vendredi 29 août 2008

NUEVA LITERATURA ECUATORIANA

NUEVOS AMIGOS EN LA RED...


10/60/90 FIGURA IMPERFECTA 3


K-OZ


Continuando con su investigación
sobre la poesía de fin e inicios de siglo
en Ecuador, presenta...


10/60/90

10 POETAS ECUATORIANOS DE LOS 90
NACIDOS EN LOS 60
(III)



GALO TORRES, Cuenca 1962


Poeta y traductor. Formó parte del Taller de Literatura del Banco Central, Sucursal Cuenca. Ha traducido del francés al español “Elogio de la nada” del poeta Christian Bobin; el ensayo Francis Bacon, de Gilles Delueze, y Cuadernos de Saorge del poeta francés Charles Juliet. En 1996 obtuvo Mención Única en el Segundo Concurso Nacional de Poesía César Dávila Andrade. Textos suyos se han publicado en las revistas Eskeletra, Cuaderna vía y Línea imaginaria. A partir de 1988 mantiene una columna de crítica de cine en el diario El Mercurio de su ciudad natal.


Bibliografía:

Cuadernos de Sonajería (Cuenca, 1999).
Sierra Songs (2003, Casa de la Cultura Ecuatoriana)

A ELLA LE GUSTAN LAS CANCIONES

Y camina con tanta gracia sobre la acera
que en cada calle se cosecha el eco de sus pisadas.
Ella, que odia las jaulas pero ama los anillos.
A veces se equivoca y tropieza con las cosas
pero al final se reconcilian y la saludan moviendo sus patas.
Ella, que es tout feu, tout flamme
y que dice obscenidades cuando ama.
Que es capaz de enamorarse por un día de otro hombre
y que no duerme cuando
adivina mi deseo por su hermana.
Ella, que odia las películas de terror
pero se conmueve con los monstruos del cine mudo.
Que tiene la manos pequeñas —pero como dijo el profeta:
son las únicas que tocarán el cielo—.
Y con qué paciencia cultiva los lugares,
les hace un hoyo y siembra el nombre de sus hijas.
Con qué dicha permite que el mundo la invada,
la lluvia, los cereales, los noticieros, mi sexo.
Ella, que odia las despedidas pero ama los muelles,
que no absuelve a este impenitente idólatra de caderas
Ella, que tanto ama las canciones de Sinatra
y los nombres de los cantantes de jazz,
sabe que si me fuera dado volverla a elegir
dudaría.






EL CUERPO ES UNA PÁGINA
CÓMPLICE DE LA MIRADA

a Cardoso

Cuando visites un cuerpo, lee sus pliegues.
Descubrirás entonces que ombligos,
talones y muslos son escrituras.
Por ejemplo, hay pechos escritos en caracteres babilónicos,
los únicos capaces de amamantar a toda mi tribu.
Y sabrás que hay vientres nubiles, de temblorosa caligrafía,
volátiles canciones de moda.
Y rodillas, rodillas como libros sagrados,
abiertos para ser leídos con devoción e incienso.
Y labios, labios de frase tan discreta
como los rótulos de una película muda.
Y caderas, caderas escritas en tono mayor,
aquel en el que se escriben todas las elegías.
Y también mejillas, mejillas de tan plácida lectura
como la poesía china de la dinastía Tang.
Y cabellos como una estela de trazos arábigos
entre las que ella asoma como una manzana en un sueño.
Pero ¡ay!, están los ojos crípticos,
los impenetrables codos de vocación barroca,
aquellas manos que se enroscan en su metáfora,
y son como un breve verso gongorino
cuya clave aún no encuentran los hombres.





IMAGEN CONGELADA


Al fin caí de bruces en la nada,
hundiéndome en una pura y dura extinción
D. H. LAWRENCE


Desde el principio yo verbo, contracción, flujo.
Arteria vertical. Acción. Imágenes. Reflujo.
Un hilo de sangre bautizado con un nombre.
¡Pero basta! Hoy, ahora, cierro mis venas y
retorno, regreso a las cosas, al agua y su edad coagulada.
Quiero por un tiempo
entrar en el sueño como fósil que duerme en la caliza.
Pido un retiro de cuarenta edades a mi desierto.
Reclamó para mi carne la dura piel del carbón
y para mi ojo la quieta mirada de un santo de yeso.
Que mi mano sea el ocioso péndulo de un antiguo reloj
y olvide su vocación de llave, caricia y cincel.
Que mi espejo me devuelva
la inmovilidad colorida y apacible
que tienen los retratos pintados en el Renacimiento,
-con un tipo de muerte que no es muerte-,
una latencia sin vocales, cadencias ni prodigios.
Que mi cabeza regrese al umbral de mi primer latido
y deje de ser esta bala que rebota entre vigas y atardeceres.
Que mi pie se reconozca pariente del té, del pozo y el árbol,
y abandone el tráfico, las aglomeraciones y los puentes.
Huyo de las flores que crecen en la boca de las sopranos
y entrego mi mano al aromado cieno en que duerme el pantano
—esa contenida y movediza muerte—.
Abandono tus recetas, tu almohada, tu campo de carne
y me congelo al borde mismo del minuto señalado para mi muerte.
Quiero, por un instante infinito, la intacta y pura serenidad
de un príncipe del incario que contemplara su funeral.

Imágenes del escritor y fotógrafo Pedro Herrera Ordónez

Continuará...

mercredi 27 août 2008

10/60/90 FIGURA IMPERFECTA 2

10/60/90
FIGURA IMPERFECTA:
10 POETAS ECUATORIANOS DE LOS 90
NACIDOS EN LOS 60

VICENTE ROBALINO, Ibarra 1961

En los 80 integró el Taller de la CCE, coordinado por Miguel Donoso Pareja en Quito.
Activó en esa época el Taller Literario Contextos junto a Ruben Vásquez y Alan Coronel. Es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales y Doctor en Literatura por la Universidad Autónoma de México. Es docente en el doctorado de Letras en la Universidad Católica.

Obra publicada:

Posta poética, colectivo, 1984
Póngase de una vez en desacuerdo, 1990
Juan León Mera, una nueva visión, Ensayo, 1996
Sobre la hierba el día, 2001
Cuando el cuerpo se desprende del alba, 2008


De Posta Poética, 1984


COEXISTENCIA PACÍFICA

Si dejamos de lado pequeños resentimientos
pugnas entre la noche y el día
rencores almacenados
concluiremos fácilmente que en este planeta
como lo llamaría un escolástico:
insigne laberinto de contradicciones
todo lo resuelve la amistad.

Ya lo proclamaron en 1789:
igualdad libertad y fraternidad
los ejemplos son numerosos:
inquilino dueño de casa
campanas difuntos
dios alá
leningrado las vegas
banqueros estafas.

He allí nuevamente la buena amistad
sin lugar a dudas nos hallamos en un plano amistoso:

¿podría prestarme su esposa?


De Póngase de una vez en desacuerdo, 1990

QUE SE ME DEJE AQUÍ POR EL MOMENTO

Las estrellas del cielo se desmayaban
las del suelo envejecían de puro envidia
el otoño acrecentaba su calvicie
solo para arrojarme el verdor a raudales
Era el día de mi natalicio
(Por favor no olvidar esta fecha)
La partera estuvo a punto del infarto al verme
tierna y compasiva me entregó a los cuidados de una cabra/
desde entonces mi inteligencia se alumbró
como una casa grande y habitada
A los seis meses y medio resolvía ya
ecuaciones de primer grado con una incógnita
al año me acostaba con una dama respetable
a los diez mi santa madre
recitábame los pecados capitales
Asombré al pueblo entero con mis prodigios
devolví la luz con creces a los ciegos
los enfermos incurables me perseguían como terribles pesadillas/
Yo pronostiqué la muerte de su Santidad Pío XII
La correspondencia me llovía de todas partes
hablé en chino a los hebreos y en japonés a los americanos/
los rusos pidieron mi retrato para exhibirlo en la Plaza Roja/
Una carta amistosa de Carter me ofrecía
los pueblos bárbaros de Centroamérica
A los doce años discutí con los sabios en un templo/
los periodistas me aturden con sus cámaras hasta en sueños/
he pedido que se me deje aquí por el momento
y si las alas oscuras de la muerte me sorprenden

que mi cerebro se reparta
entre las dos potencias



De Sobre la hierba el día, 2001
fragmentos

I

Sobre la hierba del día
un pájaro entona
la soledad de Dios: la altura.
En ese instante
el paisaje cae vertiginoso
hacia la nada.
III

Deletreaba para él cada mañana
(igual que Dios en el Génesis)
los extraños nombres de las cosas:
silla
lámpara
velador
espejo...

Sólo entonces pudo reconocer la ronca voz de la lluvia el rumor que en la oscuridad habían dejado las palabras.

VI

Quizá el mirar sea un oficio
una sana costumbre
tener el semblante de las cosas
cerca de la ingratitud de la memoria.
Nunca será certeza
de que el mundo se ha ido
pues algo quedará en el fondo
guijarro que la soledad esconde.

XVIII

Es verdad que mañana
todas las cosas estarán
donde tu memoria las dejó.

Pero si insistes en llamarlas
morirán apenas las nombres.


XXIII

Se apaga una ventana
lenta hoguera que niega el día
a oscuras sin saber dónde
empieza o termina el mundo
máscara con que calla
mi yo ante el olvido.

CONTINUARÁ...

vendredi 22 août 2008

DEMOLICIÓN EN MOVIMIENTO



FALCON FOR SALE O,



UN PINGUINO CON BAÑADOR ?




K-OZ


DA A CONOCER UNA DE LAS TEORÍAS MÁS SORPRENDENTES
Y DE ALTA CREATIVIDAD ENSAYÍSTICA ACERCA DEL PAÍS Y SOBRE
LA DESGRACIADA LITERATURA ECUATORIANA
ANTERIOR Y RECIENTE:


EL SÍNDROME DE FALCÓN


SU AUTOR: EL ESCRITOR "APOLÍTICO" Y AFICIONADO A pSIQUIATRA
LEONARDO VALENCIA ASOGNA; SUS DECLARACIONES,
NO TAN RECIENTES,
AUNQUE "RECALENTADAS" DE TIEMPO EN TIEMPO,
SON TRANSCRITAS CON PUNTO Y COMA DEL DIARIO HISPANO
EL PAÍS, DEL CUAL,
Y COINCIDENCIALMENTE, ES TAMBIEN ACCIONISTA
EL "CLAN SANTOS" DE COLOMBIA
TAN PRÓXIMO AL "INEFABLE" ENTORNO DE URIBE...

CRÓNICAS DE AMÉRICA LATINA

El novelista ecuatoriano Leonardo Valencia utiliza la proeza de un hombre que carga a otro
como metáfora de quienes consideran que los escritores están obligados a reivindicar su tierra. La literatura de su país de origen intenta superar ese síndrome, mientras su presidente
ha vuelto con un lenguaje propagandístico.



Fotograma de "Entre Marx y una mujer desnuda"

Juan Falcón Sandoval sólo medía un metro y cincuenta y dos centímetros de estatura, pero era robusto y de anchas espaldas. Nació en 1912 en un pueblo de los Andes y nadie lo recordaría si no fuera por una proeza que lo hizo entrañable en el imaginario de la literatura ecuatoriana. Durante una década cargó a un hombre que no podía caminar y que, además, se trataba de uno de los escritores ecuatorianos más politizados de la primera mitad del siglo XX: Joaquín Gallegos Lara. Tan entrañable ha sido la figura de Falcón, que Jorge Enrique Adoum lo retrató en su novela Entre Marx y una mujer desnuda y Camilo Luzuriaga en la película homónima de 1996. En un momento de la película de Luzuriaga, se le pregunta a Falcón por qué carga al escritor y no busca otro trabajo, y Falcón responde: "Porque cargándolo uno se siente importante".


El escritor Leonardo Valencia Asogna

"Vi esta película probablemente el año 1997, cuando vivía en Lima. Comprendí con un estremecimiento por qué me había marchado de Ecuador sin tantos reparos y había tomado distancia, en aquel entonces, de la literatura ecuatoriana. La respuesta de Falcón me permitía entender algo que yo había percibido en la literatura de mi país a lo largo de la mitad del siglo XX".

"Todavía daba coletazos una larga estela de la ideología marxista por la que, sin que constara como regla escrita, el escritor debía sentirse obligado al retrato de su país con una finalidad reivindicativa, simplificando instrumentalmente su obra. La literatura, bajo ese punto de vista, debe ser útil e importante, debe ser seria. A esa autocensura la denominé, un poco en broma, el síndrome de Falcón: el escritor ecuatoriano debía cargar, como Falcón, una agenda secreta y no declarada para su literatura. Cualquier transgresión a esa regla no escrita fue vista como una deserción alucinada, un desvío burgués o una pretensión cosmopolita. Curiosamente así fueron tratados los casos de Pablo Palacio y Alfredo Gangotena. Precisamente Gallegos Lara desautorizó la obra de Palacio, hoy considerado el mayor escritor vanguardista de Ecuador".


El gran escritor Joaquín Gallegos Lara, autor de Cruces sobre el agua

"Le ha tomado mucho tiempo a la literatura ecuatoriana librarse de ese peso, de un código, por cierto, marcadamente realista. Desde hace algunos años, varios escritores ecuatorianos han trabajado en la superación de ese síndrome: no querían sentirse utilizados ni ser representativos, sino ser, sobre todo, escritores. Asumieron lo que Naipaul ha remarcado como la cualidad de la narrativa: una transformación completa de la experiencia. Los nacionalismos no quieren transformaciones individuales, sino representaciones funcionales (y, de ser posible, simbólicas) de elementos arcaicos y puros. Se plantean urgencias identitarias marginando precisamente la mayor prueba de identidad: la capacidad de crítica.
Sin embargo, lo que prometía acabarse en Ecuador ha vuelto con el lenguaje propagandístico del actual presidente, Rafael Correa. La retórica de Correa anuncia en sus cadenas nacionales que "la Patria ya es de todos", que "ha vuelto la Patria" o que "ha nacido la Patria".

" Con este último lema se ha llegado a teatralizaciones como la de haber colocado en un mitin político una bandera ecuatoriana en medio de una cuna y alzarla en hombros. Allí uno no sabe si reír o ponerse a llorar. Correa remite demagógicamente a la Patria y promete un paraíso. Al mismo tiempo sataniza a los periodistas críticos y prohíbe a funcionarios del Gobierno ecuatoriano presentarse en determinados noticieros, como el del periodista Carlos Vera. Incluso expulsa a los periodistas de las ruedas de prensa o los insulta. A pesar de esa retórica nacionalista y de no corregir errores a partir de la crítica interna, Correa acata la intromisión exaltadora de Chávez, tal como ocurrió en el conflicto fronterizo
entre Colombia y Ecuador".

"Con todo esto no puedo menos que pensar que esa "Patria" ya no es de sus ciudadanos, sino que de todo el mundo: de Estados Unidos (conviene recordar que la moneda de Ecuador sigue siendo el dólar), de las violaciones de Correa a todos los mecanismos legales para disolver el Congreso y reformar la Constitución, y de lo que es mucho más grave: de las toleradas incursiones de las FARC de acuerdo
a lo que pueda dictar Chávez
desde Caracas"....

..."El síndrome de Falcón vuelve de mil maneras y más allá de la literatura. En realidad, no está datado histórica ni geográficamente: es una recurrente perversión nacionalista de autocensura que asume distintos rostros. Lo he visto, a su manera velada, en otros países con sus particulares polémicas de radicales sobre quién pertenece de oficio (o de sangre) y quién no, sobre qué lengua se defiende, se ataca o se ningunea".

..."Esto afecta al escritor haciéndole creer que es el vocero de algo superior como una nación, que lo valida, y de la que se siente representante, y que a largo plazo termina debilitando su propia obra. El escritor, en realidad, es el vocero de su propia palabra transformada. Una palabra que está ubicada en un margen de perplejidad y duda, y a veces de silencio, para que el lector pueda complementar lo que se le sugiere. Por lo tanto es siempre sospechosa porque no busca ser oficial, porque es paradójica y, sobre todo,
porque es una ficción".

"Leonardo Valencia (Guayaquil, Ecuador, 1969) ha publicado recientemente El libro flotante de Caytran Dölphin (Funambulista). El autor se considera uno de los escritores latinoamericanos
más importantes menores de 39 años"...


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CONTINUARÁ...

jeudi 21 août 2008

DEMOLICIÓN EN MOVIMIENTO

CLARO QUE SHÍ...


CON EL

vendredi 15 août 2008

POESIA ECUATORIANA DE FIN DE SIGLO

CONTINUANDO CON SU SAGA
E INVESTIGACIÓN SOBRE LA
POÉTICA ECUATORIANA DE FIN DE SIGLO:


10/60/90
FIGURA IMPERFECTA

Y 2001, ODISEA DEL POETA



YA LLEGA…

10/60/90

FIGURA IMPERFECTA



10

POETAS ECUATORIANOS DE LOS 90
NACIDOS EN LOS 60s


1. Mario Campaña, Guayaquil 1959
2. Vicente Robalino, Ibarra 1961
3. Galo Torres, Cuenca 1962
4. Marcelo Arteaga, Atuntaqui 1962
5. Margarita Lasso, Quito 1963
6. Efraín Espinoza Falconí, Riobamba 1963
7. Iván Flores, Ibarra 1963
8. Rubén Molina, Loja 1963
9. María Fernanda Espinoza, Salamanca 1964
10. Paco Benavides, San Gabriel 1964- Ginebra 2004

AQUÍ VA EL PRIMERO



MARIO CAMPAÑA, Guayaquil 1959


En los 80 integró el Taller de Literatura dirigido por Miguel Donoso Pareja, en Guayaquil. Reside varios años en Barcelona, donde dirige la revista Guaraguao, especializada en cultura latinoamericana

Bibliografía

Francisco de Quevedo, el hechizo del mundo, colección Vidas Literarias, editorial Omega, Barcelona, 2003
Días largos y otros poemas (poesía), Plaza y Janés Editores, Barcelona, 2002.
El olvido de la poesía se paga (poesía), Ediciones de la Universidad de Cuenca y Casa de la Cultura del Azuay, Ecuador, 2002
Visiones de lo real en la poesía hispanoamericana, DVD Ediciones, Barcelona, 2001; Días largos (poesía), Sistema Nacional de Bibliotecas, Quito, Ecuador, 1996.
Así en la tierra como en los sueños (antología del cuento ecuatoriano), Biblioteca Ecuatoriana de la Familia, Quito, Ecuador, 1991.
Poesía modernista ecuatoriana (antología), Libresa, Quito, 1991.
Cuadernos de Godric (poesía), ESPOL, Guayaquil, 1988. Su traducción de Una Tumba para Anatole, de Stéphan Mallarmé, aparecerá en septiembre en la editorial Bassarai, de Vitoria.
Su último libro de poemas es Aires de Ellicot City.




De Cuadernos de Godric, 1989
fragmento

1

Yo, llamado Godric,
Recogedor de amuletos y presagios en la arena
Mercader olvidado por antiguas caravanas
/y crecientes playas
No podré morir si no retornan los caminos,
si no renacen mis amigos y mis años
Yo, que no llegué a Bizancio en tiempos de viajeros,
que pude ser templario, funcionario real,
/navegante próspero,
sin cota he quedado, sin yelmo, armadura y lanza
Yo, cubierto por la arena y por la mísera memoria,
me pregunto hoy sí la devota embriaguez
/de mis últimos días me permitirá el regreso,
Vencidos los alcázares
cumplida la voz del nigromante

De Días Largos, 1995

fragmento

11.

Muchos años dejé libres mis animales en el bosque
Los paseantes habían echado a perder
la tranquilidad de sus cautiverios
y ellos de manera a veces violenta
me exigían su libertad,
o desde sus encierros agredían
a los muchachos de los alrededores.

Dejé mis animales en el bosque,
abrí de par en par las puertas de mi casa
y esperé que los temerosos muchachos crecieran
libres en la inmensidad de las verdes colinas
y que llegaran al fin los esperados visitantes
que cultivarían y harían crecer
mi tierra y mi morada.

Mas la casa permaneció vacía,
las puertas cayeron ante continuos golpes de agua,
crecieron musgos en las paredes y en el patio
y yo permanecí en el invernadero
sin fuerzas para evitar la caída de mi casa.

A veces creo escuchar el oscuro aleteo de mis antiguos animales
Y me pregunto si debo volver hacia el bosque
Si los encontraré todavía
Si habrán emigrado o habrán muerto
Si podrán, acaso, renacer en mí,
Si podré, entonces, edificar mi nueva casa.


20.

Cuando llegó
los pájaros temblaron
sobre el corazón de las flores
Cual veloces emisarios propagaron la noticia

Llegó
y convirtió mi casa en un lugar lleno de voces
Miró a todos lados, dijo que no hay caminos nuevos
recogió los recuerdos y desapareció
Y los dulces emisarios del amor
emigraron a los desiertos del sudeste
las voces volvieron a sus paredes óseas
a la impenetrable habitación sin luz en que dormitan.


De Aires de Ellicott City, 2006
fragmento


¿He llegado? ¿Adónde?
¿Qué lugar es éste
Donde los cuerpos cuelgan del asta de los augurios
Y hay hombres con soles en la cabeza
Alas cortantes y ojos en las alas
Guardan el corazón en las arquetas
Llenan sus bolsas de azufre
Y pesan sus almas con gestos tramposos
En el fiel de balanzas trucadas?

Ante la mirada escrutadora de los ángeles
Los pájaros pían ferozmente a ras de suelo
No en el aire sino ocultos en una hierba que no hay
Con sorda furia fantasmal, lejana.

¿Quiénes son, quiénes,
Pobres seres sin rostro
Que hicieron de la mentira un ardid,
De la astucia una verdad,
Y se ahogan ahora sin pausa
La lengua hundida en la garganta, embalsamada
Por el polvo? ¿Quiénes esos seres austeros
Que contemplan cabizbajos la vida como estatuas
Esperando la permanencia
Sin descansar de lo infinito; olvidándolo;
Y se complacen de no estar muertos
E intercambian sus muertes
Mientras pierden su polen magnífico?
Sacrifican hombres y no ciervos
Y a un toque de silbato desnudas mujeres perseguidas
Corren delante de sus amos en los bosques
En sucio juego beatífico.

¿Qué lugar es éste, cuál
Donde no hay, y los amores se amontonan
Unos sobre otros, acechándose
En un gran cementerio:
Promiscua voracidad del pasado continuo
En tortuosa vida póstuma?

Corre el gamo en un campo que no hay, y el ave
Vuela en un aire que no hay. Y tiembla el pez
En aguas que no hay. No hay.
Vive el hombre una vida que no hay.

Fotografías: Pedro Herrera Ordónez

Fotógrafo y escritor, ex integrante de la Red Cultural Imaginar

Más en http://k-oz-editorial.blogspot.com/2008/03/1080-veneno-para-poetas.html

dimanche 10 août 2008

LITERATURAS DE IDENTIDAD EN ECUADOR


A propósito de
OBSESIONES URBANAS

Sobran motivaciones para reivindicar
al gran Humberto Salvador

Por Juan Secaira

(colaboración)*


Humberto Salvador es uno de los autores más interesantes de la Generación del 30, y su obra, poco conocida. En las contadas antologías y trabajos críticos en los que se le menciona, se lo hace de pasada o se recalca únicamente su presencia como el escritor de la época más ligado al realismo socialista, gracias especialmente a sus novelas, como apunta Miguel Donoso Pareja en su libro Los grandes de la década del 30. Sin embargo, el interés de este trabajo es demostrar que la obra anterior, en especial sus cuentos, merecieron y merecen una difusión y un trato diferentes.

Salvador pertenece a la denominada Generación del 30, que se configuró en un período de conmoción social y reivindicó al indio y al montubio. Resulta difícil unificar las características de la obra narrativa de esa época, pero sí es factible trazar sus líneas generales.

Así, se puede citar: el nativismo, la preocupación por
el espacio rural y agrario,
la creación de personajes “tipo” y la denuncia social.




Claramente, la mayoría de autores formulan sus obras siguiendo
los parámetros mencionados anteriormente, aunque con algunas diferencias, especialmente por la calidad individual. La narrativa de José de la Cuadra, un permanente preocupado por el estilo, difiere de la de Jorge Icaza, por ejemplo, pese a que la temática es similar.

Indudablemente, la Generación del 30 abrió una etapa renovadora en la literatura ecuatoriana.
Irrumpió violentamente en el escenario narrativo rompiendo definitivamente con la generación anterior; desafió las convenciones, y puso de manifiesto el tema social como fuente de inspiración y liberación de la situación de los marginados, especialmente del indio y del montubio, por primera vez protagonistas de sus propios dramas. La intención rebasó la literatura y se convirtió
en una propuesta política y revolucionaria.


Breve biografía de Humberto Salvador


El escritor nace en la ciudad de Guayaquil, el 25 de diciembre de 1909. A los pocos meses de nacido,
fallece su padre, Carlos Salvador Perdomo. Dos años más tarde, también muere su madre, Victoria Guerra. Emulando a los personajes de algunos de sus relatos, víctimas del azar, Salvador se traslada a Quito,
allí sus tíos se hacen cargo de su educación.

En la capital transcurre su infancia y adolescencia.
De este hecho fortuito viene un equívoco repetido acerca de su vida,
muchos creen
que el escritor nació en Quito.




En una carta dirigida al escritor Pedro Jorge Vera, el ocho de junio de 1940, Salvador señala:
Vine a Quito en la infancia. Más o menos a los dos años de edad. Mi padre fue colombiano y mi madre, quiteña. Seguí los estudios primarios, en la escuela “Simón Bolívar”. Los secundarios, en el “Mejía”. Terminé la Facultad de Jurisprudencia en la Universidad Central, y estuve cuatro años, como oyente, en la de Medicina. Pertenezco a varias Academias científicas y literarias de Europa y América.
[1]

Estudia en el Colegio Mejía; en su juventud demuestra inclinaciones por el derecho y la literatura.

Forma parte de algunos grupos literarios y escribe sus primeras obras de teatro.

Ingresa, en 1925, a estudiar en la Escuela de Jurisprudencia de la Universidad Central, en el mismo año publica sus obras teatrales Canción de rosas y Amor prohibido. Ambas logran relativo éxito.
Esto le anima y en 1927 presenta Bajo la zarpa. Al año siguiente estrena El miedo de amar. 1929 es el año de Un preludio de Chopin y de su primer libro de cuentos, Ajedrez, relatos muy bien recibidos por la crítica, especialmente por los intelectuales extranjeros.

Como dato curioso, firma sus primeras obras bajo el seudónimo de “Jorge Ariel”, mas,
luego prescinde de dicho nombre, sin razones conocidas.


*Datos del autor del estudio



Juan Secaira Velástegui (Quito, 1971),

poeta, narrador y ensayista. Licenciado en Comunicación y Literatura, título obtenido en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Trabaja como editor, profesor y articulista. Fue co editor de “Letras, revista cultural”. Colabora en varias revistas literarias del país y del extranjero. Ha publicado un texto de redacción, 2005; el libro Obsesiones urbanas, ensayo crítico sobre la obra narrativa de Humberto Salvador, 2007, y próximamente Construcción del vacío, mención especial del premio de poesía Ángel Miguel Pozanco 2008 (España). De Obsesiones urbanas se ha escrito: “Un análisis profundo de la estructura narrativa, manejo del tiempo y la naturaleza de los espacios” (Diario Hoy). “El libro nos muestra vida y obra de un escritor que tenemos que rescatar y darle el sitio que merece en nuestras letras” (Revista El quirófano). “Con atención minuciosa, el autor (Secaira) se desplaza por el universo narrativo de (Salvador)…” (El Comercio).


Notas: [1] Pedro Jorge Vera, Los amigos y los años, Quito,
Fondo Editorial de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, 2002, p. 213.