mercredi 25 juin 2008

GENERACIÓN FRACTAL

Y K-OZ EDITORIAL

PREPARAN UNA ANTOLOGÍA DE LA

NOVÍSIMA POESÍA ECUATORIANA
(poetas ecuatorianos nacidos a partir de 1979)


Bajo la investigación y estudio del poeta
FREDY AYALA PLAZARTE
Y la supervisión editorial de
Pablo Yépez Maldonado y Diego Velasco Andrade



Imagen Pedro Herrera

AUTORES PRESELECCIONADOS
HASTA EL MOMENTO:


Carlos Luis Ortiz, Alausí, 1979
Augusto Rodríguez, Guayaquil, 1979
Christian Arteaga, Quito, 1979
Jhoanna López Santos, Quito, 1979
Rocío Soria, Quito, 1979
Juan José Rodríguez Ambato, 1979
Oswaldo Calisto Rivera (CACHIVACHE), Quito, 1979-2000
Alexis Cuzme, Manta, 1980
David Guzmán, Quito, 1980
Ma. de los Angeles Martínez, Cuenca, 1980
Juan Carlos Astudillo, Cuenca, 1980
Marcelo Villa Navarrete , Quito, 1981
Fernando Escobar, Quito, 1982
Natalia Enríquez Pozo, Tulcán, 1982
Ana Minga, Loja, 1983
Víctor Vimos, Riobamba, 1985
Andrea Samaniego, Quito, 1985
Carolina Patiño, Guayaquil, 1985-2007
Tyrone Maridueña, Guayaquil, 1986


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mercredi 11 juin 2008

SERIE: UNA GENERACIÓN DESENCANTADA


UNA GENERACIÓN DEL BOSTEZO

Y EL DESENCANTO

EN ECUADOR ?


Imagen Pedro Herrera Ordónez

Léelo en LABIOS MAYORES


Periódico virtual de k-Oz


jeudi 5 juin 2008

ENSAYO / PARALITERATURAS


LITERATURA y PARA LITERATURAS

Extracto del libro

DE LA SONRISA AL ASOMBRO:
NUEVOS ENCUENTROS
CON LA PARA LITERATURA


De FRANKLIN CEPEDA ASTUDILLO
k-Oz Editorial 2004



De tratados, estudios y otras consideraciones

Desde muy diversos enfoques e intereses críticos, teóricos o metodológicos las literaturas consideradas o estigmatizadas bajo deno­minaciones como para literatura, literatura kirsch, subliteratura, pseudo literatura, infra literatura, contra literatura... han sido estudia­das por escritores, investigadores o teóricos como Robert Escarpit, Francis Lacassin, Noel Arnaud, Jean Tortel, Francisco Ynduráin, An­drés Amorós, Bernard Mouralis, etc. Por otra parte, escritores como Jorge Enrique Adoum, Diño Segre (Pitigrilli), Tomás de Iriarte, Fede­rico Schiller, Augusto Monterroso, César Fernández, Erasmo de Rotterdam, Antonio García Die Miralles (traductor de Rabelais), Luis Felipe Ángel (Sofocleto), Efraín Jara Idrovo... con humor, ironía o acritud, se han referido con mayor o menor frecuencia a los "escritores mediocres" y a sus productos.

Este listado, abigarrado aunque no exhaustivo, informa que el texto contenido en el presente volumen se refiere a tema que, espe­cialmente fuera del país, ha sido objeto de numerosas consideraciones. El presente no pretende ser un trabajo terminante, definitivo ni mu­cho menos "profundo" de los problemas abordados; se orienta en cam­bio a recoger, describir e incluso "salvar del olvido" algunos casos es­pecíficos de "para literatura" de Ecuador a más de presentar y aun de­velar algunas situaciones y circunstancias relacionadas con su produc­ción y circulación.

En algunos casos procurará hacerlo con ironía pe­ro en ningún caso con afán de escarnecer o denigrar a los autores o au­toras de los textos transcritos o aludidos, lo cual no habrá de obstar pa­ra que determinadas observaciones tengan cierta carga corrosiva. Este libro, aunque ocasionalmente proyecte esa impresión, no pretende ser un patio de curtiembre; en tal razón no se mencionan autores y se se­ñalan procedencias de publicación solo en los casos en que tales datos sean pertinentes, imprescindibles o definitivamente inevitables a los fines de este trabajo.

La para literatura ha empezado a suscitar un interés creciente en el medio aunque este interés, se ha podido observar, es un tanto tangencial o está dado por ocasionales señalamientos orientados a cuestionar este tipo de publicaciones sin atender a sus particularidades literarias ni a su gran valor sociológico. Este libro, justo es decirlo, también cuestiona algunas pero siempre respaldado en un aparato crí­tico y en ningún caso con dedicatorias personales, antes, espera que la riqueza de las para literaturas sea puesta en valor aunque siempre a par­tir de su comprensión en el contexto de las condiciones culturales, so­ciales, económicas, editoriales, educativas y literarias del entorno en que han sido escritas y publicadas. Algunas de las ideas aquí expresa­das se orientan hacia la crítica, en especial cuando las calidades de los textos seleccionados o situaciones relacionadas con su publicación no guardan coherencia con un querer ser, expresado en el mismo texto o con la posibilidad de construir obras cuya elaboración dé lugar a pro­ductos mejor logrados en cuanto a estructura, técnica y contenido; en cuanto a valor artístico antes que mecanismo de búsqueda de reco­nocimiento social.

Criterios de selección

1. Literatura como arte, profesión y empresa

No existe una sola y gran "literatura". Existen muchas literatu­ras. Escapa de los fines de este trabajo el referirse a todas pero acaso el bosquejar el panorama en que halla su realización la literatura como arte o profesión permita situar, para una primera consideración, los problemas abordados en este libro.

Existe una literatura "culta" o "clásica", literatura cuyas obras no dejan de ser objeto de reedición, reimpresión, traducción, estudio, discusión, adaptaciones o interpretaciones teatrales, dancísticas, plás­ticas, televisivas o cinematográficas -en ocasiones monumentales- o hasta de culto casi religioso. Sus autores ocupan un espacio en la his­toria de la cultura o culturas en las que se conocieron y conocen sus li­bros; es una literatura no siempre leída pero frecuentemente elogiada. En general, no cabe referirse a ella como una literatura que estuvo "de moda" aunque sí creer que sus obras más logradas continuarán siendo consideradas ejemplos de un cierto tipo de perfección.1

La literatura como profesión o actividad de la que se puede vi­vir y hacer empresa es un quehacer que pone en movimiento grandes capitales, suscita inversiones y genera réditos económicos y de presti­gio internacional o incluso confiere la dirección de los procesos de la literatura contemporánea: las editoriales más poderosas, en sus ámbi­tos respectivos, promueven, publican y difunden a determinados auto­res y libros en lugar de otros. Es la literatura presente en ferias, congre­sos, coloquios, grandes librerías... Sus cultores acceden a premios cuyo prestigio puede ser mundial. La reproducción o edición no autorizada de este tipo de literatura constituyen un negocio ilícito pero redituable.

La para literatura, indicador que nos exime de muchas explicaciones, simplemente no participa de tales "privilegios"; en su lugar lo hace en caricaturas o parodias escenificadas en dimensiones y circunstan­cias muy diferentes a aquellas en que tiene lugar la literatura como arte y profesión.



2. Literatura "informal"

La literatura como arte, profesión o empresa solo es cabal­mente posible en los países con gran desarrollo educativo, editorial y económico. Aquellos que se hallan en condición subalterna se incli­nan más hacia la venta y consumo de esa literatura antes que hacia su producción. Sus editoriales y distribuidoras de mayor éxito enri­quecen a editores, libreros e impresores más que a escritores. De es­tos últimos, pocos son los que viven exclusivamente de su dedicación a la literatura o a. la investigación y sus trabajos, realizados en medio de dificultades para su publicación y difusión, pocas veces son cono­cidos fuera de sus respectivos países.

La condición editorial subalter­na, a manera de micro universos, oculta o deja entrever realidades
editoriales y literarias aún más marginales: escritores que no tienen en la literatura una profesión ni viven de sus escritos. Sus libros u otros impresos raramente son considerados por la crítica o por publi­caciones especializadas. El impacto que producen no supera el día de su presentación, no es noticia más que para familiares y amigos de esos autores ni alcanza sino unas breves líneas, informativas o ditirámbicas, en publicaciones de circulación local. De esas realidades editoriales y literarias de carácter marginal se ocupa este libro. Se ad­vierte que las diferencias brevemente esbozadas únicamente tienen finalidad metodológica y en ningún caso constituyen indicador infa­lible a partir del cual se pueda establecer una escisión nítida ni ter­minante entre literatura y para literatura: obras y formas literarias que en su tiempo fueron poco apreciadas2 han llegado a ser consideradas como construcciones modélicas.

3. Convención y ruptura

La literatura, en cuanto arte o profesión, obedece a determi­nadas convenciones. Esta aseveración, aunque se aplique más a las obras clásicas antes que a las modernas, bien podría ayudarnos a esta­blecer otro criterio de selección: mientras la literatura clásica o "ela­borada" tiene tal estatuto en razón de ceñirse a normas y modelos, la para literatura puede definirse, en muchos casos, por una recurrencia a tales normas y modelos aunque con frecuencia ese empleo no pase de ser elemental, imitativo, torpe o caricaturesco. La ruptura de tales con­venciones, en algunas obras modernas, es reconocida en su valor artís­tico3 pero, mientras el literato está consciente de la norma que infrin­ge, el para literato produce textos en los que abundan "rupturas" no premeditadas de la convención. Estas rupturas pueden ser métricas (cuando pretende ceñirse a formas) o bien ortográficas, discursivas, sintácticas, lexicográficas, lógicas, etc.

4. Literatura "seria" y literatura "chistosa"

Contrario a posibles intenciones de sus autores, determinados textos para literarios, tienen la propiedad de mover a risa. Esta risa, po­sibilidad relativa, está dada a partir de la impresión que provocan en algunos lectores las rimas forzadas o inadecuadas, el vocabulario rebus­cado, las palabras mal empleadas, el pintoresquismo, el conocimiento pobre de los temas tratados o la "lógica a ras del suelo",4 entre otras consideraciones. Estos indicadores no pueden ser rigurosamente apli­cados a toda la producción para literaria. Como se verá en los ejemplos considerados, existen también algunos textos rotundamente espesos, farragosos y de lectura poco agradable. Las cualidades de estos últimos no siempre pueden suscitar risa pero son para literarios por ra­zones expuestas en otros criterios de selección.

5. Géneros para literarios

Las posibilidades de construir con el lenguaje -al margen de posturas manidas, grandilocuentes o meramente retóricas- son ilimita­das. La para literatura no desconoce esta circunstancia pero sus textos frecuentemente dejan entrever la incursión en un abanico de temas restringido a tópicos como el amor, la madre, el patriotismo, la muer­te, la navidad, la familia, los hijos y, en menor medida, el culto a ins­tituciones, a determinados valores y a la poesía misma.

En el medio se impone el verso como la forma más frecuente de para literatura. Este tipo de producción, en los últimos años, abun­da en composiciones de verso "libre". La incursión en formas tradicio­nales, en las que las convenciones sean adecuadamente observadas, tiende a ser escasa. Menos frecuentes son formas narrativas como rela­to y novela; aunque es relativamente fácil localizar cuentos paralitera­rios5 las novelas a las que se pueda dar tal clasificación son raras, no precisamente por los mayores recursos requeridos para su publicación cuanto por el trabajo que su escritura demanda. Se conoce de casos de teatro para literario pero no se han localizado trabajos más o menos ap­tos para los fines de este libro.

Existe también un género epistolar, principalmente asequible en las secciones de "cartas al director" de muchos periódicos y revistas. El folletín no es desconocido en el me­dio6 pero también es raro. En menor medida se ha localizado una suer­te de género aforístico, el mismo que, junto con el verso, se caracteriza­ría por no precisar de mayor trabajo ni espacio para dar lugar a un di­cho o sentencia. Cabría también hacer mención de un género oratorio igualmente marginal dado que se orienta a su utilización por terceras personas o porque es recogido en cuadernillos de poemas y publicacio­nes similares a manera de "anexo" aunque frecuentemente descontextualizado.




6. Calidad de la edición

Al momento de caracterizar un texto para literario la calidad de su edición acaso es el más relativo de los indicadores: existen obras se­rias en ediciones modestas, en especial cuando son ilegales, pero exis­ten también trabajos para literarios en ediciones de lujo. De todas ma­neras, y a partir de observación a cuyas conclusiones se ha llegado tras contabilizar los casos más frecuentes, los textos para literarios suelen venir impresos en ediciones sencillas, sea por la calidad de su papel o por limitaciones en su diagramación, diseño o cuidado en el trabajo de imprenta. Muchos "libros", así llamados por sus autores, no pasan de ser cuadernillos grapados; otros, a los que solo cabría llamar "libros" por su grosor, no siempre traen su título impreso en el lomo.

Las ilus­traciones de portada e interiores oscilan entre la humildad y la mega­lomanía. Para la segunda posibilidad se reproducen cuadros y dibujos a partir de enciclopedias, libros de arte, tarjetas, fotografías, registros informáticos y otras fuentes. Para la primera es frecuente la recurrencia a dibujos simples, grotescos y en muchas ocasiones inadecuados co­mo ilustración. Como se desprende de datos incluidos en tales publi­caciones, muchos de esos "ilustradores" tienen algún grado de proxi­midad o parentesco con los autores de los textos.

NOTAS

1 Evidentemente desde una consideración a la que Roland Barthes llama "clásico-cen­trista", circunstancia en la que obras y autores son repartidos en torno a un período de perfección clásica asumido como la cima de las historias literarias, culminación a la que éstas llegan cuando el idioma respectivo ha alcanzado un avanzado grado de co­dificación. A la visión clásico-centrista de la literatura cabe añadir su carácter marca­damente occidental, al menos en el caso de la que circula en nuestro medio.
2 Don Quijote de la Mancha de Cervantes, El Decamerón de Bocaccio, etc.
3 Ulises de James Joyce.
4 Efraín Jara Idrovo, Comentario a Primera tentativa de aproximación a la para literatura en La Literatura Ecuatoriana de las dos últimas décadas 1970 - 1990, Cuenca, Facultad de Filosofía de la Universidad de Cuenca, Casa de la Cultura Núcleo del Azuay, 1993, p. 406.
5 Cuentos y relatos que, en muchas ocasiones, llaman la atención por sus títulos y mo­desto contenido: El papá Noel ahorcado, Cuquito, El jorobado de navidad, etc.
6 Se localizó una colección de folletines titulada El derecho a no nacer, equivalente im­preso de una radionovela difundida en Quito, y acaso en otras ciudades ecuatorianas, en 1954.


Franklin Cepeda Astudillo, Riobamba 1975


Máster en Estudios Latinoamericanos Mención Historia, por la Universidad Andina Simón Bolívar. Comunicador Social, Investigador y profesor universitario.

Entre sus libros publicados están De la sonrisa al asombro y Novelistas Chimboracenses y tres libros para niños. Preparó la primera edición ecuatoriana de El Quijote (Edipcentro, Riobamba, 2004) en la que se incluye un trabajo de su autoría sobre el legado de Cervantes en Ecuador. Sus artículos se han publicado en Diario Los Andes de Riobamba y revistas como El BUHO. Ha participado en eventos culturales y académicos en varios países de Latinoamérica y Europa.

Colaborador de K-Oz Editorial.






lundi 2 juin 2008

NOVÍSIMA POESÍA ECUATORIANA



El vocablo ajeno del espejo…



Imagen Pedro Herrera


Comentario al libro de poemas Zaratana,
de Freddy Ayala Plazarte

Colección La K-bezuhela, 2008

Por Walter Jimbo*

Ninguna justificación ha de ser suficiente para satisfacer lo que es la poesía, peor aún, ninguna ha de acertar por qué un ser humano podría pasarse horas, acaso la vida (incluido el momento de dormir, pues si es cierto lo que dice Nietzsche, el poeta tratará de descifrar a través de sus líneas el paraíso o infierno que arrojen sus sueños) inventando líneas -gota a gota o de un solo aguacero- que denuncien el contenido de su imaginación y su espíritu.

No es fácil hablar de lo uno o lo otro, lo único que sabemos es que el poema no sale de la nada, aunque hay la posibilidad que exista la esencia de la naturaleza como algunos bondadosos griegos pensaron y uno que otro renacentista, y podríamos decir que es el artista quien logra captar ese espíritu y lo transforma en obra.

Para acercarse alguna verdad acerca de esto lo único que tenemos es el poema, el libro objeto, las palabras regadas en las páginas -según su potencia o su color- provocando desmanes en la sangre.

Ahora tenemos este Zaratana, concebido como se engendra un músculo en el universo, el sencillo fulgor de una estrella lejana y confundida o la voz de una melodía que a pesar de quebradas o truenos, sigue su camino hasta la apacible pupila del lector.

Hay que tener los poros demasiado abiertos para darse cuenta que “la mañana llega con muletas” o para escuchar la voz del “necio de la esquina que habla solo, invitando a su olvido”.





O sólo habrá qué tener los ojos del pecho bien abiertos, las manos empapadas de recuerdos que de un momento a otro en lugar de tomar un objeto, se entretienen en pintar zaguanes, mares o retazos de lunas amargas.

En Zaratana contemplamos la voz ajena del espejo, que nos hace acuerdo del vacío que cuelga de nuestra mano desesperada. A fuerza de imágenes que nada tienen que ver con la linealidad o la monocromía, nos habla el autor sutilmente que “En la esquina un hombre ciego tantea sus harapos/ junto al perro nunca nombrado/ sus dedos hormiguean en los bolsillos/ las migas de saliva que le restan.”

Todo lo que esté alrededor de la obra será mera discusión, teorías fugaces, alimento de la banalidad y de lo efímero. Sin querer separar al artista del poema, la memoria del lector, quien sabe, ajena a nombres o latitudes aprehenda del libro la esencia de la palabra, ese sudor existencial y sensitivo del poeta. El olvido nos hará acuerdo de nuestra mortalidad. Pero quedará algo del autor, de lo más azul o gris de su alma, regado en las páginas de Zaratana, letras que sólo el tiempo decidirá o no guardarlas en el saco de lo imperecedero.



*Walter Jimnbo: Loja 1978. Escritor y comunicador social, hizo parte de los talleres del Cafélibro y de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y publicó su primera obra individual, en la colección Machete Rabioso.