón, y a veces me invadía una profunda tristeza al pensar en el conquistador español que en su ignorancia arrasó con todas las culturas sabias de América. Me preguntaba cómo hoy sería la vida en América y el mundo, si no las hubieran destruido.
“Cuando llegaron los invasores observaron nuestros actos de vida y no los entendieron -respondió el Wakakué-. Es mas, no quisieron comprenderlo, no se dieron el tiempo para preguntar y simplemente les sentenciaron: son salvajes. No pudieron valorar que eran pueblos alegres y festivos, como lo somos hasta el día de hoy. Que entendíamos que la vida no es más, que un acto de elogio a la creación y a cada manifestación de la vida en particular. Esto no fue comprendido por el invasor y la prueba es, que hasta ahora tampoco. Para nosotros la vida no era explotar oro y más oro, acabar con el oro negro, el oro azul, el oro verde, el oro dulce de la Madre Tierra. Por el contrario los conquistadores, como ellos mismos así se autodefinían, estaban acondicionados por la lujuria del oro y los títulos nobiliarios. Cada uno aspiraba a enriquecerse para comprar un puesto dentro de la monarquía. Su sueño era salir de la pobreza y miseria en la que vivía la Europa medieval.
Podrán decir muchas cosas de nosotros, pero jamás lo han dicho ni creo que lo dirán, que aquí hayan encontrado mendicidad, delincuencia, epidemias, hambruna que son el reflejo de una sociedad en descomposición. Todo lo contrario, aquí había abundancia y es por eso que pudieron llevarse todo ello para Europa: el oro, la plata, los cereales, las leguminosas, las frutas. Solo para darte un ejemplo, el maíz y la papa salvaron a la Europa del hambre pues eran pueblos básicamente carnívoros. La mayoría de frutas que hoy como el mundo son producto del ingenio agrícola de nuestros ingenieros y científicos. Sin hablar del oro y la plata que les dieron la riqueza que hoy ostentan y que presumen como signo de desarrollo y progreso.”
Explicó que todo lo que se producía se consumía, y se lo hacía premeditadamente de modo que no quedasen excedentes. Y cuando los habían, eran destinados a las Casas del Sol, de los ancianos y niños sin familia, y a los tambos o casas de hospedaje que habían en los distintos caminos del Tawantinsuyo. De tal manera que todo caminante estaba aprovisionado de lo que necesitaba en su recorrido, tal como lo explicaba el cronista Cieza de León en su libro El Imperio Colectivista de los Incas. De esta manera, se aseguraban de que siempre estuviese circulando la vida, y no reteniéndola y esclavizándola con cada cosa o persona que se iba acumulando. Dijo que hasta ahora funcionaba este principio en los Andes, cuando gastaban en fiestas todo lo que habían trabajado en el año. Aunque con la diferencia hoy en día, que por el sistema social imperante esta práctica no permitía seguir manteniendo el equilibrio familiar y comunitario, sino la pobreza a la cual estaban sumidos desde hace 5OO años, y siendo ese el saldo de la invasión española.
“El mundo occidental todavía no ha comprendido muchas cosas, en el fondo el mundo todavía no ha descubierto América después de 5 siglos”.
Puso de ejemplo, que cuando los arqueólogos encontraban tumbas con diferentes elementos personales, o acompañados de otros seres humanos para ellos, estos objetos significaban los utensilios que iban a utilizar en otras vidas, y las personas eran sacrificios humanos de quienes les iban a servir en la otra vida. Dijo que en primer lugar en la concepción andina, si bien el concepto de muerte no existía, no significaba que había otra forma de vida que pueda llamarse el paraíso o el infierno, o algo parecido. Los instrumentos enterrados junto a la persona, era todo aquello que el individuo había producido en su vida y que debían perecer o descansar igual que su hacedor. No había el concepto de herencia que implicaba la acumulación de riqueza o el paso a sus hijos o herederos. De esta manera se aseguraban que la vida este rehaciéndose cada vez, con cada nueva generación.
“El manuscrito de Huarochiri, es el único documento escrito por los españoles, que recoge la propia versión de los habitantes andinos sobre su cosmovisión y forma de vida. Allí anotan que cuando moría un niño o una persona de características singulares, como reconocimiento a su condición, le momificaban y le enterraban en la cima de una montaña, en un lugar sagrado o cerca de su lugar de residencia. Era la manera, de resaltar y de convertir a alguien en un guía para los demás. Pero para los arqueólogos eran sacrificios humanos, comparando y juzgando a como lo hacían en otras regiones. Todo han interpretado de acuerdo a sus códigos ancestrales, como ellos tenían reyes nuestros líderes eran reyes, como ellos hacían sacrificios humanos, de la misma manera las momificaciones sagradas de nuestros niños, para ellos eran sacrificios... Ya lo sabemos, cada cual juzga según su condición.
Así nos han interpretado en todo, desde las formas más antojadizas hasta las más ridículas. Porque su manera de acercarse a la realidad es a través de la interpretación, lo cual es equivocado pues es subjetivo e imparcial, está viciado por los prejuicios sociales y culturales del observador. Solo a través de la experiencia personal, de la plena vivencia e interiorización es posible acercarse a la realidad. No puedes saber algo hasta que lo hayas vivido plena y profundamente por ti mismo, solo con el sentimiento propio puedes tener conciencia de su esencia. Para ello hay que desprenderse de creencias, teorías o puntos de vista, pues mirar del exterior en base a sus propios valores y principios es juzgar y valorizar; lo cual es arrogante, sesgado e impositivo.
Así, los sectores de poder se han inventado las historias más infantiles para hacernos parecer como irracionales y rudimentarios. Todo aquello que no respondía a sus modelos inmediatamente era catalogado de inferior y puesto la etiqueta de peligroso para la civilización. Tal como lo es hasta el día de hoy, pues no ha cambiado nada, solo las formas. Siguen juzgando y calificando al mundo entero según sus principios, ellos han dividido al mundo en primero, segundo y tercer mundo. Quién no esta de acuerdo simplemente es atacado y sojuzgado a nombre de su libertad y de su democracia. Eso ha sucedido igual, hace 100, 500 o 2000 años, en el fondo no hay gran diferencia.
Toda nuestra cultura, nuestros hábitos, nuestros modelos de vida eran para la realeza: inadecuados, desajustados al tiempo, promiscuos en su esencia. Y sigue siendo igual el rechazo y el desprecio, por eso nos llaman despectivamente países lentos, sociedades subdesarrolladas, pueblos animistas, culturas elementales. Es por eso que EEUU y los países europeos han cerrando sus fronteras, ellos crearon este sistema y ahora tienen que arrinconarse, para no ser invadidos por la miseria y la pobreza en que dejaron al mundo. Nos convirtieron en su patio trasero para expoliar todos los recursos naturales y ahora no quieren que seamos participes de su festín. A nuestras tierras pueden llegar cuando quieran, pero para llegar a sus tierras necesitamos de visa. Y quién puede obtener una visa?, solo los ricos, que paradójicamente son sus descendientes o sus subditos”.
Incluso en un momento el Wakakué fue más claro y directo en sus apreciaciones. Para él los parámetros eran diferentes, y señaló que en la vida habían existido y que subsistían hasta el día de hoy, dos clases de seres humanos: los salvajes y los bárbaros.
“Los salvajes cazamos a los animales y los matamos pidiendo permiso a su espíritu; los bárbaros crían animales en cautiverio para asesinarlos en los mataderos de reses. Los salvajes peleamos entre nosotros en el objetivo de acumular poder personal; los bárbaros pelean por un poder exterior y superfluo. Los pueblos salvajes expanden sus territorios para tener nuevos guerreros del espíritu que enfrentar; los pueblos bárbaros conquistan territorios por explotar más la riqueza natural y esclavizar a sus miembros. Pero hoy se dice y se escribe todo al revés. Nosotros somos los bárbaros, primitivos, atrasados, ingenuos...
Te voy a demostrar con un solo ejemplo cual es la realidad. Dice la iglesia católica, que nosotros éramos idólatras que adorábamos al sol, las montañas, las cascadas... cuando en realidad es al revés, y lo son hasta el día de hoy. Entra a cualquier iglesia, mezquita o sinagoga y verás gente adorando a libros, pinturas, estatuas, crucifijos, imágenes, etc. Y por otro lado, siguen bebiendo la sangre como lo hacían con la sangre de sus enemigos derrotados, y hoy lo hacen con la sangre de Jesús. Al cual, como lo reconocen ellos mismos, lo mataron gente de sus mismos pueblos, como luego hicieron con los Templarios, con los Cátaros, y otros. Así hasta nuestros días en que mataron a miles de judíos en la Alemania Nazi.
La prueba de ello, es que los hermanos europeos están retornando a ser Hijos de la Luz, están despertando la cultura Celta, y a los espíritus solares de Apolo, Osiris, Horus, Lug, Mitra, Baco. Ellos están muy claros, de cuando sus ancestros se perdieron en la monolatría y construyeron un sistema religioso a cuya cabeza tenemos hoy en día al Papa, como la más fiel expresión del fanatismo y del poder inquisidor, que funciona solapadamente hasta nuestros días. Tan es así, que en todos los países del norte de Europa las iglesias están completamente abandonadas, solo en países como España o Portugal siguen todavía “adorando” al cemento, al yeso, a la madera. Las religiones sunnitas (católica, judía, islamista) no son originarias de Europa, les fue impuesta hace 2.000 años por los romanos. Poco a poco están renaciendo los nuevos druidas, los nuevos jesusianos, los nuevos esenios. Van despertando maestros sabios como Saint Germán, Sergie de la Ferriere, Teilhard de Chardin, Omraam Mikaël Aivanof ; y así, están retornando los Hijos Luminosos en todos los rincones del planeta. Están comprendiendo, que si el Padre Sol es un ser luminoso el hijo debe formarse como un ser de luz. Si el sol es calor, su propósito de vida es ser personas calurosas, afectuosas, amables. Si el sol reparte sus rayos entre todos por igual, sin medir ni calcular quien se lo merece, los Hijos del Sol son generosos y hospitalarios. Si el sol es vida, los pueblos co-crean nuevas formas de vida. Si el sol es energía, se alimentan de su información genética para tener luminiscencia y claridad en su accionar.”
-Pero Wakakué, hay algo que puede llevar a confusión, pues usted no es indio sino mas bien es un blanco-mestizo. Su aspecto físico es muy occidental.
“Cuando llegó Cristóbal Colón a América se produjo un Pachakuti (cambio total), que significó el surgimiento de la cultura India o Amerindia, para diferenciarla de la India Asiática, y a donde creyó haber llegado el Almirante. La cultura indígena de América procedió a asimilar a la civilización europea, y de cuyo proceso han surgido los Indios de América. Ya no existen los indígenas genéticamente hablando, solo existe la cultura indígena, la cual se ha encontrado con la cultura occidental para producir el hombre nuevo de cuarto nivel de conciencia, que es el Indio.
Por 500 años se asoció el término indígena con indio, el cual a la vez se transformó en un término peyorativo y degradante. El racismo de la realeza española deformó a la palabra indio, que en su forma iniciática significa Dentro de Dios. Como no existe el azar, Colón sin saberlo pero por guía de las fuerzas del unidiverso complementario, nos bautizó como Indios. Lo cual es justo y propio, pues la humanidad debe transformarse en Indios, es decir, en Espíritus Cósmicos. Por ahora ya existen los Indios de América y de Asia, y así deberá avanzar toda la humanidad, hasta que nuevamente seamos hijos de la tierra y el sol, como antes, pero en un nuevo estado de conciencia y en una cultura planetaria de luz, respetuosa de las semejanzas y diferencias.
El indio o amerindio es la unión del indígena rojo americano y el indígena blanco europeo, pero solo ha sido aceptado hasta ahora por los indígenas americanos, pues el blanco-mestizo americano lo niega. Pero cuando éste se encoleriza lo reconoce y comienza a insultar a su adversario mestizo como “indio de mierda”, o cuando se viste de indígena en las festividades culturales, a través de las comparsas o de ciertos espectáculos tradicionales. El llamado mestizo, más se da cuenta que es indio, cuando sale a Europa y toma conciencia de que no es blanco y reivindica su parte indígena. Se da cuenta que no es blanco ni indígena y se llama mestizo, pero éste es otro concepto deformado y tergiversado, pues lo mestizo es la anulación de lo indígena y la aceptación de lo blanco. El concepto de mestizo es un concepto excluyente, que no valoriza y respeta lo indígena. Por eso, hoy se hace una división entre mestizo e indígena o indio. Pero te aclaro, que cuando yo utilizo los colores es solamente por una referencia al color de la piel, mas no, porque crea que hay razas, solo hay la raza humana con diferentes colores. El concepto de etnia o de raza, es otro concepto de la civilización creado por los antropólogos separatistas para seguir prolongando la superposición y la jerarquización.
Cuando el blanco-mestizo se reconozca como indio, y el indígena-mestizo asimile plenamente al indio, en ese momento el Indio se despertará en toda su magnitud. Ese momento significará que el cambio de conciencia se produjo y que se ha florecido a un estadio superior. Ahí desaparecerá la trampa de los colores: Kontixi nos puso ese juego, para ver quienes podían ver el alma y quienes solo el color de la piel. Yo soy muy crítico con la civilización blanco-occidental pero no estoy contra ella, pues hay muchas cosas rescatables, especialmente de la época de la Europa pre-católica, del romanticismo y del renacentismo; pero en este tiempo es necesario ser muy frontal con la polución y la superficialidad. Yo admiro mucho la cultura indígena de América, pero igual soy de crítico con los pueblos actuales, pues en 500 años casi desaparecieron y tienen que retornar a ser indios, pues también lo han olvidado en su gran mayoría. Ellos han escondido todo el conocimiento sagrado de los Inkas, Tiwanakus, Shyris y deben despertarlo, que es lo que están haciendo los Yuyak los Yachak, los Yatiris, y todos los conocedores y guardianes de este conocimiento. Hoy la gran mayoría de indígenas-mestizos americanos quieren volverse civilizados y algunos europeos quieren retornar a ser culturales o naturales; esa es la paradoja que estamos viviendo ahora. Pero pronto, los pueblos del mundo volverán a reconstituirse como Seres Sagrados o Indios, para que se cumpla a plenitud el Pachakuti o Cambio de Conciencia, que necesita la humanidad para continuar su proceso de transformación y florecimiento.”
Esta fue la tercera parte de las enseñanzas que recibí del Wakakué. Cierta vez, en que le agradecía por sus enseñanzas, respondió que era él quien debía agradecerme ya que nuestras conversaciones le permitían reordenar y reafirmar todos sus conocimientos, artes y ejercicios solares.
“En realidad uno habla y enseña para sí mismo. No hay mejor manera de aprender que haciendo el papel de enseñante; y, cuando tú me haces peguntas, permites que mi ser se manifieste y exprese, refrescando lo aprendido y evalúe mi proceso. Incluso surgen nuevas chispas, mi sol despierta cosas dormidas. En cada radiación el sol me envía nuevos mensajes y no siempre está todo decodificado. Entonces, los ancianos debemos agradecer a los más jóvenes porque nos permiten reencontrarnos, porque podemos mirarnos en el oponente para brillar más, y así tenemos la oportunidad de clarificar aún más, nuestro camino. Así, aquel que dice enseñar se da cuenta cuánto aún debe aprender, deviene más humilde y se prepara mejor. Todo es mutuo, recíproco y opuesto complementario en la vida (Tawantin).
En realidad solo debemos agradecer a Kontixi, el Gran Infinito que nos mantiene vivos. Es mejor que te guardes las gracias, pues si lo haces por doquier, no has comprendido que eres igual a todos, y no tienes conciencia de que no necesitas recompensas ni reconocimientos, cuando eres un Sol que brilla por fuego propio. Por otro lado, también significaría que no vives el verdadero agradecimiento, que consiste en devolver lo que has recibido. Si solo dices gracias y no lo retribuyes, eres un falso agradecedor. Si piensas que con esa palabra es suficiente, eres un aprovechador que no sabes el juego de la reciprocidad y de la complementariedad de la vida. Entonces, es preferible que te guardes las gracias que te restan brillo y aprende a regresar lo que has recibido, lo que no significa a la misma persona que te ha dado algo; y así acumulas poder solar para tu camino personal. No te olvides de ser como el Padre Sol, un sol que brilla, resplandece, deslumbra con su humildad y simplicidad”.
*Datos del autor por K-Oz Editores
*Atawallpa Makarios Oviedo. Riobamba, 1961. En el “mundo oficial” tiene un Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales
En los 80 activó el taller de literatura Matapiojo en Quito, junto con Pablo Yépez, Marco Núñez, Paco Benavides, Diego Gortaire, Víctor Vallejo, Diego Velasco, entre otros, para luego fundar junto a otros artistas vinculados a la literatura, el teatro y las artes visuales: la Red Cultural Imaginar.
Su primera militancia estuvo orientada a la acción marxista leninista, mas a inicios de los 90 y coincidiendo con el primer levantamiento indígena, su encuentro con el yachag panzaleo Alberto Taxo, cambió radicalmente su manera de pensar e interpretar nuestra realidad. A partir de ahí, ha dedicado su vida al estudio y salvaguarda de la Cosmovisión Andina Ancestral y dentro de ello, a la medicina energética y espiritual.
Ha publicado dos libros de antipoesía, un ensayo sobre el graffiti poético de los 80 en Quito y tres libros sobre culturas ancestrales que han sido traducidos al francés: El Retorno del Hombre Rojo, Los Hijos de la Tierra, y Caminantes del Arcoirirs (www.tuwamari.com)
Desde el 2002, viaja todos los años por diferentes países de Europa, difundiendo a través de talleres, cursos y conferencias, la sabiduría y conocimiento de los pueblos andinos y americanos, así como imparte cursos en varias universidades en Ecuador. Su último libro: Caminantes del Arcoiris, recibió una Mención Artística en el Primer Concurso Mundial de Arte Indígena.
Tiene en preparación 2 nuevos libros: "La NASA, los Mayas y los Incas"; y Kontixi: Medicina Armonergética Inca.
Contacto: yuyarina@yahoo.es
PACHAKUTI: EL GRAN SALTO
Del libro CAMINANTES DEL ARCOIRIS (Fragmento)
Por MAKARIOS ATAWALLPA OVIEDO*
Cada una de las palabras del Wakakué llegaban hondo a mi corazón, y a veces me invadía una profunda tristeza al pensar en el conquistador español que en su ignorancia arrasó con todas las culturas sabias de América. Me preguntaba cómo hoy sería la vida en América y el mundo, si no las hubieran destruido.
“Cuando llegaron los invasores observaron nuestros actos de vida y no los entendieron -respondió el Wakakué-. Es mas, no quisieron comprenderlo, no se dieron el tiempo para preguntar y simplemente les sentenciaron: son salvajes. No pudieron valorar que eran pueblos alegres y festivos, como lo somos hasta el día de hoy. Que entendíamos que la vida no es más, que un acto de elogio a la creación y a cada manifestación de la vida en particular. Esto no fue comprendido por el invasor y la prueba es, que hasta ahora tampoco. Para nosotros la vida no era explotar oro y más oro, acabar con el oro negro, el oro azul, el oro verde, el oro dulce de la Madre Tierra. Por el contrario los conquistadores, como ellos mismos así se autodefinían, estaban acondicionados por la lujuria del oro y los títulos nobiliarios. Cada uno aspiraba a enriquecerse para comprar un puesto dentro de la monarquía. Su sueño era salir de la pobreza y miseria en la que vivía la Europa medieval.
Podrán decir muchas cosas de nosotros, pero jamás lo han dicho ni creo que lo dirán, que aquí hayan encontrado mendicidad, delincuencia, epidemias, hambruna que son el reflejo de una sociedad en descomposición. Todo lo contrario, aquí había abundancia y es por eso que pudieron llevarse todo ello para Europa: el oro, la plata, los cereales, las leguminosas, las frutas. Solo para darte un ejemplo, el maíz y la papa salvaron a la Europa del hambre pues eran pueblos básicamente carnívoros. La mayoría de frutas que hoy como el mundo son producto del ingenio agrícola de nuestros ingenieros y científicos. Sin hablar del oro y la plata que les dieron la riqueza que hoy ostentan y que presumen como signo de desarrollo y progreso.”
Explicó que todo lo que se producía se consumía, y se lo hacía premeditadamente de modo que no quedasen excedentes. Y cuando los habían, eran destinados a las Casas del Sol, de los ancianos y niños sin familia, y a los tambos o casas de hospedaje que habían en los distintos caminos del Tawantinsuyo. De tal manera que todo caminante estaba aprovisionado de lo que necesitaba en su recorrido, tal como lo explicaba el cronista Cieza de León en su libro El Imperio Colectivista de los Incas. De esta manera, se aseguraban de que siempre estuviese circulando la vida, y no reteniéndola y esclavizándola con cada cosa o persona que se iba acumulando. Dijo que hasta ahora funcionaba este principio en los Andes, cuando gastaban en fiestas todo lo que habían trabajado en el año. Aunque con la diferencia hoy en día, que por el sistema social imperante esta práctica no permitía seguir manteniendo el equilibrio familiar y comunitario, sino la pobreza a la cual estaban sumidos desde hace 5OO años, y siendo ese el saldo de la invasión española.
“El mundo occidental todavía no ha comprendido muchas cosas, en el fondo el mundo todavía no ha descubierto América después de 5 siglos”.
Puso de ejemplo, que cuando los arqueólogos encontraban tumbas con diferentes elementos personales, o acompañados de otros seres humanos para ellos, estos objetos significaban los utensilios que iban a utilizar en otras vidas, y las personas eran sacrificios humanos de quienes les iban a servir en la otra vida. Dijo que en primer lugar en la concepción andina, si bien el concepto de muerte no existía, no significaba que había otra forma de vida que pueda llamarse el paraíso o el infierno, o algo parecido. Los instrumentos enterrados junto a la persona, era todo aquello que el individuo había producido en su vida y que debían perecer o descansar igual que su hacedor. No había el concepto de herencia que implicaba la acumulación de riqueza o el paso a sus hijos o herederos. De esta manera se aseguraban que la vida este rehaciéndose cada vez, con cada nueva generación.
“El manuscrito de Huarochiri, es el único documento escrito por los españoles, que recoge la propia versión de los habitantes andinos sobre su cosmovisión y forma de vida. Allí anotan que cuando moría un niño o una persona de características singulares, como reconocimiento a su condición, le momificaban y le enterraban en la cima de una montaña, en un lugar sagrado o cerca de su lugar de residencia. Era la manera, de resaltar y de convertir a alguien en un guía para los demás. Pero para los arqueólogos eran sacrificios humanos, comparando y juzgando a como lo hacían en otras regiones. Todo han interpretado de acuerdo a sus códigos ancestrales, como ellos tenían reyes nuestros líderes eran reyes, como ellos hacían sacrificios humanos, de la misma manera las momificaciones sagradas de nuestros niños, para ellos eran sacrificios... Ya lo sabemos, cada cual juzga según su condición.
Así nos han interpretado en todo, desde las formas más antojadizas hasta las más ridículas. Porque su manera de acercarse a la realidad es a través de la interpretación, lo cual es equivocado pues es subjetivo e imparcial, está viciado por los prejuicios sociales y culturales del observador. Solo a través de la experiencia personal, de la plena vivencia e interiorización es posible acercarse a la realidad. No puedes saber algo hasta que lo hayas vivido plena y profundamente por ti mismo, solo con el sentimiento propio puedes tener conciencia de su esencia. Para ello hay que desprenderse de creencias, teorías o puntos de vista, pues mirar del exterior en base a sus propios valores y principios es juzgar y valorizar; lo cual es arrogante, sesgado e impositivo.
Así, los sectores de poder se han inventado las historias más infantiles para hacernos parecer como irracionales y rudimentarios. Todo aquello que no respondía a sus modelos inmediatamente era catalogado de inferior y puesto la etiqueta de peligroso para la civilización. Tal como lo es hasta el día de hoy, pues no ha cambiado nada, solo las formas. Siguen juzgando y calificando al mundo entero según sus principios, ellos han dividido al mundo en primero, segundo y tercer mundo. Quién no esta de acuerdo simplemente es atacado y sojuzgado a nombre de su libertad y de su democracia. Eso ha sucedido igual, hace 100, 500 o 2000 años, en el fondo no hay gran diferencia.
Toda nuestra cultura, nuestros hábitos, nuestros modelos de vida eran para la realeza: inadecuados, desajustados al tiempo, promiscuos en su esencia. Y sigue siendo igual el rechazo y el desprecio, por eso nos llaman despectivamente países lentos, sociedades subdesarrolladas, pueblos animistas, culturas elementales. Es por eso que EEUU y los países europeos han cerrando sus fronteras, ellos crearon este sistema y ahora tienen que arrinconarse, para no ser invadidos por la miseria y la pobreza en que dejaron al mundo. Nos convirtieron en su patio trasero para expoliar todos los recursos naturales y ahora no quieren que seamos participes de su festín. A nuestras tierras pueden llegar cuando quieran, pero para llegar a sus tierras necesitamos de visa. Y quién puede obtener una visa?, solo los ricos, que paradójicamente son sus descendientes o sus subditos”.
Incluso en un momento el Wakakué fue más claro y directo en sus apreciaciones. Para él los parámetros eran diferentes, y señaló que en la vida habían existido y que subsistían hasta el día de hoy, dos clases de seres humanos: los salvajes y los bárbaros.
“Los salvajes cazamos a los animales y los matamos pidiendo permiso a su espíritu; los bárbaros crían animales en cautiverio para asesinarlos en los mataderos de reses. Los salvajes peleamos entre nosotros en el objetivo de acumular poder personal; los bárbaros pelean por un poder exterior y superfluo. Los pueblos salvajes expanden sus territorios para tener nuevos guerreros del espíritu que enfrentar; los pueblos bárbaros conquistan territorios por explotar más la riqueza natural y esclavizar a sus miembros. Pero hoy se dice y se escribe todo al revés. Nosotros somos los bárbaros, primitivos, atrasados, ingenuos...
Te voy a demostrar con un solo ejemplo cual es la realidad. Dice la iglesia católica, que nosotros éramos idólatras que adorábamos al sol, las montañas, las cascadas... cuando en realidad es al revés, y lo son hasta el día de hoy. Entra a cualquier iglesia, mezquita o sinagoga y verás gente adorando a libros, pinturas, estatuas, crucifijos, imágenes, etc. Y por otro lado, siguen bebiendo la sangre como lo hacían con la sangre de sus enemigos derrotados, y hoy lo hacen con la sangre de Jesús. Al cual, como lo reconocen ellos mismos, lo mataron gente de sus mismos pueblos, como luego hicieron con los Templarios, con los Cátaros, y otros. Así hasta nuestros días en que mataron a miles de judíos en la Alemania Nazi.
La prueba de ello, es que los hermanos europeos están retornando a ser Hijos de la Luz, están despertando la cultura Celta, y a los espíritus solares de Apolo, Osiris, Horus, Lug, Mitra, Baco. Ellos están muy claros, de cuando sus ancestros se perdieron en la monolatría y construyeron un sistema religioso a cuya cabeza tenemos hoy en día al Papa, como la más fiel expresión del fanatismo y del poder inquisidor, que funciona solapadamente hasta nuestros días. Tan es así, que en todos los países del norte de Europa las iglesias están completamente abandonadas, solo en países como España o Portugal siguen todavía “adorando” al cemento, al yeso, a la madera. Las religiones sunnitas (católica, judía, islamista) no son originarias de Europa, les fue impuesta hace 2.000 años por los romanos. Poco a poco están renaciendo los nuevos druidas, los nuevos jesusianos, los nuevos esenios. Van despertando maestros sabios como Saint Germán, Sergie de la Ferriere, Teilhard de Chardin, Omraam Mikaël Aivanof ; y así, están retornando los Hijos Luminosos en todos los rincones del planeta. Están comprendiendo, que si el Padre Sol es un ser luminoso el hijo debe formarse como un ser de luz. Si el sol es calor, su propósito de vida es ser personas calurosas, afectuosas, amables. Si el sol reparte sus rayos entre todos por igual, sin medir ni calcular quien se lo merece, los Hijos del Sol son generosos y hospitalarios. Si el sol es vida, los pueblos co-crean nuevas formas de vida. Si el sol es energía, se alimentan de su información genética para tener luminiscencia y claridad en su accionar.”
-Pero Wakakué, hay algo que puede llevar a confusión, pues usted no es indio sino mas bien es un blanco-mestizo. Su aspecto físico es muy occidental.
“Cuando llegó Cristóbal Colón a América se produjo un Pachakuti (cambio total), que significó el surgimiento de la cultura India o Amerindia, para diferenciarla de la India Asiática, y a donde creyó haber llegado el Almirante. La cultura indígena de América procedió a asimilar a la civilización europea, y de cuyo proceso han surgido los Indios de América. Ya no existen los indígenas genéticamente hablando, solo existe la cultura indígena, la cual se ha encontrado con la cultura occidental para producir el hombre nuevo de cuarto nivel de conciencia, que es el Indio.
Por 500 años se asoció el término indígena con indio, el cual a la vez se transformó en un término peyorativo y degradante. El racismo de la realeza española deformó a la palabra indio, que en su forma iniciática significa Dentro de Dios. Como no existe el azar, Colón sin saberlo pero por guía de las fuerzas del unidiverso complementario, nos bautizó como Indios. Lo cual es justo y propio, pues la humanidad debe transformarse en Indios, es decir, en Espíritus Cósmicos. Por ahora ya existen los Indios de América y de Asia, y así deberá avanzar toda la humanidad, hasta que nuevamente seamos hijos de la tierra y el sol, como antes, pero en un nuevo estado de conciencia y en una cultura planetaria de luz, respetuosa de las semejanzas y diferencias.
El indio o amerindio es la unión del indígena rojo americano y el indígena blanco europeo, pero solo ha sido aceptado hasta ahora por los indígenas americanos, pues el blanco-mestizo americano lo niega. Pero cuando éste se encoleriza lo reconoce y comienza a insultar a su adversario mestizo como “indio de mierda”, o cuando se viste de indígena en las festividades culturales, a través de las comparsas o de ciertos espectáculos tradicionales. El llamado mestizo, más se da cuenta que es indio, cuando sale a Europa y toma conciencia de que no es blanco y reivindica su parte indígena. Se da cuenta que no es blanco ni indígena y se llama mestizo, pero éste es otro concepto deformado y tergiversado, pues lo mestizo es la anulación de lo indígena y la aceptación de lo blanco. El concepto de mestizo es un concepto excluyente, que no valoriza y respeta lo indígena. Por eso, hoy se hace una división entre mestizo e indígena o indio. Pero te aclaro, que cuando yo utilizo los colores es solamente por una referencia al color de la piel, mas no, porque crea que hay razas, solo hay la raza humana con diferentes colores. El concepto de etnia o de raza, es otro concepto de la civilización creado por los antropólogos separatistas para seguir prolongando la superposición y la jerarquización.
Cuando el blanco-mestizo se reconozca como indio, y el indígena-mestizo asimile plenamente al indio, en ese momento el Indio se despertará en toda su magnitud. Ese momento significará que el cambio de conciencia se produjo y que se ha florecido a un estadio superior. Ahí desaparecerá la trampa de los colores: Kontixi nos puso ese juego, para ver quienes podían ver el alma y quienes solo el color de la piel. Yo soy muy crítico con la civilización blanco-occidental pero no estoy contra ella, pues hay muchas cosas rescatables, especialmente de la época de la Europa pre-católica, del romanticismo y del renacentismo; pero en este tiempo es necesario ser muy frontal con la polución y la superficialidad. Yo admiro mucho la cultura indígena de América, pero igual soy de crítico con los pueblos actuales, pues en 500 años casi desaparecieron y tienen que retornar a ser indios, pues también lo han olvidado en su gran mayoría. Ellos han escondido todo el conocimiento sagrado de los Inkas, Tiwanakus, Shyris y deben despertarlo, que es lo que están haciendo los Yuyak los Yachak, los Yatiris, y todos los conocedores y guardianes de este conocimiento. Hoy la gran mayoría de indígenas-mestizos americanos quieren volverse civilizados y algunos europeos quieren retornar a ser culturales o naturales; esa es la paradoja que estamos viviendo ahora. Pero pronto, los pueblos del mundo volverán a reconstituirse como Seres Sagrados o Indios, para que se cumpla a plenitud el Pachakuti o Cambio de Conciencia, que necesita la humanidad para continuar su proceso de transformación y florecimiento.”
Esta fue la tercera parte de las enseñanzas que recibí del Wakakué. Cierta vez, en que le agradecía por sus enseñanzas, respondió que era él quien debía agradecerme ya que nuestras conversaciones le permitían reordenar y reafirmar todos sus conocimientos, artes y ejercicios solares.
“En realidad uno habla y enseña para sí mismo. No hay mejor manera de aprender que haciendo el papel de enseñante; y, cuando tú me haces peguntas, permites que mi ser se manifieste y exprese, refrescando lo aprendido y evalúe mi proceso. Incluso surgen nuevas chispas, mi sol despierta cosas dormidas. En cada radiación el sol me envía nuevos mensajes y no siempre está todo decodificado. Entonces, los ancianos debemos agradecer a los más jóvenes porque nos permiten reencontrarnos, porque podemos mirarnos en el oponente para brillar más, y así tenemos la oportunidad de clarificar aún más, nuestro camino. Así, aquel que dice enseñar se da cuenta cuánto aún debe aprender, deviene más humilde y se prepara mejor. Todo es mutuo, recíproco y opuesto complementario en la vida (Tawantin).
En realidad solo debemos agradecer a Kontixi, el Gran Infinito que nos mantiene vivos. Es mejor que te guardes las gracias, pues si lo haces por doquier, no has comprendido que eres igual a todos, y no tienes conciencia de que no necesitas recompensas ni reconocimientos, cuando eres un Sol que brilla por fuego propio. Por otro lado, también significaría que no vives el verdadero agradecimiento, que consiste en devolver lo que has recibido. Si solo dices gracias y no lo retribuyes, eres un falso agradecedor. Si piensas que con esa palabra es suficiente, eres un aprovechador que no sabes el juego de la reciprocidad y de la complementariedad de la vida. Entonces, es preferible que te guardes las gracias que te restan brillo y aprende a regresar lo que has recibido, lo que no significa a la misma persona que te ha dado algo; y así acumulas poder solar para tu camino personal. No te olvides de ser como el Padre Sol, un sol que brilla, resplandece, deslumbra con su humildad y simplicidad”.
*Datos del autor por K-Oz Editores
*Atawallpa Makarios Oviedo. Riobamba, 1961. En el “mundo oficial” tiene un Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales
En los 80 activó el taller de literatura Matapiojo en Quito, junto con Pablo Yépez, Marco Núñez, Paco Benavides, Diego Gortaire, Víctor Vallejo, Diego Velasco, entre otros, para luego fundar junto a otros artistas vinculados a la literatura, el teatro y las artes visuales: la Red Cultural Imaginar.
Su primera militancia estuvo orientada a la acción marxista leninista, mas a inicios de los 90 y coincidiendo con el primer levantamiento indígena, su encuentro con el yachag panzaleo Alberto Taxo, cambió radicalmente su manera de pensar e interpretar nuestra realidad. A partir de ahí, ha dedicado su vida al estudio y salvaguarda de la Cosmovisión Andina Ancestral y dentro de ello, a la medicina energética y espiritual.
Ha publicado dos libros de antipoesía, un ensayo sobre el graffiti poético de los 80 en Quito y tres libros sobre culturas ancestrales que han sido traducidos al francés: El Retorno del Hombre Rojo, Los Hijos de la Tierra, y Caminantes del Arcoirirs (www.tuwamari.com)
Desde el 2002, viaja todos los años por diferentes países de Europa, difundiendo a través de talleres, cursos y conferencias, la sabiduría y conocimiento de los pueblos andinos y americanos, así como imparte cursos en varias universidades en Ecuador. Su último libro: Caminantes del Arcoiris, recibió una Mención Artística en el Primer Concurso Mundial de Arte Indígena.
Tiene en preparación 2 nuevos libros: "La NASA, los Mayas y los Incas"; y Kontixi: Medicina Armonergética Inca.
Contacto: yuyarina@yahoo.es
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