MAKARIOS ATAWALLPA
OVIEDO FREIRE
CON CAVO Y CON VEXO
Antipoemas de amor 1994 - 1998
Del poeta
Makarios Oviedo,
lo primero que llama la atención es la deliberada, cuando no despiadada reducción de la palabra a un extremo límite, en una suerte de proyecto por expresar, apenas, lo esencial. Entonces, el riesgo se multiplica: cada palabra adquiere un peso específico, único, no sustituible ni intercambiable.Su programa poético emerge, así, despojado, de cualesquier retórica, incluso de aquélla que podría entenderse como inherente a su estructura necesariamente admitida, o a su génesis íntima.
Ese adelgazamiento de la frase, esa ausencia de retórica, esa casi muerte del barroco, permiten al poeta centrarse en unas líneas de tensión por demás características: violenta ironía, provocación, erotismo, corrosiva visión de la realidad, exploración inclemente en todo aquello que pueda refutar esa misma realidad, permanente cuestionamiento del propio texto y de la propia intelección del universo
poético.
Oviedo
elabora una antipoesía,
en el sentido ya señalado de rechazo a toda retórica y también en la perspectiva de búsqueda -léase riesgo- de nuevas estructuras poéticas, acordes con el entorno histórico cambiante, o, para decirlo con mayor exactitud, con el sistema de signos prevalecientes en la inmediata cotidianidad del poeta.Al mismo tiempo, los poemas de Makarios Oviedo arremeten contra todo artificio, tanto en el texto, cuanto también en la existencia extratextual. El erotismo que subyace a todos ellos, no es un recurso; al contrario, deriva en una autoafirmación existencial. La ironía, aún con toda su carga violenta y corrosiva, nos remite puntual a otra realidad, aquella insinuada en los espacios en blanco del texto poético, en sus silencios, en ese exacto revés de lo que es cuestionado o ha sido objeto de rigurosa requisitoria. En la contracara de lo violento-erótico, casi siempre la ternura. En el lado obscuro del poder,
lo comunitario.
Oviedo cuando la red Imaginar de Quito,
penúltimo a la derecha
Frente a la seriedad en ciernes, la broma que lo refuta.
La poesía de Oviedo nos desplaza como en un espejo convexo. No sólo en el nivel de las imágenes, sino incluso en el plano visual de las palabras. Refutación incesante del texto, refutación de la existencia, y, a la vez, afirmación de lo textual, compromiso vital, reconstrucción desde la muerte.
Francisco Proaño Arandi
Francisco Proaño Arandi
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