mercredi 18 février 2009

MATAPIOJO VIVE 25 : Serie MANIFIESTOS 3


¿QUE HACEMOS?
¿QUE QUEREMOS HACER?*

Portada del escarabajo utópico, Periódico literario matapiojo, 1988

La respuesta parecería fácil:
Hacemos poesía; queremos hacer poesía; pero

¿qué es la poesía?

¿La expresión de la belleza por medio de un artificio de espejos?
¿La corbata O la joroba de los dulces poetas?
¿Una bella mujer con las piernas abiertas de la fama?

Para nosotros la poesía es una conexión de artefactos sonoros,
sorprendidos en las situaciones más insospechadas.

Es una cosecha de signos teledirigidos a los achaques del lector
Un bazar verbal donde se almacenan toda clase de imágenes explosivas.

La poesía es un trabajo arduo, siempre inconcluso
y no un cojín de nubes para apoyar la cabeza tachonada de laureles.
Y es un oficio y una aventura y es un riesgo por recorrer.

Pero alguien del público pregunta: ¿qué es un poeta?

¿Un mago del abrapalabra?

¿Un conejillo de indias del ministro de Cultura?

¿Un fakir de la nebulosa?

Nosotros contestamos que el poeta es un hombre común y corriente,
al que se le ha encomendado la tarea de serruchar frases de cajón,
reparar toda clase de poemas y participar en una carrera fundada
en el irrespeto a los órdenes dominantes de la belleza.

Y si el poeta es un artesano ¿en dónde trabaja?
¿Es un castillo, en una ruina arqueológica, en el apéndice de Clementina?

El matapiojo en calzoncillos: hoja volante , 1987

El poeta trabaja en un espacio apto para la poesía de tierra firme;
piensa, se apasiona, se pone iracundo como un rábano
cuando un poema se le atasca; hace el control de calidad de sus textos
y el de sus compañeros; detesta el bla bla bla de la monotonía.

¿Y cuáles son sus instrumentos de trabajo?

Un lenguaje corpulento,
un largavistas que mira hacia lo inagotable de la realidad,
un punzón de grafito y unos famosos guantes de operar,
a la manera de los que recomendaba Palacio.

¿Y, de dónde extrae su materia prima?
¿De los lirios de la desgracia?
¿De las catedrales de la sensibilidad?
¿Del celaje de las cacerolas?

La extrae del mismo aire que Ud. respira,
por medio de una famosa pata de cabra que perfecciona con el oficio.

Y luego de elaborar su trabajo ¿dónde van a parar sus productos?


Fanzine callejero matapiojo, 1989

Por ahora han ido a parar en Andrómeda, en su Club de Admiradoras

y a las antologías de “lomo fino”; pero creemos que deben empezar a llegar al muro de su casa, a la coronilla de Juan y al sillón de su abuelita.

Deben ir a los centros donde se estudia el citoplasma de Bécquer,
las ecuaciones desagradables y las gloriosas bóvedas de los caídos en el 41.
Deben irrumpir en las ceremonias esotéricas de los Apolos de nuestra literatura y poner en bancarrota sus lauros de entresaca y pacotilla. Deben despeinarse como los alambres de luz en los semáforos, subir al bus que usted tomó antes de llegar a esta página,
e incitarlo a bautizar con nuevos nombres de pila a las avenidas.

¿Qué hacemos? La pregunta parecía fácil: trabajamos literatura fresca.
¿Cuánto nos falta por hacer? Demasiado.
¿Qué debemos hacer?
Literatura con calidad y pólvora suficientes para demoler
cualquier templo a la mediocridad.

Bienvenidos todos los compañeros en el mismo afán.

Taller Matapiojo

* Del Taller ampliado:
La pequeña Lulupa, La mosca zumba, Contextos
y Matapiojo, Museo de Arte Colonial
Quito, julio 1986

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