mardi 1 juin 2010

SERIE: HISTORIA DE LOS GRUPOS LITERARIOS EN ECUADOR

De los nuevos y anteriores grupos literarios en Ecuador
PRIMERA PARTE

Por Freddy Ayala Plazarte*



(Este texto hace parte del estudio introductorio a la Novísima Poesía Ecuatoriana, investigación del autor y de próxima aparición)

Para hablar de los nuevos grupos literarios en el Ecuador, es necesario hacer un revés de mirada a los grupos que antes mantuvieron una correspondencia mediática, pragmática, reveladora, anarquista, necesaria e integradora, con su tiempo.
Los modelos económicos, políticos, industriales, tecnológicos y de comunicación provocaron grandes cambios en el quehacer literario nacional desde el primer tercio del siglo XX, especialmente en América.

A pesar de que con respecto a nuestra América Latina, Jesús Martín Barbero, sostiene que los cambios paradigmáticos estructurales se dieron desde la proliferación de los medios de comunicación en los 60, como una red creadora de sentidos y concienciación, particularmente con la televisión, se puede deducir que mediante las redes de comunicación, las dictaduras, la revolución, la efervescencia del proletariado, el espíritu libertario, el ideal de cambio y desarraigo motivó a muchos escritores en los años 60 a tomar posturas políticas, y de ahí la necesidad también de conformar grupos donde se elaboraban manifiestos y posiciones con respecto al régimen establecido, mas esto sería una puerta que apenas abría la posibilidad de buscar un sendero por el cual expresarse, ya que en lo a posteriori la revolución social sería un punto más a cuestionar, porque la revolución a la que se enfrentaría sería la suya; interna: la del intelecto.

Como el surrealismo lo quiso, la liberación de los sentidos y en general “la liberación total del hombre” (Breton) es decir el conflicto interno del artista en medio de un laberinto llamado urbe, como señala el escritor Alfredo Pérez Bermúdez:

“…El mundo de los escritores supo que establecer cambios en las formas y aun en los contenidos para transgredir, no fueron sinónimos de revolución. Esas formas fueron cambiando la época y nosotros con ella. Hasta que llegamos al triste y tan publicitado desencanto, consecuentemente a una militancia en el oficio y la defensa de la libertad imaginativa que abrió nuevos procedimientos narrativos y poéticos” .


Vale aclarar que en el presente tópico hablaremos de escritores de aquel tiempo específicamente a partir de grupos literarios, más no por autores, porque correspondería a otro estudio, por lo tanto se menciona brevemente a grupos que a lo largo de los decenios han destacado tales como "Umbral" de Quito con Paco Tobar García, Francisco Granizo o Filoteo Samaniego, o "El Club 7" de Guayaquil con escritores como Ileana Espinel y David Ledesma Vásquez en los años 50; o "El ELAN" de Cuenca con escritores como Efraín Jara Hidrovo, César Dávila Andrade o Eugenio Moreno Heredia; para los años 60 "Los Tzántzicos", con Rafael Larrea, Raúl Arias, Alfonso Murriagui, Ulises Estrella, Humberto Vinueza, Euler Granda, entre otros.


Entender a los grupos de los años 60-80s como movimientos fundamentales para las venideras manifestaciones artísticas es vital para una lectura actual de los colectivos literarios y de los nuevos poetas:

Los sesenta y setenta serían decisivos para la historia de nuestra literatura, pues, como se ha dicho, eran décadas de subversiones, de terremotos sociales, de influencias filosóficas, de "pedir lo imposible para ser coherentes con la realidad", los años ochenta no serían menos para la dinamita cultural que nada la detiene, ni siquiera la contracorriente, el vendaval del nuevo orden y/o desorden establecidos...


Así, a inicios de los 70s se consolida el Frente Cultural (en continuidad y ruptura de los Tzántzicos) y la revista "La Bufanda de Sol", con poetas que luego de una posición política asumirían una visión netamente formal como Iván Carvajal o Iván Egüez; en los años 70 se desarrollarán de otra parte vertientes de carácter insurgente anarquista y antipoético tales como "La Pedrada Zurda" (Ricardo Torres, Ramiro Oviedo, Héctor Cisneros, Bruno Pino, Jaime Guevara, entre otros), con antecedentes en "Los Canchis" en el colegio Mejía en Quito donde militaron por vez primera algunos “pedrados”. Los Guamingas en Riobamba a inicios de los 70s (Franklin Cárdenas, Daniel Pazmiño entre otros), mientras que en Guayaquil surgirá a finales de los 70s e inicios de los 80s, el Sicoseo, con poetas como Fernando Nieto Cadena, Fernando Artieda, Fernando Itúrburu, Fernando Balseca (“los Fernandos”) Eduardo Morán Núñez y Jorge Martillo, entre otros.


Para la década de los 80 llegaría una concentración amplia de grupos y colectivos y alimentaría la posibilidad de plantear nuevas formas y métodos de compartir e impartir la literatura, básicamente me refiero a uno de los principales gestores de talleres literarios en el país, Miguel Donoso Pareja, quien trabajó desde una óptica disciplinada de interacción, entre coordinador-escritor, escritor-escritor, escritor-coordinador.


De dos grupos matrices creadas en Quito y en Guayaquil (aunque paradójicamente en esta última ciudad nunca se configuraron grupos con nombre y apellido) se desprenderían hacia sus propios preceptos y afinidades grupales: "El Matapiojo", con escritores como Diego Velasco Andrade, Paco Benavides, Pablo Yépez Maldonado, Marco Núñez Duque, Hernán Hermosa, Diego Gortaire, Edwin Madrid (en sus inicios), Makarios Oviedo, Soledad Córdova, entre otros...


"La Pequeña Lulupa", con Huilo Ruales, Jennie Carrasco, Raúl Serrano Sánchez, Alfredo Pérez Bermúdez, Leopoldo Tobar; "La Mosca Zumba" con Gustavo Garzón, Pablo Salgado, Rubén Darío Buitrón, Byron Rodríguez; Contextos con Vicente Robalino, Marcelo Arteaga; "Pablo Palacio", con Elsy Santillán Flor, Edgar Allan García. En Ibarra, los "Bodoquera" (Iván Flores, Jorge Luis Narváez, Williams Castillo), además de "El Sacapuntas" en Riobamba, con Gabriel Cisneros, Jorge Patarón, Carmita Rojas, Gladis Paredes, entre otros, animado por el poeta y gestor cultural prematuramente desaparecido Alfonso Chávez Jara.


De cierta manera, realizar un estudio más detallado de lo antes mencionado aclararía el contexto de aquella época (véase al respecto La posibilidad de soñar por escrito, de Alfredo Pérez Bermúdez K Oz Editorial 2003) y la labor de cada escritor, eso sí, sin haber enfatizado individualidades, la lógica colectiva de los grupos literarios que durante dos decenios, han contribuido a la construcción de la poesía de las nuevas generaciones en Ecuador.


Subsecuentemente, desde hace cinco años vengo conociendo la labor y el desarrollo de algunos nuevos proyectos literarios ecuatorianos, que de cierta manera representan una parte de lo que actualmente se trabaja, por autogestión han realizado publicaciones, también han buscado apoyo institucional y del sector privado para organizar encuentros nacionales de poesía joven, promueven investigaciones de autores o de temas relacionados a la cultura actual, elaboran revistas, antologías, blogs, orientados a que la poesía sea un aspecto cotidiano-asequible en la “realidad social”, de los cuales hablaremos en una segunda entrega.





* Freddy Ayala, Plazarte:
Poeta y comunicador social, miembro del grupo literario
La K bezuhela, colaborador de K Oz Editorial. Se halla estudiando la vanguardia y transvanguardia literaria en Ecuador

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