Por Diego Velasco Andrade
En el contexto en el que escribe el escritor del siglo XXI, tiempo veloz, vertiginoso, caótico, virtual; donde se acabará pronto la noción de la Literatura, tal cual ahora la entendemos y, -por lo tanto-, los seudo privilegios de escritor oficial y su pretendido e inalcanzable “canon”. Cuando algunos nuevos y viejos anarquistas prefieren encontrar en la internet y el “ciber espacio” o en el hipertexto del blog, aquella suerte de Biblioteca de Babel electrónica y tela de araña para enredar los bucles y el bigote del otrora escritor maldito, con sus cómodos mitos y ritos de solitaria y “gótica inspiración”, una noción siempre nueva, fresca, progresista y diversa de grupo literario, irrumpe en nuestro medio con el proyecto editorial colectivo K-bzuhela, de Quito.
Los k-bzuhelas liderados por la arquitectura poética de Johanna López y orientados (y/o desorientados) por la brújula caminante de Juan Pablo Mogrovejo, el sesudo y complejo mundo filosofal e “involuntario” de Paúl Miño, la tierna esquizofrenia de Andrea Samaniego, el neo-vanguardismo de Freddy Ayala Plazarte y el hiperrealismo de Marco Bustos, nos demuestran que está arribando una nueva camada de escritores en Ecuador, nacidos a partir de los años 80 (la generación fractal) y aún más, que su proyecto editorial “anti oficial” y “autogestionario”, constituye una “utopía realizable”.
Su propuesta creativa producto de su desarrollo personal y colectivo durante casi tres años en los Talleres de la CCE, da cuenta del planeta multidiverso en el que están inmersos estos representantes de una novísima generación de inicios de siglo XXI, época digital en la que sus obras: poética, narrativa y novelesca, se inscriben.
Así, Johanna López ( Quito 1980) asume una poética desde lo arquitectural que es su oficio y desde el maléfico y suicida Cioram que es su fantasma y nos lanza a la cara dardos, flechas y latigazos de signos y señales que, -paradójicamente a su caos aparente-, son construidos con milimétrica y razonada precisión; la construcción y reconstrucción permanente de la noción convencional del poema, reto y rompecabezas permanente para lecto-nautas iniciados y profanos, tal es la esencial propuesta de sus “Certezas Híbridas”.
Juan Pablo Mogrovejo (Cañar 1979), -el funámbulo del grupo-, con su cadencioso y rítmico acento cañari, nos invita a extraviarnos o a salir airosos de sus intrincados laberintos de personajes, situaciones e igualmente caóticas figuras; el patafísico Alfred Jarry o el bohemio Toulouse, danzan y “biciclean” en sus páginas en común acuerdo con sus propios miedos, angustias y espectros personales, configurando textos “caleidoscópicos” que bien quisieran los inventores de juegos ópticos y telescopios terrenales.
Freddy Ayala Plazarte (Latacunga 1982), -el neo-vanguardista del grupo-, elabora complicadas pirotecnias verbales que se asientan en complejas imágenes, que deben ser descifradas sintagma por sintagma, en una suerte de escaleta de sensaciones, colores y elaboradas sinestesias; pues sonidos, olores y sabores se entremezclan en una suerte de alambique que secreta una alquimia poética de gran riqueza rítmica y polisémica.
Andrea Samaniego (Quito 1986),-la menor del grupo-, experimenta una prosa poética de profundos significados y resonancias erótico- amatorias. Sin embargo su propuesta no recae en la reiterada “poesía erótica”, tan “lugar común y corriente” en la poética contemporánea “escrita por mujeres” en Ecuador. En ella, más bien hay una búsqueda del eros cotidiano, tierno y violento a la vez; aquel que subyace en cualquier relación de pareja, que se atrae y se repele en una suerte de amor-odio esquizofrénico, que nos interpela y asusta con sus crueles paradojas.
Marco Bustos (Quito 1981), en cambio, ha emprendido en un proyecto de alta literatura: la construcción de una novela hiperrealista “Chicos de casa sin piscina”, que trata sobre las nuevas identidades personales, culturales y sexuales de la juventud quiteña arribista de inicios de siglo, siempre en tren de imitar y “parecer” global y sofisticada; eso sí nunca “chola” ni limitada a lo local, más bien plagada de tecno prácticas informáticas, vídeo audiovisuales, “regae-toneras”, celulares y erótico-virtuales, mas siempre artificiosa y artificial pero sobretodo “light”. Una crítica mordaz, cínica y demoledora a esta “generación andinista” que aún no tiene, pero ansia
Finalmente el filósofo del grupo: Paúl Miño (Quito 1984), experto en la teoría de los sistemas complejos en la onda Edgar Morin, nos propone una serie de “cuentos involuntarios”, de pretendido tono ingenuo y prosaico, pero que significan una crítica irónica y contundente a la literatura angustiosa y solemne, que ciertas visiones dramáticas de la narrativa ecuatoriana, han pretendido hacernos creer: …que una historia para ser “bien contada”, debe asumir un tono retórico, hermético y seudo intelectual. Mas aquí hay pura burla, ironía y sarcasmo, a las convenciones de nuestra fauna local con poses de académica e intelectual, cuyos nombres en el texto, han sido cambiados para no proteger a los culpables...
De esta manera con su obra irreverente, los k-bezuhelas, nos demuestran una incesante búsqueda de oficio literario, pero también una intensa necesidad de encuentro lúdico con su grupo y con otras voces de su autodenominada “generación fractal”; sobretodo su interés en la configuración de una literatura joven y fresca en Ecuador, demostrando que nuestras tierras andino ecuatoriales constituyen muchísimo más que una despistada “Línea Imaginaria”, y que esta camada más bien irrumpe como una generación hiper crítica e hiper realista, sobretodo como una generación, en donde la necesidad de hacer literatura puede ser ejercida en una suerte de amor colectivo, de “amor grupal”, constituyendo necesidad erótica y de goce, placer de gustar y de disgustar a sus potenciales críticos de fuera y también de comarca, pero sobretodo arma ética y estética para imaginar y escribir un mundo mucho mejor que el actual.
UNA MUESTRA K-BZUHELA
ANDREA SAMANIEGO*
MANDALA
(fragmentos)
Con una mueca fucsia advertí que todas las hojas tenían tatuado el mandala.
Acostada en el puente el abismo me grita que no soy más… que nunca pasa que se vuelva a decir siempre cuando a veces se ha dicho tal vez.
Me rasco la espalda entre la segunda y tercera durmiente y un calambre en el pie me recuerda la humedad de la maldita nostalgia. La pintura que derramé en mis rodillas a los seis años sigue tiñendo a los trenes de jueves y los jueves hacen rondas para burlarse de las fallas en mis sentidos, y es que después de absorber mil olores; el olfato se muere con la memoria saturada del recuerdo del sexo que por primera, tercera y última vez frotaste contra la quijada.
Los mantras metálicos se escuchan cercanos, colapsan el dolor, me abofetean las manos, como si el carbón con el que dibuja la locomotora me lo hubiese tragado, y antes de inundarme el esófago, se convierta en la voz que jamás ha existido…
Andrea Samaniego (Quito 1986). Es estudiante de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central. Integra el grupo literario K-bezuhela. Tiene un cuaderno de poesía Pravda, en la colección fractal del colectivo K-bezuhela.
FREDDY AYALA PLAZARTE**
De REMINISCENCIAS
(Fragmentos)
1.
Atrás del prisma
quedaron nuestros pasos
la respiración de la ciudad
enternecía un tiempo de invisibles caricias
de perder el alma
en sábanas de arena
Era solo el pensamiento
desbocado entre las sinergias del anzuelo
conteniendo en la piel del albatros
una llama de nostalgias
Recuerdo la silueta de tus trenes
aventar barajas sobre el desierto
sudando palabras en la frente
con ansias de ser recogidas
por algún hombre.
.............
11.
Ofelia desdobla la cabeza de los océanos de la noche
en la agitación de la medusa boreal
interna en las ofrendas de sílice
vigila los pasos del tiempo
de la maraña de sus pensamientos
Ofelia se sofoca en lamidos restos
de polares caricias
desviste las historias de una dudosa lechuza
la amnesia de sus años retoza
en la indescifrable pirámide del ciego
Ofelia remienda las lesiones de ocasos convalecientes
con su adusto mentón
y los delirios de la furtiva cisterna
enturbian el iris de sus desengaños
Ofelia ve el pedaleo de su muerte de antifaces
acostada de bruces
salta de sus paredes como una bailarina
amortigua el descenso de su voluntad
y desentierra un estigma.
**Fredy Ayala Plazarte. Latacunga 1982. Es egresado de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador. Tiene dos libros de poesía inéditos para la colección Luz Lateral de la CCE. Integra el grupo literario K-bezuhela en cuya colección Generación fractal publica su primer libro Zaratana.
JOHANNA LÓPEZ SANTOS ***
HI CIORAM
Supe expresarte sentimientos,
aquel agua-mar que me sabe a cielo
y me castiga,
precipicio inherente condensado
en ideas.
Soberana me cubre
la incertidumbre de las cortas palabras,
¡como late el corazón…!
estúpido vacío, lleno de carne y vergüenza…
¿Qué perdona Heidegger,
si empiezo a asimilar su capricho…?;
mientras,
se incrusta en mí una certera duda: ¡TÚ!,
o mi loca sensación de estar
entre tajos,
de simas, de quebradas.
No me acompaña la fatalidad
en estos últimos días,
sólo la muerte solitaria,
ronda las esquinas de mis horas.
No estoy triste
sólo entiendo y consiento
“Que el problema no es la muerte
sino el haber nacido...”
¿NO ES VERDAD CIORAN…?
DELTA
(Fragmentos)
Los destellos de luces vivas
de cambio, de oportunidades,
jerarquizan la orfandad de los cuerpos,
me retribuyo con interés
para tocar la palabra azul del Delta,
su figura muda,
su nivel de conciencia,
en la columna de armonía emerge
sin transigencias,
la pluralidad del asbesto
¿quién no ríe en la sonrisa
de aquel que se complace
con una buena dádiva…?
no de caridad sino de indulgencia
vivaz, hacia el futuro de la única igualdad
fraternos hasta con los bronquios
de la tierra humedecida,
libres como la idea cutánea de ceguera óptima,
para elaborar sin prejuicios lo que implica mirar
por lo menos hasta entender que
“SÓLO CODICIAMOS
LO QUE VEMOS”;
……..
Johanna López Saltos. Quito 1980. Es Arquitecta por la Universidad Central del Ecuador. Tiene inéditos dos cuadernos de poesía para la colección Luz Lateral de los Talleres de la CCE. Anima el grupo literario K-bezuela en cuya colección Fractal publica su primer poemario: Certezas Híbridas.
1 commentaire:
ME PARECE QUE SON UN GRUPO DE ENFERMOS MENTALES ESTÁN EN EL LUGAR EQUIVOADO, DEBEN ESTAR EN EL MANICOMIO NO EN LA CASA DE LA CULTURA.ES UNA VERGUENZA PARA LOS JÓVENES ESE TIPO DE GENTE SALVAJE. SI ESO ES CULTURA QUE ES VIVIR NO ES JUSTO TANTA INFAMIA Y TANTA IGNORANCIA PERO MAS IGNORANTE ES EL QUE LOS LEE.
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