mardi 29 juillet 2008

UNA GENERACIÓN FRACTAL


El taller literario:

ESPACIO PARA ESCRIBIR OTRA REALIDAD


Presentación de las selecciones poética y narrativa

de los Talleres Literarios de la CCE





Por Pablo Yépez Maldonado


Escribir no es una fantasía,
es una necesidad primaria; es una forma de comunicación y para ello se escribe sobre la piel de las piedras al igual que sobre la coraza de las tortugas o en la trama del papiro o a través de los hilos multicolores y disímiles de los kipus, o se expresa el silencio y el asombro en los cuerpos mediante diversas líneas que representan animales sagrados; y se convoca a los espíritus y se redescubre que la vida tiene continuidad y los ciclos se repiten y que a la vez se fracturan, que los mitos no son aquellos que heredamos de los griegos o romanos sino que subyacen en nuestras máscaras y en nuestras fiestas, en nuestra manera tan ecuatoriana de enfrentar el destino embarcándonos en frágiles canoas a redescubrir aquello que ya habíamos inventado.



Parte de los integrantes de los Talleres Literarios de la CCE en el reciente lanzamiento

Pero cuando la escritura se vuelve pasión se convierte en el giroscopio que nos instala como viajeros en dos naves distintas: el tiempo y el espacio. Y logramos articular el espacio y conseguimos romper el tiempo para construir y demostrar que la vida sigue y está, y nos acecha con su temeraria cantidad de posibilidades, a las cuales, de manera constante y casi maquinal negamos. Entonces vivimos la literatura porque logra construir aquellos escenarios que soñamos y atravesamos las situaciones que alguna vez imaginamos. Si esto es así, y parece ser que se repite en el tiempo como una constante, ¿cuál es la función de los talleres literarios?; ¿qué los diferencia de los grupos de literatos que de una u otra manera se han formado casi siempre alrededor de la tarea de escribir?Los talleres literarios surgen en nuestro país en la década de los ochenta, con la llegada de Miguel Donoso y su trabajo en la Casa de la Cultura con una metodología aprendida y a medias inventada en México; en esa década se crearon muchos talleres literarios, en muchas ciudades y con diversos nombres, no voy a repetir la historia para no cansarles (solamente déjenme decirles que los talleres hicieron su aparición conjuntamente con las guayuserías, que en el país mandaba Febres Cordero y en las calles se respiraba el olor recién inaugurado de los desaparecidos y los muertos por la ley de fuga); de esos talleres surgieron muchos escritores y escritoras que ahora facturan su fama bien ganada y su pose de poetas de élite.


Parte del Taller Literario de la CCE en los 8Os, Gustavo Garzón (+), Pablo Salgado y Byron Rodríguez en primera fila.

Atrás, Alfredo Noriega, Francisco Torres Dávila y Margarita Lasso


En la década de los noventa
esa misma metodología fue apropiada por aquel entonces por ciertos jóvenes que pusieron e hicieron de ese espacio una especie de círculo de iniciados y de club de fans para adorar la literatura y dar al país el premio Nóbel, Nadal, Herralde, Planeta, Copa Libertadores... en fin cualquier premio para que adquiriese talla universal; pero como verán, tampoco se dio a pesar de todos los intentos por denominarse poetas “feto”, “probeta”, “generación post desencanto”, de cualquier manera la etiqueta no ayudó mucho a proyectar en el mercado a los nuevos escritores y escritoras. Y entonces, luego de este cortísimo viaje estamos de nuevo al comienzo, claro que han pasado ya 10 presidentes (sin contar un triunvirato y una presidenta) –es decir a un promedio de 2 años por período presidencial-; tres constituciones y una sola realidad verdadera, una revolución ciudadana, un puñado de forajidos satisfechos, millones de migrantes que se marcharon en busca del dorado, más o menos 6.000 millones de dólares entregados a los banqueros que están en Miami y otros paraísos del mundo.
En fin que esta historia ya la conocen y no me voy a preocupar de recordársela. Total que estamos al comienzo, es decir con una nueva camada de escritoras y escritores, poetas y narradores y narradoras; pero, cuál es la punta que une el comienzo con el final, mágica serpiente ouroboros, que se recrea toda a partir de sí misma. Un taller no es la reunión de amigos para definir al poeta más sensible, sublime o estratosférico, no es la camarilla de agitadores conspirando contra la academia y las buenas costumbres, no es la secta que elabora el canon y eleva al partenón a los ungidos con la victoria de algún juego floral, no es el grupo de bohemios que deambula en búsqueda de fantasmas ni las interminables discusiones filosofales que no conducen sino a la necesidad de un próximo reencuentro para seguir hurgando bajo la piel hasta despellejarse, tampoco es el sitio de los elegidos por algún dios dador de dones y virtudes –y alguno que otro pecadillo-, para desflorar la vida. Un taller, creo yo, es un grupo de comunes y corrientes personas sensibles, que trabajan textos a partir del material dado, es decir seguimos en la construcción de un nuevo e inacabado hipertexto a partir de un palimpsesto que a la vez se constituirá en otro de los tantos y tantos trillones de textos que se acumularán en el espacio para devenir reflexiones en esa otra nave que es el tiempo.



La Red Cultura Imaginar de Quito en los 90:

Pedro Herrera, Elsie Santillán, Bolívar Flores, Efraín Espinoza, Gladys Azoca Makarios Atahualpa Oviedo y Fabián Vallejos

Clarísimo. O, trataré de entenderme yo mismo, un taller es la reunión de ciertos ingenuos que pretenden escribir otra realidad porque la que existe no es lo suficientemente compleja ni tiene la capacidad de abarcar tantos sueños. O un taller, puede ser, la reunión de doce discípulos con el maestro como eje central para que recorran el camino de la vida, lo llamen el enviado y posteriormente le saquen los ojos, renieguen de él y lo hagan papilla.Bueno todo eso y mucho más es un taller, es la construcción paciente de textos que puedan comunicar aquello que de manera habitual no podemos hacerlo; para ello nos hacemos de las únicas herramientas que tenemos a mano: la palabra, la sensibilidad, la crítica, la observación, la realidad, el terror, el humor, la ironía, la soledad, la historia, el desarraigo, la imaginación, los sueños, la ingenuidad, el erotismo, los colores, el silencio, la literatura, la incertidumbre, la filosofía, la física, las precariedades económicas, las miradas entre compasivas y admiradas de los parientes –en especial de los respectivos compañeros o compañeras cuando se llega a la casa después de trabajar en el taller y decir, entre orgulloso y avergonzado, ésto es lo que hice y se saca una miserable hoja de papel con múltiples tachones y dibujos realizados por el resto de compañeros-; además usamos la sombra, los sonidos, la arquitectura, el agua, el aura, los mitos, la medicina. Es decir tenemos la posibilidad de reinventar el mundo sin necesidad de cobrar nada por ello, y eso nos recrea y nos reconstruye y nos encara y nos eleva o nos envía al abismo, pero siempre de frente hacia lo que constituye nuestra pasión, los textos, la imaginación, la valoración de uno frente a lo que se puede hacer con uno mismo; porque el taller no es una fábrica de escritores es un trabajo de grupo donde se aprende a escribir con paciencia y pasión, con terquedad para adquirir cierta seguridad, y comprender que la literatura no es el catálogo de los buenos escritores, que la poesía no es un decálogo para fabricar imágenes, que la literatura no es un fin en sí misma, es un medio para ser, hacernos y deshacernos. La propuesta fundamental de un taller de literatura es (o debería ser) socializar los medios de creación, dar a conocer las técnicas que nos permiten crear para dar por terminada la división entre el arte y la vida.

Esa fue una de las propuestas que surgieron hace ya más de dos décadas y creemos que hasta ahora mantiene su vigencia. Hacer de la literatura el ejercicio que nos posibilite romper y desprogramar nuestra rutina para asumirnos en nuestra condición humana. Nunca el taller como espacio de reproducción de vedettes, nunca el taller como factoría de profesionales de la palabra; el taller como espacio de crítica colectiva y de militancia sensible con la vida.Eso es un taller o así al menos lo hemos concebido, inventado, soñado y recreado en estos años. Al leer los textos de estos nuevos poetas, narradores y narradoras ustedes sabrán juzgar si se ha conseguido el objetivo, y los que participaron en todo el proceso podrán dar testimonio si les permitió comprender la vida de otra manera porque la literatura al igual que la ciencia da cuenta de la realidad pero la literatura tiene la ventaja que puede crear otras realidades, otros tiempos y otros espacios, y, a la vez recrearnos como seres humanos sensibles, asombrados, creativos y críticos; soñantes y soñados, cuestionadores, suscitadores y lúdicos...


Que así sea
PYM
29 de julio del 2008
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jeudi 24 juillet 2008

POÉTICA TZÀNTZICA


PARA RAÚL ARIAS
“QUÉ SON LAS CALLES
SINO PUENTES COLGANTES ENTRE LA VIDA
Y LA MUERTE”…


El gran inconoclasta tzántzico, el “poeta en bicicleta” escribiendo lechuzarios en una esquina de Quito; el poeta que saca la lengua al “poeta maldito” o al “poeta vate”, tan de nueva moda en la canónica comarca; escuchar “al Raulito” ha sido siempre un acto de frescura e irreverencia; escenario para re actualizar sus recitales y happenings sesenteros, porque él nunca ha subido al pedestal de la fama como lo han intentado otros tzántzicos, a los cuales habría volver a dedicarles estos salmos del poeta patafísico, caótico e irreverente que es él; de aquel que nunca ha claudicado ni terminó “desencantado”, “desencontrado”, ni con la “cabeza reducida”, como muchos de sus contemporáneos.

Junto al recordado Rafael Larrea Insuasti, arquetipo integral del poeta tzántzico y Alfonso Murriagui Valverde, Raúl Arias conforma la triada poética de “reductores de cabezas” que nunca se vendió al canónico “santo oficio”, ni al “hit parade de la luenga”
(Diego Velasco Andrade)


De Poesía en Bicicleta, 1975

Ah, poetas de mi tierra,
poetitas de mierda
con quienes aprendí a conocer
una nueva enfermedad:
la trinofobia.

Poetas de poetas,
esqueletos de oficina,
telefónicos versos, _
dominicales y amarillos,
sálvensesipueden,
novios de la muerte,
vividores de la luna,
no se sorprendan
cuando guiando mi bicicleta
les caiga encima,
transeúntes de vías lácteas,
y lean el periódico amarillo
al otro día:

«Poeta Zutano,
recuperándose.

Le cayó encima
un ángel de cien metros».


…..

El poeta maldito que quiere pasarse las horas
bajo agradables techos, recogiendo las moscas
o peinándole a dios su peluca tostada.
El poeta maldito que no quiere ser desplazado
y sus dos brazos medio rotos luchan por coger
el arroz entero y echárselo a la panza.
El navajero y pelador de palabras
como papas con gusano.
El oidor incesante.
El casi criminal.
Linfático, nervioso estudiante de las canciones
de las cocineras y de los cantantes populares.
El todo-sol, todo-41.
Oculto puede existir para el amor
aunque de amor esté hambriento como un lobo.
¿Qué son las calles –dice- sino puentes colgantes
entre la vida y la muerte?
Sin embargo, pulidas, hermosas como ojos de iguana,
el camino desde la mosca hasta el ciego,
establecido por un trayecto de miradas,
incomparable, incomparable
en su vuelo de madera..
El poeta maldito fuma espermas para no aburrirse,
duerme en la puerta del horno
para que se queme el pan,
para que el sordo siga en su sordera,
para que el monje sea completo, con fusil.
El poeta de piscis
que prepara su testamento bajo el agua,
y cree, sobre todo cree en la superficie de la tierra,
y le estorba un moco grande
que vio pegado en la pared
y tiene que almorzar en la fonda negra
frente a un buitre de humo
y bebe chicha con esquirlas
y el un ojo ignora de vez en cuando
lo que hace el otro
y sus medias se le hayan pegado al alma
y el alma llena de mugre vaya a parar
junto a la ropa en una soga, a secarse,
para que le sigan usando.

Quiso desposarse y ahora hay problema
en el ruido del bosque.
El canto del pájaro, a las seis.
El yunque, a las seis.
Para que siga durmiendo el bienpensante.
No sabe aún si quiere cabra, puta, violeta y fragancia
o mugre entumecida y triste.
Paseó por el bosque con el sexo erecto
detrás de la bragueta.
Junto a él –rumor de hojas frescas-
la tibia escalinata del amor, rodeada el talle
por manos anhelantes.
La luna en Verne, lámparamor todavía,
y abajo entre las ramas y la noche,
el vello jugoso exprimiendo cortinas.
El amor quizá sea grande cuando se lo continúe.
cuando lo canten mil y otro mil lo escuchen atentos.
Ahora, no. Ahora es una revista pornográfica,
un coito con tijeras.
“Estate quieta, estatua de la vida”.
“Prohibiré la lucha de clases”.
Con tanta estupidez, el sol parece quemar más
¡y que así sea!
“La amé en un portal.
Fuimos a la iglesia
Para acariciar sus senos”.
“Almorzamos con tal vagabundo.
Nos reímos mucho. Del carajo y del plato sucio”.
Despósate.
Quedemos en esto.


Antología Raúl Arias, Koz Editorial 2004

De Lechuzario (1983)


No te asustes, Querido Ojo, que no eres tú quien
sufre propiamente sino tus cámaras celestes. Trinas
en el carbón encendido y te sobrecoges. Como un
danzante te apartas sigilosamente del fuego excesivo
y miras hacia atrás. Cavilas y cavilas como una marioneta engañada, zafados los brazos, atento a los ruidos,
a las voces, a la música. Te impelen a danzar y danzas.
Suave o fuertemente, con armonía o en desorden.
¿Tienes pies de hojas secas? ¿Pisan tus pies el suelo?
¿Te abrazas con el viento y bailas? ¿Tus muslos topan muslos y vas en caza de la cierva? Contestas, Querido Ojo,
que estás sembrado de luz. Un silencio se acumula, repetición de algodones. El mundo-otro, el grande,
abre sus labios de mujer, en beso hacia el mundo tuyo.
No huyen los dos. Están y se revuelcan: dos plumas en el aire, dos copos de nieve, dos hurones. Comarca de los sueños duros, machos. En pos de los sueños hembras, suaves. Querido Ojo: duermes en ti, como la llama.


Que las palabra piensen,
se enternezcan, duerman, sueñen y despierten.
Que saliven como gatos ante la leche.
Que oigan alegres el estallido de los cohetes
en una fiesta popular.
Que jueguen como niños en la calle.
Que se saluden en un portal, guareciéndose de la lluvia.
Que las palabras continúen diciendo palabras
y usen pañuelos de colores en el cuello.
Que salgan de sus casas y se conecten
como hilillos de aire o de agua,
pequeños trozos de carne fluyente.
Que antes que nada, luchen por las otras,
por las encarceladas en la ignorancia
o en las cárceles mismas.
Que las palabras piensen mejor cada día,
que amen la palabra libertad y la defiendan.
Que aprendan a odiar la palabra imposible
y no teman lo desconocido.
Que las palabras peleen, se alisten y desfilen.


CONCIENCIA Y PERRO CALLEJERO.


La conciencia sube paredes internas en duros estratagemas.
Recorre lágrimas labradas, hace el guión del último círculo de tiempos.

Lleva adelante la batuta que orquesta silencios y bullicios. Jefe de un cuerpo de calles, dirige el flujo callejero.

Los carros se detienen, choferes impacientes esperan la orden del chapa de la esquina, mientras un perrillo amarillo y blanco escapa entre las ruedas.

La conciencia se revuelve, quiere gritar y moverse hacia el animal perdido. Una orden del ahora policía, que aparenta indiferencia, puede provocar que al animal lo aplasten las ruedas, y entonces...

La conciencia gime, quisiera evitar que el perro sea destripado. Conductores impacientes esperan rebasar la esquina. La conciencia sumisa y cobarde no puede dar la alarma.

El perro amarillo escapa, sin saber, a la muerte callejera. Sube a la vereda, se sienta junto a la puerta del City Bank, del hidrante rojo. Cansado, aburrido, hambriento. con una pata se rasca detrás de una oreja.

La conciencia respira en amplios círculos de desconfianza.


De Pedal de viento, Antología personal (2004) K-Oz Editorial.


NUECES Y LUCES


El pezón de Venus incita a los planetas vecinos a incendiarse.

La Cruz del Sur relajó las mentes de los antiguos marinos y astrónomos.

¿Hay algo más ardiente que la relación entre la nuez-cerebro y el universo en una cáscara de nuez?

La brújula es desembrujada de un tajo; las emanaciones eléctricas conectaron quipus-ecuaciones: piedras gigantes despertaron en Macchu Picchu, Tiwanaku, sistemas hidráulicos flexibles, formaciones organísmicas, exactas como números de Froude.

La geometría arborescente anudó ciclos agrícolas, urbanos, comerciales, astronómicos; creció la gramínea gigantes del maíz; los dioses formaron de maíz blanco los cuerpos de los primeros hombres y mujeres.

¿Cada cual por su lado? Europa trajo sombras feroces. Abya Yala, la tierra Siempre Verde, creció en productos siempre frescos.

La oscuridad y la luz formaron la escena del abrazo mortal.



Raúl Arias. Quito, 1943.

Militó en el grupo Tzántzicos en la década de los años 60 y publicó en la revista Pucuna sus primeras producciones literarias. En la década de los 70 formó parte del cuerpo de redacción de la revista La bufanda del sol.

Obra literaria. Poesía en bicicleta (1975), Lechuzario (1983); Signos en el fuego, reportajes, 1987; Trinofobias, poesía, 1988; Espejo, un zapador de la colonia americana, premiada en el Concurso de Libretos de Radioteatro de Radio Televisión Alemana, 1989; Luces y espejos en la oscuridad, escrita en colaboración con Iván Toledo, Premio Nacional de Obras de Teatro convocado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1990; Cinemavida, poesía (1995); Vuelos e inmersiones, poesía (2000) Caracol en llamas, poesía, y Picadas del viento, teatro (2001); Pedal de viento, Antología personal (2004) Publicada por K-Oz Editorial.

Su última antología ha sido publicada en la Colección Palabra Viva de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.Cuatro poemas suyos han sido musicalizados por el grupo Nuages y La comedia monótona, que dirige el músico francés Sven Pagot. Ha realizado tres series radiofónicas con narradores y poetas latinoamericanos.
La libertad buscando patria. Vida y poesía de Jorge Carrera Andrade, CD, (2007).

MÁS EN
http://k-oz-editorial.blogspot.com/2007/12/el-movimiento-tzantzico-y-su-clara.html

samedi 19 juillet 2008

BLOGS DEMOLICIÓN

LA TIERRA ES UN SATÉLITE DE LA LUNA ?


LEE AL GRAN LEONEL RUGAMA

DEMOLICIÓN EN ULTRAMAR ?


LEE EL BLOG DE EFRAIN ESPINOZA

escritor ecuatoriano radicado en Ibiza


Entrevista a Diego Velasco Andrade

NUESTRO ÚNICO CANON ES ESCRIBIR CON IDENTIDAD...

mercredi 9 juillet 2008

DEMOLICIÓN EN MOVIMIENTO



MANIFIESTO 1
Demolición en movimiento,
es la primera fase de
un movimiento colectivo, intergeneracional,
de renovación, transvanguardia y ruptura
en las Artes y las Letras en Ecuador.
Está conformado por varias “comunidades”o colectivos de escritores y escritoras
provenientes de diferentes ciudades y regiones del país,sin distinción de edad, género,
opción política partidista, religión, preferencias temáticas, de estilo o de registro literario
para la creación de sus obras;
colectivos de productores de textos, siempre interesadas en crear, divulgar
y recrear literaturasanteriores y contemporáneas del Ecuador y de nuestros países hermanos,
en especial de aquellos que aún conservan sus mejores tradiciones
indo americanas.




Desde aquí y ahora, sabemos que solo podremos proyectar
nuestra obra individual y colectivaen nuestro propio país y hacia cualquier lugar
del planeta,conociendo, valorando y re significando las mejores tradiciones orales,
escritas ylas prácticas culturales de nuestros pueblos
y culturas ancestrales,
en este espacio tiempo de retorno: Pacha Kutik.
Habitando en el Ecuador continental o el ultramarino,
sabemos que nacimos en una nación antigua y milenaria,multicultural,
multiétnica y multilingüe;
por ello,
nuestra tradición literaria no se soporta en ningún autor,
siglo, escuela o corriente literaria en particular;
de este modo, activamos la demolición de cualquier canon
y de cualquier círculo, argolla o tribu “de elegidos” por las musas:
supuestos propietarios del buen gusto y de inmutables verdades literarias.
Sacamos la lengua por igual a la academia que a los “canónicos” de comarca,
a los propietarios de esotéricos “países secretos”;
a los inagotables imitadores,
que de tiempo en tiempo
pretendan sujetarnos a la tradicióngreco-latina,
a la judeocristiana, a aquella del Siglo de Oro español
o a la del Siglo de las Luces eurocentrista.
Igual que la nórdica, la oriental, la africana o la anglosajona:
sagrada para sus respectivos pueblos,
toda tradición cultural es valiosa,
si tanto como enraíza,
nos permite madurar y florecer…




Por ello, nosotros recogemos como tradicióna las cosmogonías
de nuestros pueblos precolombinos:
su simbólica y semiótica, sus lenguajes y cosmovisión particularsus mitologías:
de origen, de fundación, heroicas,
de “cambio de mundo”, insurgentes,
de resistencia y de retorno cíclico…
Valoramos en especial las culturas milenarias de nuestra costa ecuatorial
que constituyeron la primera civilización de Amaruka:
(tierra de la serpiente emplumada que liga norte, centro y sud Amérika)
A las literaturas orales andinas y sus cantos poéticos, espirituales, rituales y festivos.
A las afroecuatorianas de la costa, de los andes y de la actual amazonía.
A la mejor literatura mestiza colonial con sus leyendas de duendes, brujos
y seres imaginarios, latigueando a la razón y el dogma católico.
A la referencial y fantástica literatura de Juan de Velasco
y su legendario
Reino de Quito

A la insurgente e ilustrada literatura de Espejo el médico, duende,
sabio y lechuza mestiza.
A aquella de los poetas anónimos insurgentes coloniales
y sus coplas independentistas.
La de los coplistas populares, del humor, del amorfino, la sátira
y las décimas irreverentes contra las elites republicanas, oligarcas y latifundistas.
Valoramos la poética amorosa, costeña y "gótica" de Medardo Angel Silva
La vanguardista, socialista y caminante solar de Carrera Andrade.
La metálica, luminosa y vanguardista de Hugo Mayo
La telúrica centro andina de Miguel Ángel León y Miguel Ángel Zambrano
La comunista del zambo Gallegos Lara y los cinco como un puño.
La chola y montuvia de José de la Cuadra y Aguilera Malta
La indigenista de Icaza, la irreverente de Palacio,
la mística y elegíaca de Dávila Andrade.
Las mágicas “negritudes” de Adalberto Ortiz y Estupiñán Bass.

Valoramos la antipoética renovadora y coloquial de los mejores tzántzicos:
de aquellos reductores de cabezas que no terminaron con la cabeza reducida…
Valoramos a los poetas pedradas zurdas,a los poetas sicoseos y matapiojos,
en su intento por demoler con sus versos a los parásitos,
que se reproducen a costa de la miseria …

En fin, valoramos la optimista, vital y sonora poética
las Campanas de Bronce de un Rafael Larrea Insuasti,
que nos demuestra que Nuestra es la Vida
y que nos anuncia otra llegada del Poder de lo Irreverente
http://k-oz-editorial.blogspot.com/2008/04/serie-una-generacion-abducida.html
a estas milenarias y memoriosas Tierras del Centro.

Ki TO
julio 2008

DEMOLICIÓN EN MOVIMIENTO

PRIMERA FASE

nuevos blogs en la red demolición

http://www.elhomunculogris.blogspot.com/